Rick H ECM
Home Pagina ECMs actuales Comparta su ECM



Descripción de la experiencia:

Mi experiencia de muerte temporal:

En una noche muy fría en Canadá, en noviembre de 1974, estuve involucrado en una muy severa colisión de frente a alta velocidad, por la que fui lanzado a ciento cincuenta pies del auto. Viajé por el aire a una velocidad entre setenta y cinco y cien millas por hora, y terminé con mi cabeza golpeando muy fuerte en el suelo. Cuando literalmente regresé a la vida, después de haber sido declarado muerto oficialmente con muerte cerebral, recuerdo al principio no saber dónde estaba o por qué estaba en un hospital. Todo el lado izquierdo de mi cuerpo estaba paralizado. Después se me dijo que había estado oficialmente con muerte cerebral por seis días. Después de recordar mi nombre, empecé a orar, a pedir ayuda en referencia a la razón de que todo el lado izquierdo de mi cuerpo físico estuviera paralizado. Solicité sanación a Dios. Después de un proceso de recuperación de aproximadamente una semana insoportablemente lento, aunque milagroso, finalmente pude caminar. Continué sin creer lo que me decían mis padres, parientes, doctores y amigos sobre la razón por la que terminé en el hospital. Ni siquiera podía deletrear mi propio nombre todavía.

Yo seguía en un estado como de shock sobrecogedor de incredulidad y sentía que nada de lo que había sucedido era real. O seguramente debió ser un sueño. A pesar de que muchos me decían lo que había sucedido, yo creía firmemente que mi auto estaba en el parqueo del hospital, cuando en realidad, había quedado en pérdida total. Estaba en un deshuesadero. Salí del hospital en medio de mi confusión e incredulidad e incluso me monté en otro auto creyendo que ese auto era mío. Lo arranqué con las llaves que habían sido dejadas allí. Conduje ese auto de vuelta a donde había vivido, a sesenta millas de distancia y luego también de vuelta al hospital. Cómo sobreviví a toda esta prueba fue nada menos que milagroso. En el momento de conducir este auto, yo sólo tenía capacidad de visión doble y estaba conduciendo en autopistas con nieve, resbaladizas y escurridizas. Entonces varias semanas después, me dieron de alta en el hospital y me quedé con unos parientes. Cinco años después, en 1979, me mudé a Florida, y fui contratado como técnico médico de hemodiálisis, trabajaba en Cuidados Intensivos. También había conocido y me había casado con mi esposa.

Veinte años después, en 1994, finalmente recordé dónde había ido mi espíritu (alma) durante los seis días en que estuve temporalmente con muerte cerebral, en completo sistema de soporte vital. No debe confundirse esta historia con una experiencia cercana a la muerte o una experiencia fuera del cuerpo, pues mi muerte fue muy real, aunque temporal. Verás, la terminología ‘coma por muerte cerebral’, es realmente una contradicción de términos. La definición de cualquier ‘coma’ es solamente inconsciencia, no indica muerte. La definición de ‘muerte cerebral’ o ‘cerebro muerto’ es el cese permanente de la función del tallo cerebral, el cual controla las funciones vitales de la respiración y los latidos del corazón. Incluso el Evangelio según Juan, capítulo 11, versículos 38-44, se refiere al cuerpo muerto de Lázaro que tenía un olor de descomposición después de cuatro días de muerto. Esto es indicativo de una muy real, aunque temporal, muerte. Juan 11:38-44: ‘…Marta, la hermana del hombre muerto, le dijo, ‘Señor, ya huele mal, porque lleva muerto cuatro días ... el hombre muerto salió, sus manos y pies atados con vendajes de tela y su cara envuelta en un lienzo …’

De cualquier manera, volviendo a cuando finalmente recordé dónde estuvo mi espíritu. Recuerdo que mi espíritu veía la luz más sobrecogedora y maravillosa. Mientras era atraído hacia esta luz, esta luz se hizo más grande. Luego me encontré en un túnel de una luz brillante tremenda y otros espíritus pasaban cerca de mí. Yo estaba quieto. A medio camino entre la entrada y la salida de este túnel, yo de hecho revisé toda mi vida y existencia. Contemplé si querría regresar a mi vida en la Tierra. Fue entonces que recibí una increíble cantidad de conocimiento sobre muchísimos temas. Conocimiento relacionado con la vida, la muerte, y el más allá. Ya no puedo recordar lo que se me compartió. Dios me dijo que no se me permitiría retener esta increíble cantidad de conocimiento después de que fuera enviado de vuelta a mi cuerpo físico. Dios también me dijo que no regresaría por un largo tiempo. Recuerdo estar en el túnel, con la luz tan maravillosa, así como las conversaciones con Dios. Cuando recordé esto, para poderlo recordar hasta este día, lo escribí todo.

También recuerdo cómo era enfatizado por Dios. Se me dijo lo difícil que sería volver a vivir mi vida en mi cuerpo físico. Aun así, le prometí a Dios que diría a cuantas personas pudiera acerca de esta experiencia de muerte temporal. Creo que parecía que esa fue mi decisión, la cual Dios me permitió tener, de regresar a mi cuerpo físico. Sin embargo, al mismo tiempo, yo de algún modo ya sabía que regresaría. Esto fue antes de que me diera cuenta de que Dios me estaba permitiendo tomar estar crucial y significativa decisión. Mientras Dios me hablaba, escuché que se dirigía a mí por mi segundo nombre, ‘John.’ Sólo Dios podría saber que ‘John’ es el nombre que yo prefería que mis padres me hubieran puesto. Mientras todavía estaba en el túnel brillantemente iluminado, poseí el conocimiento de que si uno (un espíritu), saliera de ese túnel, no habría oportunidad de poder volver a su vida física anterior en la Tierra.

Desde que lo recuerdo, mi esposa y yo firmemente sentimos que hemos sido guiados sólo por Dios para creer que, en cualquier aspecto de nuestra vida en la Tierra, siempre es Dios quien decide al final. Hemos leído (en la investigación sobre experiencias cercanas a la muerte del Dr. Ken Vincent y la Salvación Universal), que hay setenta y siete versículos que apoyan la Doctrina de la Predestinación en el Nuevo Testamento. (Hastings, Grant, y Rowley 1953). Nuestro versículo favorito de la biblia que apoya la Doctrina de la Predestinación está en el Salmo 139, versículo 5: ‘Detrás y delante me rodeaste, y sobre mí pusiste tu mano.’ El mismo Jesús apoya la Doctrina de la Predestinación, en Juan 5:19, y en Juan 6:44 y 6:65.

He tenido tres milagros desde 1982, como si estar aquí después de 1974 no fuera uno en y por sí mismo. Estos milagros son claramente no posibles para nosotros. Aquí abajo detallo dos que sucedieron el mismo día:

Mientras conducía mi motocicleta nueva en la autopista en Austria, sobre-revolucioné el motor y luego el motor se detuvo, trabando por completo la llanta de atrás. Me detuve con las llantas chillando. Había humo saliendo del motor y cuando traté de arrancar, el motor estaba trabado. Estaba muerto de miedo. No había rampas por cuarenta millas más y autos/camiones me pasaban a una velocidad entre ciento treinta y ciento ochenta millas por hora. Oré y menos de diez segundos después, intenté arrancar la moto. Después del primer intento, arrancó y corrió como cuando recién la había comprado. El mismo día, en mi camino de regreso y en la misma autopista, exactamente al otro lado del camino donde había fallado el motor, me quedé completamente sin combustible. Tenía medio tanque cuando comencé. Ya había utilizado el tanque de combustible de reserva. Miré en el tanque y estaba seco; puse la tapa de nuevo. Oré y de nuevo en menos de diez segundos revisé el tanque de combustible y vi que estaba lleno con la misma cantidad que le puse esa mañana. ¡Todo lo anterior es muy cierto!

¡Dios les bendiga!

Rick