Jeff S ECM
Home Pagina ECMs actuales Comparta su ECM



Descripción de la experiencia:

Le he dado gracias a Dios por el regalo de la vida y la oportunidad de aprender más sobre la conquista del mal por parte de Dios a través de su amorosa gracia. Han surgido situaciones en las que podría haber regresado a nuestro señor a una edad temprana, como la inflamación de mi apéndice, comer hongos venenosos, accidentes automovilísticos y mi experiencia cercana a la muerte con Jesús.

Amigos míos, por favor, comprendan que está bien no creer en mi experiencia cercana a la muerte. Prefiero que el pueblo de mi Dios crea más en las Escrituras de Dios que en mi propio testimonio personal. Con certeza, puedo decirles que Dios se está acercando a su pueblo de una manera mística que está por encima de nuestro entendimiento y palabras. Las experiencias cercanas a la muerte son comunes y descubrirás que miles de personas en todo el mundo han regresado de un breve momento de muerte. Desde mi experiencia, Dios me ha animado encarecidamente a compartir cortésmente mi historia en el momento apropiado. Al mismo tiempo, Dios quiere que siempre esté aprendiendo y mejorando como compañero católico.

Mi experiencia cercana a la muerte tuvo lugar a una edad de cinco años. Estaba corriendo y jugando alrededor de nuestra piscina residencial cubierta. Mientras saltaba y corría felizmente como un niño hacia el frente de la piscina, caí de espaldas. Mi espalda aterrizó sobre la superficie e inmediatamente la frágil cubierta de piscina rodeó mi cuerpo y me zambulló en el agua como si fuesen arenas movedizas. Mis brazos y pies se balanceaban en todas direcciones para recuperar el control y salir de la piscina, pero no podía nadar.

Mi incapacidad para nadar hizo que mi cuerpo se hundiera bajo el agua. Mientras estaba bajo el agua, miré hacia arriba y vi que la superficie brillaba como estrellas brillantes. Luego estuve en la completa oscuridad durante unos dos segundos, en medio del silencio.

Me vi en un lugar que no es fácil de describir con palabras. Este lugar tenía tanto sentimiento como formas visuales. Recuerdo un intenso sentimiento de Felicidad tan grande que nada que ocurra en la tierra alcanzará jamás algo así. Estaba en un lugar que parecía niebla, y había girones de niebla en el suelo, a la derecha, a la izquierda y por encima de mí. Lo único que tuve fue la visión clara de un Hombre que estaba en el extremo derecho.

Supe de inmediato que este Hombre era Jesús. Nunca lo había visto antes, pero sabía que él era mi amo y señor. Comprendí que él conocía todos los detalles sobre mí. Jesús vestía una capa romana blanca desde el cuello hasta los pies con mangas largas que le quedaban muy sueltas. Una faja roja de ropa holgada se extendía desde su hombro izquierdo a través del pecho hasta la derecha de su cintura. Tenía el pelo largo y castaño rizado, que le llegaba hasta los hombros. Todo sucedió tan rápido que no vi las heridas en sus manos, ni en su rostro, ni vi el color de sus ojos.

Nuestra conversación no se pareció en nada a un diálogo corriente cara a cara. De alguna manera, tuve la posibilidad de elegir, entre comunicarme con la boca o mentalmente. Jesús me habló (moviendo) los labios, abrió los brazos y dijo: "Aún no es hora de que mueras".

En mi mente comprendí que aún no me había llegado el momento de morir. Entonces Jesús habló de nuevo diciendo: "Tus padres deben estar preocupados por ti". Comprendí que mis padres no sabían dónde estaba y que debían estar preocupados. Le dije a Jesús a través de la mente que me sentía realmente feliz en su presencia y que estaba dispuesto a morir por él si era necesario. Entonces, de alguna manera, Jesús me aseguró a través de la mente que entendía que (estaba dispuesto a) morir por él, lo cual fue un honor para mí. Quería quedarme con Jesús, pero sabía que tenía que regresar. Inmediatamente después, recuerdo que mi familia me sacó del agua.

Durante años, guardé silencio sobre mi testimonio personal hasta que conocí a personas que eran ateas, brujas, anticristianas, etc. Compartí cortésmente (con ellos) que Jesús es real y que pronto regresará a nosotros.

Me sorprende que no nos haga falta buscar muy lejos para encontrar a Cristo. Todo lo que tenemos que hacer es asistir a misa para encontrar a Cristo en su pueblo y en la Eucaristía. Por favor, ténganme presente en sus oraciones para que pueda sacar lo mejor de mi vida, ser un gran siervo y aprender continuamente acerca de Dios. Sé que Jesús quiere que viva para él y haré todo lo posible para vivir la vida al máximo como un caballero católico.

Información previa:

Sexo: Hombre