Una respuesta a Shermer
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Una respuesta a Shermer Pruebas médicas para las ECM Pim van Lommel.

Artículo de Skeptical Investigations
http://www.skepticalinvestigations.org/whoswho/vanLommel.htm

Antecedentes

En su columna "Skeptic" en Scientific American en marzo de 2003, Michael Shermer citó un estudio de investigación publicado en The Lancet, una importante revista médica, por Pim van Lommel y sus colegas. Afirmaba que este estudio "asestaba un golpe" a la idea de que la mente y el cerebro podían separarse. Sin embargo, los investigadores sostenían exactamente lo contrario, y demostraban que la experiencia consciente fuera del cuerpo tenía lugar durante un periodo de muerte clínica en el que el cerebro presentaba una línea recta. Como comentó Jay Ingram, del canal canadiense Discovery: "Su uso de este estudio para reforzar su argumento es falso. Podría haber dicho: 'Los autores creen que hay un misterio, pero yo opto por interpretar sus conclusiones de forma diferente'. Pero no lo hizo. Lo encuentro muy decepcionante" (Toronto Star, 16 de marzo de 2003). Aquí, Pim van Lommel expone las pruebas que Shermer tergiversó.


Una respuesta a Shermer
Pruebas médicas para las ECM
Dr. Pim van Lommel

Hace poco alguien me mostró el artículo "Skeptic” (*) de Michael Shermer. De una revista muy respetada y, en mi opinión, científica como Scientific American siempre espero un artículo bien documentado y científico, y no sé hasta qué punto el artículo de Shermer fue revisado por la redacción antes de su publicación. Mi reacción a este artículo de Shermer se debe a que soy el autor principal del estudio publicado en The Lancet, diciembre de 2001, titulado: "Experiencia cercana a la muerte en supervivientes de paradas cardíacas; un estudio prospectivo en los Países Bajos". Lo que escribe sobre las conclusiones de nuestro estudio, así como del efecto de la "estimulación" magnética y eléctrica del cerebro, me obliga a escribir este artículo, porque no estoy de acuerdo con sus teorías ni con sus conclusiones.

Realizamos nuestro estudio prospectivo en 344 supervivientes de paradas cardíacas para estudiar la frecuencia, la causa y el contenido de las experiencias cercanas a la muerte (ECM). Una experiencia cercana a la muerte es el recuerdo reportado de todas las impresiones durante un estado especial de conciencia, incluyendo elementos específicos como la experiencia fuera del cuerpo, las sensaciones placenteras y la visión de un túnel, una luz, familiares fallecidos o una revisión de la vida. En nuestro estudio 282 pacientes (82%) no tenían ningún recuerdo del periodo de inconsciencia, 62 pacientes (18%) sin embargo informaron de una ECM con todos los elementos "clásicos". Entre los dos grupos no hubo diferencias en cuanto a la duración de la parada cardíaca o la inconsciencia, la intubación, la medicación, el miedo a la muerte antes de la parada cardíaca, el sexo, la religión, la educación o el conocimiento previo de las ECM. Se informó de una mayor frecuencia de ECM en la edad menor de 60 años, más de una reanimación cardiopulmonar (RCP) durante la estancia en el hospital y ECM anteriores. Los pacientes con defectos de memoria tras una RCP prolongada y complicada informaron de una menor frecuencia de ECM.

Hay varias teorías que deberían explicar la causa y el contenido de las ECM. La explicación fisiológica: la ECM se experimenta como resultado de la anoxia en el cerebro, posiblemente también causada por la liberación de endomorfinas, o el bloqueo del receptor NMDA. En nuestro estudio, todos los pacientes sufrieron una parada cardíaca, estaban clínicamente muertos, inconscientes, causada por un suministro insuficiente de sangre al cerebro debido a una circulación sanguínea inadecuada, a la respiración o a ambas. Si en esta situación no se inicia la reanimación cardiopulmonar en 5-10 minutos, se producen daños irreparables en el cerebro y el paciente morirá. Según esta teoría, todos los pacientes de nuestro estudio deberían haber tenido una ECM, todos estaban muertos clínicamente debido a la anoxia del cerebro causada por una inadecuada circulación sanguínea al cerebro, pero sólo el 18% informó de una ECM.

La explicación psicológica: Las ECM son causadas por el miedo a la muerte. Pero en nuestro estudio sólo un porcentaje muy pequeño de pacientes dijo haber tenido miedo los segundos que precedieron a la parada cardíaca, ya que ésta ocurrió demasiado repentinamente como para darse cuenta de lo que les ocurrió. Sin embargo, el 18% de los pacientes declararon haber sufrido una ECM. Además, la medicación administrada no supuso ninguna diferencia.

Sabemos que los pacientes que sufren una parada cardíaca pierden el conocimiento en cuestión de segundos, pero ¿cómo sabemos que el electroencefalograma (EEG) está plano en esos pacientes y cómo podemos estudiarlo?

El cese completo de la circulación cerebral se constata en la parada cardíaca por fibrilación ventricular (FV) durante la prueba de umbral en la implantación de desfibriladores internos. Este modelo de isquemia cerebral completa puede utilizarse para estudiar el resultado de la anoxia del cerebro.

En la FV se produce una parada cardiaca completa, con cese total del flujo cerebral, y que da lugar a una anoxia pancerebral aguda. El Vmca, el flujo sanguíneo de la arteria cerebral media, que es un monitor de tendencia fiable del flujo sanguíneo cerebral, disminuye a 0 cm/seg inmediatamente después de la inducción de la FV (2). A través de muchos estudios en humanos, así como en modelos animales, se ha demostrado que la función cerebral está gravemente comprometida durante la parada cardíaca y que la actividad eléctrica tanto en la corteza cerebral como en las estructuras más profundas del cerebro está ausente después de un periodo de tiempo muy corto. La monitorización de la actividad eléctrica de la corteza (EEG) ha mostrado cambios isquémicos que consisten en una disminución de las ondas rápidas de gran amplitud y un aumento de las ondas lentas delta, y a veces también un aumento de la amplitud de la actividad theta, disminuyendo progresivamente y en última instancia hasta la isoelectricidad. Lo más frecuente es que el enlentecimiento inicial (atenuación) de las ondas del EEG sea el primer signo de isquemia cerebral. Los primeros cambios isquémicos en el EEG se detectan una media de 6,5 segundos después de la parada circulatoria. Con la prolongación de la isquemia cerebral siempre se observa una progresión hacia una línea isoeléctrica (plana) en un plazo de 10 a 20 (media de 15) segundos desde el inicio de la parada cardiaca (3-6).

En el caso de una parada cardíaca prolongada de más de 37 segundos, la actividad del EEG puede no volver a aparecer hasta muchos minutos u horas después del restablecimiento de la parada cardíaca, dependiendo de la duración de la misma, a pesar del mantenimiento de una presión sanguínea adecuada durante la fase de recuperación. Tras la desfibrilación, la velocidad de flujo de la arteria cerebral media se recupera rápidamente en 1-5 segundos, independientemente de la duración de la parada. Sin embargo, la recuperación del EEG lleva más tiempo, dependiendo de la duración de la parada cardíaca. La recuperación del EEG subestima la recuperación metabólica del cerebro, y la captación cerebral de oxígeno puede estar deprimida durante un tiempo considerable tras el restablecimiento de la circulación, ya que al exceso inicial en la reperfusión (hiperoxia) le sigue una disminución significativa del flujo sanguíneo cerebral. (7)

La anoxia provoca la pérdida de función de nuestros sistemas celulares. Sin embargo, en la anoxia de sólo unos minutos de duración esta pérdida puede ser transitoria, en la anoxia prolongada se produce la muerte celular con pérdida funcional permanente. Durante un evento embólico, un pequeño coágulo obstruye el flujo sanguíneo en un pequeño vaso de la corteza, lo que provoca la anoxia de esa parte del cerebro con pérdida de actividad eléctrica. Esto da lugar a una pérdida funcional de la corteza como la hemiplejía o la afasia. Cuando el coágulo se resuelve o se rompe en varios minutos, la función cortical perdida se restablece. Esto se denomina ataque isquémico transitorio (AIT). Sin embargo, cuando el coágulo obstruye el vaso cerebral durante minutos u horas, se produce la muerte de las células neuronales con una pérdida permanente de la función de esta parte del cerebro, con hemiplejía o afasia persistentes, y se diagnostica un accidente vascular cerebral (AVC). Así pues, la anoxia transitoria da lugar a una pérdida transitoria de funciones.

En la parada cardíaca se produce una anoxia global del cerebro en cuestión de segundos. Una reanimación cardiopulmonar oportuna y adecuada revierte esta pérdida funcional del cerebro porque se ha evitado el daño definitivo de las células cerebrales, que provoca la muerte celular. La anoxia de larga duración, causada por el cese del flujo sanguíneo al cerebro durante más de 5-10 minutos, produce un daño irreversible y una extensa muerte celular en el cerebro. Esto se denomina muerte cerebral y la mayoría de los pacientes acaban falleciendo.

En el infarto agudo de miocardio la duración de la parada cardiaca (FV) en la UCC suele ser de 60-120 segundos, en la sala de cardiología de 2-5 minutos, y en la parada extrahospitalaria suele superar los 5-10 minutos. Sólo durante las pruebas de umbral de los desfibriladores internos o durante los estudios de estimulación electrofisiológica la duración de la parada cardiaca apenas supera los 30-60 segundos.

A partir de estos estudios sabemos que en nuestro estudio prospectivo de pacientes que han estado clínicamente muertos (FV en el ECG) no ha sido posible la actividad eléctrica de la corteza cerebral (EEG plano), pero también la abolición de la actividad del tallo cerebral como la pérdida del córneoflejo, las pupilas dilatadas fijas y la pérdida del reflejo nauseoso es un hallazgo clínico en esos pacientes. Sin embargo, los pacientes con una ECM pueden informar de una conciencia clara, en la que era posible el funcionamiento cognitivo, la emoción, el sentido de la identidad y la memoria de la primera infancia, así como la percepción desde una posición fuera y por encima de su cuerpo "muerto". Debido a las experiencias extracorporales a veces reportadas y verificables, como el caso de las prótesis dentales reportado en nuestro estudio, sabemos que la ECM debe ocurrir durante el período de inconsciencia, y no en el primer o último segundo de este período.

Así que tenemos que concluir que la ECM en nuestro estudio se experimentó durante una pérdida funcional transitoria de todas las funciones de la corteza y del tronco cerebral. Es importante mencionar que existe un informe bien documentado de una paciente con registro constante del EEG durante una cirugía cerebral por un aneurisma cerebral gigantesco en la base del cerebro, operada con una temperatura corporal entre 10 y 15 grados, fue puesta en la máquina cardiopulmonar, con FV, con toda la sangre drenada de su cabeza, con un EEG de línea plana, con dispositivos de chasquido en ambos oídos, con los ojos cerrados con cinta adhesiva, y esta paciente experimentó una ECM con una experiencia fuera del cuerpo, y todos los detalles que percibió y escuchó pudieron ser verificados posteriormente. (8)

También existe la teoría de que la conciencia puede experimentarse independientemente de la conciencia normal de vigilia vinculada al cuerpo. El concepto actual de la ciencia médica afirma que la conciencia es el producto del cerebro. Sin embargo, este concepto nunca se ha demostrado científicamente. La investigación sobre las ECM nos lleva a los límites de nuestros conceptos médicos sobre el alcance de la conciencia humana y la relación entre la conciencia y los recuerdos con el cerebro.

Durante décadas, se han llevado a cabo numerosas investigaciones para localizar los recuerdos dentro del cerebro, hasta ahora sin éxito. En relación con la hipótesis de que la conciencia y los recuerdos se almacenan en el interior del cerebro, también se plantea la cuestión de cómo una actividad no material, como la atención concentrada o el pensamiento, puede corresponderse con una reacción visible (material) en forma de actividad eléctrica, magnética y química medible en un lugar determinado del cerebro. Diferentes actividades mentales dan lugar a patrones cambiantes de actividad en diferentes partes del cerebro. Esto se ha demostrado en la neurofisiología a través del EEG, el magneto-encefalograma (MEG) y en la actualidad también a través de la resonancia magnética (MRI) y la tomografía por emisión de positrones (PET-scan). (9-11) También se observa un aumento del flujo sanguíneo cerebral durante una actividad no material como el pensamiento (12). Tampoco se entiende bien cómo se explica que en un experimento sensorial tras una sensación física la persona implicada en la prueba afirmara que era consciente de la sensación a los pocos milésimas de segundo de la estimulación, mientras que el cerebro del sujeto mostraba que la adecuación neuronal no se alcanzaba hasta pasados 500 mseg. tras la sensación. Este experimento ha dado lugar a la llamada hipótesis del retardo y de la adecuación (13).

La mayoría de las células del cuerpo, y especialmente todas las neuronas, presentan un potencial eléctrico a través de las membranas celulares, formado por la presencia de una bomba metabólica Na/K. El transporte de información a lo largo de las neuronas se produce mediante potenciales de acción, diferencias de potencial de membrana causadas por la despolarización sináptica (excitatoria) y la hiperpolarización (inhibitoria). La suma total de los cambios a lo largo de las neuronas provoca campos eléctricos transitorios, y por tanto también campos magnéticos transitorios, a lo largo de las dendritas activadas de forma sincronizada. No es crucial el número de neuronas, ni la forma precisa de las dendritas (árbol dendrítico), ni la posición exacta de las sinapsis, ni el disparo de las neuronas individuales, sino la derivada, los campos eléctricos y/o magnéticos transitorios generados a lo largo de las dendritas. Éstos deben configurarse de la forma más óptima posible en patrones significativos de corta duración, que cambian constantemente de forma e intensidad en cuatro dimensiones (autoorganización), y que interactúan constantemente entre todas las neuronas. Este proceso puede considerarse un fenómeno de coherencia cuántica biológica.

Ahora hay que mencionar la influencia de los campos magnéticos y eléctricos externos localizados en estos campos eléctricos y/o magnéticos que cambian constantemente durante el funcionamiento normal del cerebro.

La investigación neurofisiológica se realiza mediante la estimulación magnética transcraneal (EMT), en cuyo transcurso se produce un campo magnético localizado (fotones). La EMT puede excitar o inhibir diferentes partes del cerebro, dependiendo de la cantidad de energía suministrada, lo que permite el mapeo funcional de las regiones corticales y la creación de lesiones funcionales transitorias. Permite evaluar la función en regiones cerebrales focales a escala de milisegundos, y puede estudiar la contribución de las redes corticales a funciones cognitivas específicas. La EMT es una herramienta de investigación no invasiva para estudiar aspectos de la fisiología del cerebro humano, como la función motora, la visión, el lenguaje y la fisiopatología de los trastornos cerebrales, así como los trastornos del estado de ánimo, como la depresión, e incluso puede ser útil para la terapia. En los estudios, la EMT puede interferir en la percepción visual y del movimiento, ya que produce una interrupción del procesamiento cortical con un intervalo de 80-100 milisegundos. La inhibición y la facilitación intracorticales se obtienen mediante estudios de pulsos emparejados con EMT, y reflejan la actividad de las interneuronas en la corteza. También la EMT puede alterar el funcionamiento del cerebro más allá del momento de la estimulación, pero no parece dejar ningún efecto duradero. (14).

La interrupción de los campos eléctricos de las redes neuronales locales en partes del córtex también perturba el funcionamiento normal del cerebro, ya que mediante la estimulación eléctrica localizada del lóbulo temporal y parietal durante la cirugía de la epilepsia, el neurocirujano y premio Nobel W. Penfield podía inducir a veces destellos de recuerdos del pasado (nunca una revisión completa de la vida), experiencias de luz, sonido o música, y rara vez una especie de experiencia extracorporal. Estas experiencias no produjeron ninguna transformación.(15-16) Tras muchos años de investigación llegó finalmente a la conclusión de que no es posible localizar los recuerdos dentro del cerebro. Olaf Blanke también describió recientemente en Nature un paciente con EFC inducida por la inhibición de la actividad cortical causada por una estimulación eléctrica externa más intensa del giro angular en un paciente con epilepsia (17).

El efecto de la estimulación magnética o eléctrica externa depende de la cantidad de energía administrada. Es posible que no se produzca ningún efecto clínico o que a veces se observe una estimulación cuando sólo se administra una pequeña cantidad de energía, por ejemplo, durante la estimulación de la corteza motora. Pero durante la "estimulación" con mayor energía se produce una inhibición de las funciones corticales locales por la extinción de los campos eléctricos y magnéticos, lo que resulta en la inhibición de las redes neuronales locales (comunicación personal Blanke). También en el paciente descrito por Blanke en Nature se dio una estimulación con mayor energía eléctrica, resultando en la inhibición de la función de las redes neuronales locales en el gyrus angularis.

Y cuando, por ejemplo, se estimula la corteza visual occipital con EMT, no se consigue mejorar la vista, sino que se provoca una ceguera temporal por inhibición de esta parte de la corteza. Tenemos que concluir que la estimulación artificial localizada con fotones reales (energía eléctrica o magnética) perturba y también inhibe los campos eléctricos y magnéticos en constante cambio de nuestras redes neuronales, y así influye e inhibe la función normal de nuestro cerebro.

Para intentar comprender este concepto de interacción mutua entre la conciencia "invisible y no medible", con su enorme cantidad de información, y nuestro cuerpo visible y material, parece prudente compararlo con la comunicación mundial moderna.

Existe un intercambio continuo de información objetiva por medio de campos electromagnéticos (fotones reales) para la radio, la televisión, el teléfono móvil o el ordenador portátil. No somos conscientes de las innumerables cantidades de campos electromagnéticos que constantemente, día y noche, existen a nuestro alrededor y a través de nosotros, así como a través de estructuras como paredes y edificios. Sólo somos conscientes de estos campos informativos electromagnéticos en el momento en que utilizamos el teléfono móvil o al encender la radio, la televisión o el ordenador portátil. Lo que recibimos no está en el interior del aparato, ni en los componentes, pero gracias al receptor la información de los campos electromagnéticos se hace observable a nuestros sentidos y, por tanto, la percepción se produce en nuestra conciencia. La voz que escuchamos en nuestro teléfono no está dentro del teléfono. El concierto que oímos en nuestra radio se transmite a nuestra radio. Las imágenes y la música que oímos y vemos en la televisión se transmiten a nuestro televisor. Internet no está dentro de nuestro ordenador portátil. Podemos recibir casi al mismo tiempo lo que se transmite con la velocidad de la luz desde una distancia de unos cientos o miles de kilómetros. Y si apagamos el televisor, la recepción desaparece, pero la transmisión continúa. La información transmitida sigue presente en los campos electromagnéticos. La conexión se ha interrumpido, pero no se ha desvanecido y se puede seguir recibiendo en otro lugar utilizando otro televisor. Una vez más, no nos damos cuenta de los miles de llamadas telefónicas, los cientos de transmisiones de radio y televisión, así como de Internet, codificados como campos electromagnéticos, que existen a nuestro alrededor y a través de nosotros.

¿Podría compararse nuestro cerebro con el televisor que recibe ondas electromagnéticas (fotones) y las transforma en imagen y sonido, así como con la cámara de televisión que transforma la imagen y el sonido en ondas electromagnéticas (fotones)? Esta radiación electromagnética contiene la esencia de toda la información, pero sólo es concebible para nuestros sentidos mediante instrumentos adecuados como la cámara y el televisor.

Los campos informativos de nuestra conciencia y de nuestros recuerdos, tanto evaluados por nuestras experiencias como por el aporte informativo de nuestros órganos sensoriales durante nuestra vida, están presentes a nuestro alrededor como campos eléctricos y/o magnéticos [¿posibles fotones virtuales? (18)], y estos campos sólo están disponibles para nuestra conciencia despierta a través de nuestro cerebro en funcionamiento y otras células de nuestro cuerpo.

Por lo tanto, necesitamos un cerebro que funcione para recibir nuestra conciencia en la vigilia. Y en cuanto la función del cerebro se ha perdido, como en la muerte clínica o en la muerte cerebral, con isoelectricidad en el EEG, los recuerdos y la conciencia siguen existiendo, pero la capacidad de recepción se pierde. Las personas pueden experimentar su conciencia fuera de su cuerpo, con la posibilidad de percibir fuera y por encima de su cuerpo, con identidad, y con una mayor conciencia, atención, procesos de pensamiento bien estructurados, recuerdos y emociones. Y también pueden experimentar su conciencia en una dimensión en la que el pasado, el presente y el futuro existen en el mismo momento, sin tiempo ni espacio, y pueden ser experimentados tan pronto como la atención ha sido dirigida a ello (revisión y vista previa de la vida), e incluso a veces entran en contacto con los "campos de conciencia" de familiares fallecidos. Y más tarde pueden experimentar su regreso consciente a su cuerpo.

Michael Shermer afirma que, en realidad, toda experiencia está mediada y producida por el cerebro, y que los llamados fenómenos paranormales, como las experiencias fuera del cuerpo, no son más que eventos neuronales. El estudio de los pacientes con ECM, sin embargo, nos muestra claramente que la conciencia con los recuerdos, la cognición, con la emoción, la autoidentidad y la percepción fuera y por encima de un cuerpo sin vida se experimenta durante un período de un cerebro no funcional (anoxia pancerebral transitoria). Y la pérdida funcional focal por inhibición de regiones corticales locales se produce por "estimulación" de esas regiones con electricidad (fotones) o con campos magnéticos (fotones), lo que a veces da lugar a estados extracorporales.

Citando a Michael Shermer: el trabajo de la ciencia es resolver esos rompecabezas con explicaciones naturales y no sobrenaturales. Pero hay que estar al tanto de los avances de la ciencia, y estudiar la literatura reciente, para saber lo que pasa en la ciencia actual. Para mí, la ciencia es hacer preguntas con una mente abierta, y no tener miedo de reconsiderar conceptos ampliamente aceptados pero científicamente no probados, como el concepto de que la conciencia y los recuerdos son un producto del cerebro. Pero también debemos darnos cuenta de que necesitamos un cerebro que funcione para recibir nuestra conciencia en la vigilia. Todavía quedan muchos misterios por resolver, pero no hay que hablar de paranormal, sobrenatural o pseudociencia para buscar respuestas científicas sobre la intrigante relación entre la conciencia y los recuerdos con el cerebro.

* Michael Shermer, 'Demon-Haunted Brain' Scientific American, página 25, Marzo 2003.


Referencias
1 Van Lommel W., Van Wees R., Meyers V., Elfferich I. Near-death experience in survivors of cardiac arrest: a prospective study in the Netherlands. The Lancet 2001; 358: 2039-2045.
2 Gopalan KT, Lee J, Ikeda S, Burch CM. Cerebral blood flow velocity during repeatedly induced ventricular fibrillation. J. Clin. Anesth. 1999 Jun; 11 (4): 290-5.
3 De Vries JW, Bakker PFA, Visser GH, Diephuis JC, Van Huffelen AC Changes in cerebral oxygen uptake and cerebral electrical activity during defibrillation threshold testing. Anesth. Analg. 1998; 87: 16-20
4 Clute H, Levy WJ. Elecroencephalographic changes during brief cardiac arrest in humans. Anesthesiology 1990; 73 : 821-825
5 Losasso TJ, Muzzi DA, Meyer FB, Sharbrough FW. Electroencephalographic monitoring of cerebral function during asystole and successful cardiopulmonary resuscitation. Anesth. Analg. 1992; 75: 1021-4.
6 Parnia S, Fenwick P. Near death experiences in cardiac arrest: visions of a dying brain or visions of a new science of consciousness. Review article. Resuscitation 2002; 52: 5-11
7 Smith DS, Levy W, Maris M, Chance B Reperfusion hyperoxia in brain after circulatory arrest in humans . Anesthesiology 1990; 73 : 12-19
8 Sabom M.B. Light and Death: One Doctors Fascinating Account of Near-Death Experiences. 'The Case of Pam Reynolds' in chapter 3: Death: the Final Frontier, (37-52). Zondervan Publishing House, Grand Rapids, Michigan, USA. 1998.
9 Desmedt J.E., Robertson D. Differential enhancement of early and late components of the cerebral somatosensory evoked potentials during forced-paced cognitive tasks in man. Journal of Physiology 1977; 271: 761-782.
10 Roland P.E., Friberg L. Localization in cortical areas activated by thinking. Journal of Neurophysiology 1985; 53: 1219-1243.
11 Eccles J.C. The effect of silent thinking on the cerebral cortex. Truth Journal, International Interdisciplinary Journal of Christian Thought. 1988; Vol 2.
12 Roland P.E. Somatotopical tuning of postcentral gyrus during focal attention in man. A regional cerebral blood flow study. Journal of Neurophysiology 1981; 46: 744-754.
13 Libet B. Subjective antedating of a sensory experience and mind-brain theories: Reply to Honderich (1984). Journal of Theoretical Biology 1985; 144: 563-570.
14 Hallett M. Transcranial magnetic stimulation and the human brain. Nature 2000; 406: 147-150.
15 Penfield W. The Excitable Cortex in Conscious Man. Liverpool: Liverpool University Press, 1958.
16 Penfield W. The Mystery of the Mind. Princeton University Press, Princeton. 1975
17 Blanke O., Ortigue S., Landis Th., Seeck M. Stimulating illusory own-body perceptions. The part of the brain that can induce out-of-body experiences has been located. Nature 2002, 419: 269-270.
18 Romijn, H. Are virtual photons the elementary carriers of consciousness? Journal of Consciousness Studies, 2002; 9: 61-81.