Mark ECM 16109
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Descripción de la experiencia:

Recientemente quise hablar de mi experiencia porque destruyó mi vida previa.

Me desperté en la cama del hospital después de desmayarme en la sala de emergencias. Deliraba por la fiebre. Decidí salir a refrescarme y fumar un cigarrillo. Encontré mis cigarrillos, me puse los pantalones y agarré las pantuflas del hospital. Luego salí de la sala, empujando el porta sueros a mi lado.

Al entrar en el ascensor, las diminutas ruedas del porta sueros quedaron atrapadas en la puerta del ascensor, lo que provocó que mi cuerpo se desequilibrará hacia atrás y mi cabeza golpease la pared, mis dientes instantáneamente se entumecieron, mientras la puerta seguía tratando de cerrarse. Me recompuse, llegué al piso principal y salí.

Cuando la enfermera a cargo del pabellón del sexto piso me encontró, estaba afuera acostado boca arriba en la tranquila y fría acera de concreto fumando mi cigarrillo. La enfermera estaba muy enojada conmigo y me dijo que no me moviera, que ella regresaría enseguida. Eso me pareció bien porque no podría levantarme aunque mi vida dependiera de ello.

La enfermera volvió con dos camilleros. Me subieron a una silla de ruedas y poco después me desmayé. Lo siguiente que recuerdo fue despertarme en la mesa de colonoscopia. Luego me desmayé por el dolor una vez más.

Resulta que estaba séptico por una fuga intestinal. Pensé que el médico había reparado el problema, pero luego me desperté en medio de la noche ardiendo, con el abdomen inflado como una pelota de baloncesto. Llamé a la enfermera.

El médico se apresuró a entrar en mi habitación y procedió a desgarrar mi abdomen parcialmente curado con sus manos. Esta acción decisivamente brutal definitivamente me salvó la vida. Me desmayé, otra vez.

Luego, estaba flotando sobre la cama y pude verme acostado allí con todas las bonitas sábanas blancas cubiertas de fluidos putrefactos.

Un ser etéreo, con un semblante sensato, me agarró firmemente del hombro y procedió a bajarme por un pozo vertical largo y toscamente tallado. Apestaba, hacía calor y el aire estaba desprovisto de oxígeno.

Estábamos volando de cabeza, a gran velocidad, con mi cara a 15cm de la pared. Le dije al guía que redujera la velocidad y que nos guiara con los pies. El guía aceleró y me dijo que yo no estaba al mando aquí.

El túnel se abría a una enorme caverna. Los sonidos de angustia y lenguaje obsceno que escuché eran indescriptibles. Di una voltereta y luego golpeé el fondo de la caverna. Hacía mucho calor y apestaba mucho. Estaba parado en gusanos que se movían hasta los tobillos. Mi guía estaba encaramado en una roca.

Cuando mis ojos se acostumbraron a la oscuridad, vi un movimiento a la izquierda. Lo que parecía algo creciendo en la pared lateral de la cueva era un ángel negro de aspecto derrotado. Debe haber estado allí mucho tiempo, porque los depósitos minerales lo encerraron casi hasta los codos. Los brazos del ángel estaban juntos como si hubiera estado esposado, y su ala derecha estaba inmovilizada y formaba parte de la pared de la cueva. Agitó su ala izquierda como un pájaro herido para tratar de mover su cuerpo. Lentamente levantó la cabeza, nos dio a mi guía ya mí una mirada de soslayo y se giro al lado contrario. Me entristeció.

Demonios de todo tipo volaban por todos lados gritando obscenidades y lamentándose.

Una serpiente de 90cm de diámetro se deslizó por lo que pareció una eternidad hasta que desapareció en la oscuridad. Luego, una criatura desagradable se detuvo y me golpeó contra la pared de la cueva antes de continuar.

Miré a mi guía turístico, quien levantó la mano y luego todo quedó en silencio. No podía respirar. Cuando me estaba desmayando, vi un brillo blanco en el suelo de la cueva y me arrastré hacia él. Me acosté sobre la tela e inmediatamente supe que viviría. Fue un oasis muy bienvenido. Podía sentir los gusanos moviéndose bajo la barrera salvavidas.

Mi guía me agarró y me sacó del infierno. Los demonios me siguieron pero sentí una barrera que no podían cruzar.

Mi guía me impartió algunos conocimientos personales a largo plazo. Todo esto se ha hecho realidad. Luego se dirigió a la brillante luz blanca que emanaba del túnel a la derecha.

Instantáneamente estaba flotando sobre mi cuerpo y mirándolo hacia abajo. Yo estaba en una habitación diferente, todo limpio y con tubos en todos los orificios. Floté un rato preguntándome cómo pasaría los tubos. Sin ningún esfuerzo por mi parte, estaba de vuelta en mi cuerpo. Recordé que mis dientes ardían (nota: “my teeth were hot”).

Me dicen que estuve en el hospital por un tiempo prolongado, pero solo tengo vagos recuerdos de 2 días. Recibí la extremaunción.

Información previa:

Género: Hombre.

Fecha en que ocurrió la ECM: 1992.