Krista G ECM
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Descripción de la experiencia:

En la primavera del 2000, me faltaban solo algunos meses para terminar mis estudios como Asistente Médico. Convertirme en Asistente Médico era uno de mis objetivos desde hacía largo tiempo, y había pasado años de dedicación y sacrificio trabajando para lograrlo. Mi esposo y yo nos casamos en el otoño de mi primer semestre y, un año después, estábamos esperando un bebé. Graduarme en la escuela de Pensilvania y convertirme en madre al mismo tiempo, fueron regalos, mucho mayores, de lo que nunca hubiese podido imaginar. Mientras me concentraba para terminar mis prácticas clínicas y estudiar para los exámenes (finales), soñaba despierta con todo que estaba por llegar.

Mi esposo y yo nos mudamos de Nueva York a Florida en enero del 2000, y en febrero fui a hacerme una ecografía tras veinte semanas de embarazo. Mientras el médico pasaba la sonda por mi vientre, nos mostró el cráneo y el fémur de nuestro bebé, al tiempo que anotaba las medidas. "El bebé está justo donde debería estar, en términos de desarrollo", dijo, de un modo complaciente. Mientras continuaba moviendo la sonda, vislumbramos el pie de nuestro bebé. Le señalé uno de los dedos a mi esposo. “¡Ese es tu hijo, sin ninguna duda!” El segundo dedo del pie de nuestro bebé estaba torcido, al igual que el dedo del pie de mi esposo.

Estábamos riendo (todavía), cuando el tono del médico cambió: 'Quiero que veas esto'. Al colocar la sonda para ver el riñón de nuestro bebé, mostró cómo había una acumulación de líquido en su interior. Por alguna razón, no drenaba correctamente. No podía decirnos el por qué con certeza. Podía haber sido causado por cualquier cosa, desde una malformación benigna del órgano hasta una enfermedad genética que podría acortarle la vida. “Ojalá pudiera contarte más”, (dijo). Esto fue un viernes. En la práctica de la medicina, al realizar lo que se llama un 'diagnóstico diferencial', se debe considerar todo lo que podría ser causa de la enfermedad de una persona, hasta (poder) descartarlo. El término 'piensa en caballos, no en cebras' sirve como recordatorio de que la causa más común, suele ser habitualmente la causa. Mientras esperábamos durante el fin de semana para acudir a la cita con el obstetra, que era el lunes, estuve investigando el diagnóstico diferencial de hidronefrosis (o exceso de líquido en el riñón) y traté de ser positiva sobre su causa, diciéndome a mí misma que sería algo simple, y que el niño lo superaría (sin problemas). Aunque trataba de pensar en caballos, mis pensamientos me llevaban todo el rato a las cebras.

Mientras mi esposo y yo nos sumíamos en la preocupación, mi suegra mencionó que había tenido un problema en un riñón de joven, y que se sometió a cirugía para corregirla, siendo ya adulta. Llegamos a la conclusión de que su cirugía debió haber sido por una estenosis de la unión pélvica del uréter (UUP) (o estrechamiento, del tubo que drena la orina del riñón a la vejiga). Con esta nueva información, suspiramos todos con alivio. ¡El problema de nuestro bebé debía ser hereditario! Encajaba con lo que mostraba la ecografía, y tenía solución. Mis pensamientos rápidamente volaron hacia los caballos, y permanecieron con ellos, durante el resto del largo y emotivo fin de semana. El lunes por la mañana, mi esposo y yo nos reunimos con mi obstetra, quien estuvo de acuerdo en que el problema de nuestro bebé probablemente se debía a una malformación congénita del uréter, y tomamos la decisión de no someternos a más pruebas. Esquivamos la bala número uno.

Cuatro meses después, en el último mes de mi embarazo, mi obstetra mencionó la opción de adelantar el parto. Se podría provocar a las treinta y cinco semanas, y un urólogo pediátrico podría evaluar (así) la función renal de nuestro bebé, con mucha más rapidez. No era imperativo que se adelantase el parto, pero la opción estaba ahí. Aunque no quería hacerlo, temí que si no seguía este plan, podría poner en peligro la salud a largo plazo del bebé, aunque todavía dudé en dar una respuesta. Dar a luz prematuramente requeriría que se me indujese el parto, y sabía que si lo hacían, la posibilidad de una cesárea era mayor. Tenía muchas ganas de tener la experiencia del parto, pero no podía dejarme llevar por ese deseo. Una semana constituía una diferencia potencial, así que decidí seguir adelante con la inducción del parto.

En la noche del 16 de julio del 2000, me ingresaron en la planta de maternidad del hospital, para llevar adelante el procedimiento. Yo era portadora de una bacteria, llamada Streptococcus del grupo B, la cual podría contagiar a mi bebé, cuando saliese por el canal del parto. Necesitaba (por tanto) un tratamiento previo con antibióticos antes de que comenzara la provocación del parto. Hacía solo unos minutos que me habían inyectado la penicilina, cuando noté una sensación extraña en el pecho. Sentí como si mi corazón se acelerara y latiera irregularmente. Inmediatamente informé a la enfermera de lo que estaba pasando, y ella detuvo la inyección intravenosa.

Segundos después, la sensación en mi pecho desapareció. Se me tuvo que dar otro antibiótico, y cuando la enfermera enjuagó la vía intravenosa, para empujar el medicamento que aún había en ella, la sensación en mi pecho regresó brevemente. La única explicación es que debió haber sido una especie de reacción alérgica. Esto me sorprendió, porque hasta donde yo sabía, no era alérgica a nada, pero podría haber desarrollado una alergia durante el curso de mi embarazo. Se me administró otro antibiótico, sin que volviera esa extraña sensación.

Cuando mi esposo, mi madre y yo nos acomodamos en la habitación del hospital, para pasar una larga noche, se me administró la oxitocina (el medicamento que daría la señal al útero, para que empezara las contracciones). Aunque no tengo ningún recuerdo claro, me dijeron que la noche transcurrió sin incidentes. Fue una buena cosa, porque lo que siguió a la mañana siguiente lo compensaría con creces. A la mañana siguiente, mis contracciones empezaron a ser fuertes, aunque irregulares. A las ocho en punto, tenía una dilatación de solo 3 cm. La comadrona rompió el saco de líquido amniótico para continuar con el trabajo de parto. Ya habían pasado trece horas y el progreso era demasiado lento. (El parto prolongado en una paciente portadora de estreptococos del grupo B aumenta el riesgo de infección en el bebé con cada hora que pasa, incluso con la administración del antibiótico). Comprendí que habría necesidad de hacer una cesárea en poco tiempo.

La oxitocina provoca contracciones inusualmente fuertes, y aunque me había dilatado solo tres centímetros, tenía mucho dolor. Pensando que lo necesitaría de todos modos para la cesárea, pedí un anestésico epidural. [Nota del editor: un método para aliviar el dolor que bloquea el dolor en un área determinada]. Después de colocarlo, me quedé tumbada mirando el monitor junto a la cama. Sabía qué buscar en la pantalla, y la observaba cuando venían las contracciones; La frecuencia cardíaca de mi bebé bajaba ocasionalmente a sesenta. Esto era peligrosamente bajo, y llamé a la comadrona para informarle. Apenas un minuto después, estaba allí, explicándome lo que tenía que hacer.

Aunque sabía que no habría más remedio que hacer una cesárea, por dentro seguía teniendo una fuerte resistencia emocional, muy parecida a cómo me había resistido a tener el bebé prematuramente. Desde ese momento, hasta la cirugía, había que hacer un control permanente y cuidadoso de la frecuencia cardíaca del bebé, por lo que tenían que colocar un monitor interno en su cuero cabelludo. Se lo colocó delante de mí, y me estremecí por dentro, (ante la idea de) que hubiese algo atornillado en la cabeza de mi propio hijo. (De pronto), mientras estos pensamientos pasaban por mi mente, tuve la misma sensación de aleteo en el pecho que había tenido la noche anterior, solo que ahora era mucho más fuerte.

“Tengo dificultad al respirar”, (dije). Apenas salieron esas palabras de mis labios, pasé de, respirar un poco mal, a sentir que me faltaba el aire. Estalló una gran conmoción en la habitación y me pusieron del lado izquierdo, ya que esto facilitaría que el corazón bombeara sangre al bebé, aún sin nacer. Alguien me puso una mascarilla de oxígeno en la cara. Mi esposo y mi madre fueron sacados rápidamente de la habitación y pasaron a otra al final del pasillo. Yo sentía que no podía inhalar aire suficiente, y tenía que esforzarme cada vez más para poder respirar. En cuestión de segundos, me sacaron de la habitación y atravesé un pasillo abierto. A sólo unos metros de la sala de operaciones, (de pronto) el ruido a mi alrededor se volvió distante. Cuando me desvanecí, lo último que recuerdo fue el sonido que hice al tratar de respirar desesperadamente.

Mi corazón se detuvo a las 9:18 am. No existe el "momento de la muerte": el punto en el que no hay signos de vida, y cuando nuestra conciencia abandona nuestro cuerpo, es más bien un continuo. Desde el punto de vista de la conciencia, había pasado algún tiempo desde que estuve en el pasillo, hasta que alcanzar la visión que tenía (ahora) desde arriba. Qué le sucedió a mi conciencia durante este intervalo, no lo sé. Quizás mi energía se fusionó en una singularidad antes de explotar hacia afuera en una nube de partículas diminutas de color negro grisáceo. Tal vez se filtró desde los confines de mi yo físico, poco a poco, acumulándose rápidamente en un conglomerado difuso de materia, de tipo estático, que flotaba ahora sobre mi cuerpo. La distancia entre mi yo consciente y mi cuerpo de abajo parecía hacerse mayor, como si el espacio-tiempo se hubiera dilatado, y mi yo, ahora casi inmaterial, estaba simultáneamente cerca y lejos de mi cuerpo material. No había sonido, dolor ni miedo. Todavía podía "ver" y miré alrededor de la habitación. El techo había adquirido una transparencia fluida, aunque con ciertas características sólidas que aún permanecían.

Pude ver a alguien acostado en una cama. ¿Era una persona? Recuerdo haberme hecho esta pregunta, ya que no estaba muy segura de lo que eran las "personas", aunque, no obstante, parecía (seguir) reconociéndolas. El evento que se desarrollaba debajo de mí ya no involucraba a 'Krista', en el sentido físico, puesto que ahora estaba más allá del techo transparente. Mientras seguía (allá) arriba, no me identificaba, en modo alguno, con el cuerpo o con las personas (que había) en la habitación. Por el contrario, yo era un observador distante, aunque todavía 'Krista', dentro de la fina estática de mi conciencia. Había retenido mi identidad terrenal y me sentía más viva que nunca. Ahora había varias personas alrededor de mi cuerpo.

Una persona vestida de azul estaba a la izquierda. Al principio, lo noté inclinado sobre mi cuerpo al nivel de mi abdomen. Luego, muy rápidamente, se puso de pie y le entregó (una especie de) paquete a alguien junto a mi hombro derecho. Tomaron el paquete y rápidamente le dieron la espalda para que no pudiera ver… ¡y yo quería ver! Una persona estaba cerca de mi cabeza, colocando algo en mi pecho. Otra persona, vestida de azul, entró en la habitación y se quedó allí, como si evaluara lo que sucedía, y luego fue hasta mi lado derecho, uniéndose al barullo de actividad (que había) a mi alrededor. ¿Qué está pasando ahí abajo? Me sentí obligada a permanecer allí. ¿Qué había en el paquete? ¿Qué le estaba pasando a la persona que había en la cama? Mientras continuaba mirando, poco a poco me interesé más y más en lo que estaba viendo.

De repente, una fuerza invisible comenzó a empujarme hacia la izquierda. La resistí por un breve segundo, pero esta fuerza era mucho más grande que mi deseo de quedarme. Me reclamaba, y supe que me quería para algo importante: más importante que mi deseo de permanecer quieta en ese lugar. Al entender esto, tomé la decisión consciente de dejarme ir. En el instante en que tomé esta decisión, (empecé a moverme) a una velocidad tremenda a través de, lo que solo puedo describir, como un espacio vagamente confinado de materia estática y fluida. Era infinitamente grande, pero inconmensurablemente pequeño (a un tiempo). Sentí que, en cualquier momento, se abriría de par en par o se derrumbaría sobre mí.

No existía una separación entre mi conciencia y sus "paredes", que estaban formadas por este continuo fluido, como estático, de energía. Mientras aceleraba, me mezclé con esta energía, y cuanto más avanzaba, más me sentía impregnada de su amor indefinible, irrefutable e ilimitado. Este amor y yo estábamos completamente inmersos el uno en el otro; no existía ningún punto de separación; Yo era, y era yo. ¡Oh, qué dicha! No sentí dolor, ansiedad ni miedo. Los únicos sentimientos eran el amor y la alegría pacífica. No deseaba nada, ya que no había nada que desear. Dentro de este espacio, simultáneamente me dieron las respuestas a todas las preguntas que había tenido en mi vida terrenal, con la excepción de una. Había una pregunta, a la que todavía no se me había dado una respuesta. Fue en este punto que me desvié hacia mi derecha, hacia una atmósfera espesa, de una niebla densa, de color gris blanquecino.

Al acercarme rápidamente, pude distinguir figuras oscuras y mal definidas. Estaban acurrucados muy juntos, justo al otro lado de la entrada. Tenían una forma similar a la humana, pero solo podían verse como sombras con esta forma. Reconocí que una de las figuras era la de un niño pequeño. Fue el primero en aparecer y tenía la apariencia de un pequeño Tom Sawyer, allí en la sombra, llevando un sombrero de ala ancha y un mono de trabajo. (Se puso) delante de los otros, y (me pidió) que lo llevara de regreso al mundo físico. El resto, reunido a su alrededor, quería también que (lo llevara). Sentían mi deseo de ayudar, y hacían uso de él para atraerme. Sent

í incomodidad al entrar en este reino. No lo sentía como un lugar tan amoroso como el que acababa de dejar. ¡Podría haberme ido, pero tenía tal deseo de ayudar al niño! A medida que avanzaba por el espacio, ellos deseaban aprovecharse de mi deseo de ayudar, y vinieron a mí todos a la vez: su necesidad y su deseo tiraban de mí desde todas las direcciones. ¡Estaban tan tristes y tenían tantas ganas de salir de allí! Al principio, quise salvarlos a todos, pero (comprendí) que era una tarea demasiado grande para mí. Abrumada, deseé irme de allí, y en el (mismo) instante en que surgió el deseo, me alejé de las figuras de color gris oscuro, y me alejé del niño sin volver la vista atrás. Había cambiado de experiencia, con mi (sola) intención, y una vez más me encontraba inmersa, dentro del espacio de ilimitado amor divino, aunque fue por breve tiempo. Cuando volví, por deseo propio, a atravesar una especie de puerta, o pasadizo, emergí dentro de algo, a lo que llamo mi Edén. Llevaba conmigo el amor, a través de la puerta; tenía consciencia pura de este amor, y de todo lo que había presenciado a mi alrededor.

Al atravesar esta puerta, sentí una inmersión instantánea con todo lo que presencié a mi alrededor. Era 'una' con las flores amarillas y vibrantes que se extendían en el suelo frente a mí. Era 'una' con la cascada resplandeciente que caía entre enormes rocas sobre una laguna pura y cristalina. Era "una" con las lejanas colinas verdes y el tranquilo cielo azul sobre ellas. Era "una" con los árboles de hoja perenne, profundamente oscuros que bordeaban el campo de flores a mi derecha. ¡Qué alegría estar en este lugar! Sentí que cada parte del paisaje era una expresión única de lo Divino, y que había sido elegida por y para mí. El denso bosque contrastaba con la impactante escena de las vibrantes flores amarillas y las cascadas. Intuitivamente, supe que lo que había en estos árboles no era ni bueno ni malo, y que yo era parte de ellos, así como todas las otras cosas (que había) en mi hermoso Edén. Tuve la opción de aventurarme dentro de este lugar oscuro, pero sentí que ya sabía cuál era mi experiencia allí. Por tanto, elegí quedarme donde estaba. No necesitaba ni quería experimentar nada más que la belleza, aunque el bosque también tenía su propio tipo de belleza. Entonces, desde el amor que había, tanto dentro de mí, como al alrededor, se me comunicó que tenía que tomar una de estas tres opciones.

La primera, era adentrarme en el bosque, pero esa, yo ya la había rechazado. La segunda opción era continuar hacia lo que había más allá de mi realidad presente, y la tercera era regresar a mi cuerpo y reanudar la vida que había dejado atrás. Ahora bien, si elegía esto, debería compartir mi experiencia, poniéndome al servicio de los demás. Miré la belleza que me rodeaba, sintiendo una vez más su enormidad: vi el amor, la paz y la unidad de todo lo que (había allí).

Mi pulso volvió a las 9:26 am. Más tarde supe que mi médico, que acababa de regresar de su luna de miel, fue el primero en responder al 'Código azul'. Acababa de llegar a su oficina ubicada en el edificio contiguo al hospital. Estaba revisando su correo cuando alguien le dijo que lo necesitaban en un trabajo de parto. 'Ok, voy enseguida'. Luego me dijo, que la persona le contestó: 'No, te necesitan (justo) AHORA'. Dejando caer las cartas, salió corriendo por el pasillo que iba de la oficina al hospital. Llegó a la sala de partos y se sorprendió de ver lo que vio. No había nada en mi historial médico, ni en el curso de mi embarazo, que indicara que tenía riesgo de sufrir complicaciones en el parto, pero ahí estaba yo, muerta en la mesa, con el bebé todavía dentro de mí. (Luego) nos dijo a mi esposo y a mí, que en los minutos que siguieron, todo fue una rápida sucesión de pasos para dar a luz al bebé lo antes posible.

Como cesaron las compresiones torácicas, se realizó una incisión rápida para que naciera el bebé. Perdí una cantidad significativa de sangre durante el proceso, y continué sangrando después, durante horas. Tanto es así que necesité una transfusión. Un cardiólogo, que estaba en el hospital atendiendo pacientes esa mañana, respondió al Código. Más tarde me dijo que esa no era su rutina habitual y que, en circunstancias normales, a las 9:30 de la mañana de un lunes, estaba en su oficina atendiendo pacientes. Un cirujano cardiotorácico también estuvo allí y vino en mi ayuda, así como otro obstetra. Estas fueron las personas que, durante una sucesión de situaciones, aparentemente aleatorias, salvaron mi vida y la de mi hija. Después de esto, pasé tres días en la Unidad de Cuidados Intensivos, en un coma inducido por drogas. Entonces entré en una DIC (Coagulación Intravascular Diseminada), que es una posible secuela de una AFE (Embolia de Líquido Amniótico), donde hay sangrado incontrolado. Me hicieron una transfusión y, finalmente, el sangrado se detuvo. Existe una tasa de mortalidad muy alta tanto en una AFE como en un DIC. Después de esto, me quitaron el ventilador y me llevaron a una habitación privada.

Mi hija había sido llevada a otro hospital, donde había una UCIN (Unidad de Cuidados Intensivos para Neonatos), y la trajeron (de vuelta) para que la viese. Sentí como si ya la hubiese conocido, aunque entonces no recordaba nada (de la ECM). Me dieron de alta el día 6, aunque todavía no estaba totalmente recuperada. Tenía una pérdida significativa de memoria. NO TENÍA MIEDO de nada. Yo era una persona ansiosa e impulsiva antes de pasar por la ECM, pero ahora era alguien completamente distinto. Sentirme de esta manera fue increíble. Me sentí libre, por primera vez en mi vida. Recordé mi ECM en un sueño, unas tres semanas después de lo ocurrido. Fue un sueño en 3D, más vívido que la vida real. Traté de compartir esta enormidad con quienes me rodeaban, pero sentí que no me 'entendían' en absoluto.

Me comuniqué con el Dr. Jeffery Long por ordenador, quien me envió un correo electrónico. Le dije que me acordaba de mi ECM, pero todavía sentía que había algo que no acababa de recordar. Me dijo que prestara atención a los sueños. Yo no había mencionado en el correo electrónico que así fue como recordé la ECM. Pasé los meses siguientes cuidando de mi hija, y después de 3 meses tuve que comenzar mi nuevo trabajo como asistente médico. Todavía estaba luchando por recordarlo todo (y lo he seguido haciendo desde entonces), y trabajé muy duro para aprenderlo todo de nuevo. Durante mi formación médica había aprendido un gran número de cosas, pero ahora las había olvidado. Al mismo tiempo, solo quería estar con mi hija. Durante los meses y años posteriores a su nacimiento, tuve grandes dudas; no sabía si creer lo que me había sucedido o no creerlo. Sentía como si una batalla interior ocurriese todo el tiempo. Fui cambiado, a pesar de que los demás esperaban de mí, que fuera la misma persona que era antes.

Traté de cumplir con (todas) estas expectativas, con el fin de ir sobreviviendo cada día. En los 13 años transcurridos desde la ECM, he cambiado de especialidad médica 8 veces. Como PA, puedo hacerlo, (pero aun así) no he encontrado todavía el trabajo que siento que debería estar haciendo. La mayor satisfacción que obtuve fue cuando supe que había ayudado a alguien. Me negué a mí misma la belleza de mi ECM y el conocimiento que había obtenido de ella. En pocas palabras, todos estamos aquí para amar, y expresarlo en todo cuanto hacemos. No sabía que yo pudiese ser así, así que enterré la experiencia y, como consecuencia, estaba descontenta, infeliz e insatisfecha. He trabajado mucho en mi interior durante los últimos tres años y he llegado al punto en el que no tengo miedo de ser yo misma, una persona cariñosa que expresa este amor en el mundo. El propósito de mi vida es hacer esto e inspirar a otros a vivir también desde su verdadera naturaleza.

Información previa:

Sexo: Mujer

Fecha en que ocurrió la ECM: 7/17/2000

¿En el momento de su experiencia, existía alguna circunstancia que amenazara su vida? Si Parto Mientras se le daba RCP (resucitación cardiopulmonar) La mía, se cree que fue causada por una embolia de líquido amniótico.

Elementos de la ECM:

¿Cómo considera el contenido de su experiencia? Enteramente agradable ¿Se sintió separada de su cuerpo? Si Me vi (por encima) de mi cuerpo, solo que en ese momento, no sabía que era yo. Había gente a su alrededor. Esto no fue verificado, pero sé que fue real. Claramente abandoné mi cuerpo y existí fuera de él

¿Cómo compararía su máximo nivel de consciencia y alerta durante la experiencia con su consciencia y alerta normal de todos los días? Más Consciente y alerta de lo normal Las cosas se SENTÍAN en un grado superior, especialmente al amor. No tenía pensamientos, solo sentimientos.

¿En qué momento de la experiencia estuvo en su máximo nivel de consciencia y alerta? Todo el tiempo.

¿Sus pensamientos estaban acelerados? No

¿El tiempo pareció acelerarse o ralentizarse? Todo parecía estar sucediendo a la vez; o el tiempo se detuvo o perdió todo significado Era justamente eso. Había una secuencia, pero el tiempo no tenía significado. No existía. Todo se sentía (de modo) instantáneo.

¿Sus sentidos eran Más intensos que de costumbre? Increíblemente más intensos

Compare por favor su visión durante la experiencia con su visión cotidiana que tenía inmediatamente antes del momento de la experiencia. Tenía visión, pero no agudeza.

Compare por favor su audición durante la experiencia con su audición cotidiana que tenía inmediatamente antes del momento de la experiencia. No hubo sonido.

¿Le pareció ser Consciente de cosas que ocurrían en otro lugar, como si se tratase de percepción extra sensorial (ESP)? No

¿Pasó hacia o a través de un túnel? No

¿Encontró o llegó a ser Consciente de algún ser difunto (o todavía vivo)? Si Estaban los seres en la sombra, pero no los conocía personalmente.

¿Vio, o se sintió envuelto por, una luz brillante? No

¿Vio una luz sobrenatural? Si Fue una luz gris/blanca.

¿Le pareció entrar a algún otro mundo sobrenatural? Un reino claramente místico o sobrenatural

¿Qué emociones sintió durante la experiencia? Al principio sentí confusión, curiosidad y amor. Cuando experimenté (la presencia de) los seres, sentí obligación y entonces me sentí agobiada, y después aliviada por un breve momento.

¿Tuvo una sensación de paz o de agrado? Increíble paz o agrado

¿Tuvo una sensación de alegría? Increíble alegría

¿Sintió una sensación de armonía o unidad con el Universo? Me sentía unido o uno con el mundo

¿Le pareció de repente entenderlo todo? Todo sobre el Universo Todas las preguntas que tuve a lo largo de mi vida, fueron contestadas simultáneamente.

¿Volvieron a usted escenas de su pasado? No

¿Vinieron a usted escenas del futuro? No

¿Alcanzó un límite o una estructura física limitante? Si El paisaje.

Dios, espiritualidad y religión:

¿Qué importancia le daba a su vida religiosa / espiritual antes de su experiencia? Incierto Fui educada y confirmada como católica, pero no era practicante. Creía en un “Poder Superior” pero no en un Dios personal.

¿Han cambiado sus prácticas religiosas desde su experiencia? No

¿Cuál es su religión ahora? No afiliada – Ninguna en particular – Secular no afiliada

¿Su experiencia incluyó características concordantes con sus creencias terrenales? Contenido que era concordante y no concordante con las creencias que tenía en el momento de la experiencia No tenía interés real o conocimiento de las ECM, aparte de haber oído a otros hablar de ellas, pero no creía, ni dejaba de creer en ellas. Tendía a sentir que no eran reales, pero no estaba segura. Juzgaba a los que decían que las habían tenido. A veces deseaba haber tenido esa experiencia yo también. A veces consideraba como serían las cosas al morir.

¿Ha tenido un cambio en sus valores y creencias debido a su experiencia? Si Sé que todos estamos aquí para amar. Ahora sé cómo vivir desde este conocimiento.

¿Vio usted espíritus fallecidos o religiosos? Los vi realmente

¿Se encontró o tomó consciencia de cualesquiera seres que vivieron previamente en la Tierra y que son descritos por su nombre en las religiones (como por ejemplo: Jesús, Muhammad. Buddha, etc.)? No

¿Obtuvo durante su experiencia información sobre la existencia pre mortal? Si Todos existíamos antes, y existiremos después de morir. Nosotros elegimos nuestras vidas.

¿Obtuvo durante su experiencia información sobre conexión universal o unidad? Si Todos somos la misma energía, aunque diferentes manifestaciones de ella. Esta energía es, la energía que es el universo.

¿Obtuvo durante su experiencia información sobre la existencia de Dios? No

Con respecto a nuestras vidas terrenales aparte de la religión:

¿Obtuvo durante su experiencia conocimiento o información especial sobre su finalidad? Si Solo que todo es amor, y que nosotros estamos destinados a ser conscientes de esto y vivir desde el amor.

¿Obtuvo durante su experiencia información sobre el sentido de la vida? Si Estamos aquí para alcanzar la consciencia de nuestra conexión energética con todo lo que es, y usar esta energía para dirigirnos a nosotros mismos, en nuestras vidas, en conjunción con la energía universal superior, que nos guía y nos enseña.

¿Cree en la vida después de la muerte después de su experiencia? Incierto Si En el límite del paisaje que estaba al final mismo, de mi recuerdo de la experiencia.

¿Obtuvo información sobre cómo vivir nuestras vidas? Si Estamos aquí para ascender. Estamos aquí para hacernos conscientes de que todos somos “dios” y tenemos la capacidad de experimentar esto mismo en la tierra, pero tenemos que ser conscientes de este propósito. Nos hacemos conscientes a través de nuestras experiencias internas individuales, y las que tenemos con los demás.

¿Obtuvo durante su experiencia información sobre dificultades de la vida, desafíos y adversidades? Si Estas son creadas por nosotros (mismos). Realmente no hay dificultades, retos o problemas. Nosotros los creamos. Tenemos la elección de hacerlo (o no), solo que muchos no son conscientes de ello.

¿Obtuvo durante su experiencia información sobre el amor? Si El amore s todo cuanto existe. Todo es amor.

¿Qué cambios de vida ocurrieron en su vida después de la experiencia? Incierto Grandes cambios en mi vida. Una vez que empecé a vivir desde mi experiencia, la vida adquirió una energía totalmente nueva. Siento que puedo vivir ahora desde mi propósito, y es lo que hago cuando escribo esto. Yo (soy quien) crea y co – crea mi vida, y soy profundamente consciente de esto.

¿Han cambiado sus relaciones específicamente debido a su experiencia? Si Se han vuelto más amorosas, porque yo soy más amorosa.

Después de la ECM:

¿Fue la experiencia difícil de explicar en palabras? Si

¿Con qué precisión recuerda la experiencia en comparación con otros acontecimientos de la vida que ocurrieron en la época de la experiencia? Recuerdo la experiencia con más precisión que otros acontecimientos de la vida que ocurrieron en la época de la experiencia

¿Ha tenido tras la experiencia dones psíquicos, no ordinarios u otros dones especiales que no tuviera antes de la experiencia? Si Soy capaz de leer a la gente y “saber” cuáles son sus motivaciones para hacer (lo que hacen). Estoy más conectada a los demás, en este sentido.

¿Hay una o más partes de la experiencia que son especialmente significativas o importantes para usted? Toda ella es significativa.

¿Ha compartido usted alguna vez esta experiencia con otros? Si Cuando la recordé, la compartí con mi familia y amigos próximos. No sabían cómo responder. La mayoría, simplemente escuchaban de un modo educado. Yo buscaba apoyo, pero ellos “no podían” dármelo. Intenté conectar con otras (personas que hubiesen tenido ECM), pero aun así me sentía aislada. (Finalmente) decidí que (la ECM) era solo para mí, y la guardé para mí durante años. Ahora siento deseos de compartirla con otros que tengan curiosidad por ella, pero no les fuerzo a conocerla. No hago publicidad de ella. Todavía trabajo en el campo de la medicina, y mi sentimiento es que la mayoría de la gente no cree realmente en la vida después de la muerte, y piensan que las ECM son creadas por reacciones químicas en el cerebro.

¿Tenía usted algún conocimiento de las experiencias cercanas a la muerte (ECM) antes de la experiencia? Si Escuché algunas charlas de personas que hablaban sobre las suyas. Pensé que eran interesantes. Mi ECM encaja en sus historias, en que el amor es indescriptible.

¿Qué pensó sobre la realidad de su experiencia poco tiempo después (días o semanas) de que sucediera? La experiencia fue definitivamente real

¿Qué piensa ahora sobre la realidad de su experiencia? La experiencia fue definitivamente real

¿En cualquier momento de su vida, ha habido alguna vez algo que le haya reproducido parte de la experiencia? No

¿Hay algo más que le gustaría añadir acerca de su experiencia? No.