Bobby HR ECM
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Descripción de la experiencia:

A la edad de 8 años, tanto mi hermano, como yo, nos sometimos a una operación de amigdalitis. Después de que me extirparan las amígdalas, me enviaron a la sala de post operatorio. En cierto momento, inmediatamente después de la cirugía, tuve una hemorragia. Recuerdo haber escuchado voces de alarma, a mi alrededor. Había un tono de urgencia en sus voces, lo que me produjo conmoción. Rápidamente me llevaron pasillo abajo.

Debí salirme de mi cuerpo, porque recuerdo vívidamente que me llevaron corriendo por el pasillo y mi brazo derecho se quedó colgando fuera de la cama, al atravesar una puerta. El brazo golpeó la puerta batiente y una enfermera a mi lado lo empujó hacia atrás. No hubo dolor. Supongo que estaba fuera de mi cuerpo porque, de lo contrario, no podría haber visto todo esto. Era como si estuviera viendo mi cuerpo alrededor de mi cabeza y por encima del cuerpo.

El siguiente recuerdo fue cuando me sacaron de la cama y me colocaron en la mesa de operaciones. Había una luz brillante que se agrandaba y se hacía más brillante. Podía escuchar las voces en la habitación, volviéndose cada vez más distantes. La luz se veía atractiva e interesante, como la sensación que se tiene de niño al llegar a un patio de recreo cuando te diriges a jugar.

A continuación, me vi por encima de una asamblea, situada en algo similar a un gran escenario. Había allí un coro de ángeles. Me sentí muy emocionado. El sonido se oía con fuerza y era hermoso. Todavía puedo escucharlo en mi cabeza, aunque no lo pueda describir con palabras de mi vocabulario. La música era como un flujo increíble de notas y acordes, que el oído humano no puede escuchar. La apariencia de los ángeles era difícil de describir porque apenas tenían forma y sus cuerpos no parecían cuerpos humanos. Había una línea muy vaga que definía su sustancia, casi como pilares de energía, contenida dentro de una delgada línea de luz. No recuerdo sus rasgos distintivos, tales como la nariz, el cabello o cualquier otra cosa que se parezca a lo que tienen los humanos. Sin embargo, sus labios angelicales eran suaves y a través de ellos se emitía una música hermosa. No podía describirse con claridad el color de sus ojos, pero todos ellos se veían idénticos. Todos miraban al centro del escenario, donde brillaba esa luz intensa. Era DIOS. El coro se alineaba de izquierda a derecha, hasta donde alcanzaba la vista.

Recuerdo a alguien más a mi derecha, ¿quizás un guía? Era masculino. Digo esto basándome en el sentimiento y entendimiento que tuve, de que era masculino. Recuerdo estar extremadamente emocionado y lleno de asombro. Entonces dije algo, como, '¿Puedo cantar yo también?', y el guía dijo: 'Oh, no. No puedes cantar con ellos'. Dije: '¡Sus ojos! ¡Míreles a los ojos!’. Quería llamar su atención, pero el guía (solo) dijo amorosamente: 'Sí. NUNCA le quitan los ojos de encima. '¿Nunca?' Pregunté yo. "Nunca", respondió él.

Recuerdo haberme sumergido en un sentimiento de Felicidad, pertenencia y amor. Amor puro. No había nada más que VER realmente. Todo allí era una luz blanca, dorada y transparente. Incluso ahora, al pensar en ello, mi corazón se siente tan lleno de amor y alegría que podría estallar.

Lo siguiente que recuerdo fue despertarme, vomitando la sangre que había entrado en mi estómago. Supongo que la experiencia ocurrió cuando me llevaron rápidamente a la sala de emergencias para detener la hemorragia.

Información previa:

Sexo: Hombre