Alan S ECM
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Descripción de la experiencia:

El día que me presenté ante las puertas del cielo

"Después de volver, me enamoré de todo cuanto hay, de todo lo que había aprendido".

Alan R. Stevenson

Ojalá pudiera decir que el día de mi muerte fue un día como otro cualquiera para que pareciera más dramático, literariamente hablando. Sin embargo, como si de un irónico adelanto de lo que estaba por venir, se tratara, el día estuvo marcado por la única tormenta de nieve de aquella temporada invernal, en la península del Niágara. Para mí, fue como un preludio de la inevitable realidad que todos enfrentaremos algún día. Es un día que algunos consideran (con esperanza), mientras que otros lo temen hasta el extremo.

El 26 de febrero de 2010, está todavía cercano, ahora que llevo algún tiempo al sol bajo el cuidado de mis seres queridos. Estoy agradecido por haber encontrado este espacio de paz donde curar mi cuerpo, reparar mi mente, poner orden en mi alma y aprender las lecciones de lo que significa "ser".

Aquella mañana fue un tanto diferente, en el sentido de que la estructura de mi mundo físico parecía algo des - sincronizada. En circunstancias normales, la mayoría de la gente hubiera ignorado los pequeños detalles. El dolor de lo que suponía, era una severa acidez de estómago, me había durado tres días. Estaba siendo arrastrado hacia una situación nada ideal, ignorando el dolor, pero sabiendo en el fondo que no debería ignorarlo. Fue aquí donde entré por primera vez en un bache conflictivo, mientras priorizaba el trabajo sobre la salud. Me preparé para ir a trabajar. No hubo cambio alguno en mi rutina, excepto por la lentitud con que me ponía las botas de invierno.

Atenazado por la potente aprensión de aventurarme en el gélido clima canadiense, seguí ignorando los instintos que me fastidiaban de un modo implacable. Pero debido a una crisis financiera donde los objetivos ya no se cumplían, y a un esquema de trabajo que me mantuvo fuera de la oficina durante los seis días anteriores, me vi obligado a ignorar la voz interior y ponerme capas de ropa, para poder lidiar con el clima extremo. Aquello, de lo que mi voz interna no podía convencerme, comenzó a hacerlo el dolor, que cada vez era mayor, y se sentía incluso con el movimiento más simple. La ocurrencia de caminar seis manzanas bajo la tormenta de nieve, empeoró todavía más mi malestar físico. Por un momento, pensé en pedir ayuda a mi hermano menor, pues estaba en la sala de estar viendo el noticiario matinal.

Por desgracia, me imaginé su típica respuesta, “tócate las narices', a cualquiera que le hable de un problema personal o de una dificultad de la clase que sea. Descartando rápidamente el pensamiento, me puse el abrigo sobre mis abultadas capas de ropa, y con una sensación de enorme pesadumbre, me coloqué el sombrero y los guantes.

Solo con abrir la puerta a la tormenta de nieve y temperaturas gélidas, la sensación de inminente desastre, flotó por el margen de mi conciencia. Un sentimiento de inexplicable tristeza comenzó a abrumarme y una sensación de cruda emoción fue todavía una advertencia más. Ignorándolo con estoicismo, simplemente salí y cerré la puerta en busca de la primera oportunidad para salvar mi vida. No le dije nada a mi hermano, ni siquiera un simple adiós, ya que había una gran tensión entre nosotros, todavía, después de la discusión tenida dos días antes, por motivos triviales, como siempre.

Las ráfagas de viento y la nieve se intensificaron, apretando el cuello del abrigo contra mi mejilla al tiempo que avanzaba hacia los escalones del porche delantero. Enterré mis pies en la nieve hasta treinta centímetros de profundidad, mientras me abría paso hacia la calle principal. A pesar de ir con la cabeza baja, el fuerte viento me hacía llorar los ojos. Incluso con una salud perfecta, caminar por la ciudad de una manera normal, no era una opción en un día tan brutal. El dolor agónico en mi pecho había alcanzado un nivel que me desorientaba, así que me detuve en la tienda, a la vuelta de la esquina, para sacar un tubo de tabletas para la acidez de estómago, aunque era algo contrario al sentido común. Lo único que sabía, es que necesitaba algún tipo de alivio en aquel momento. ¡Joroba, lo que sea!

Mientras hacía cola detrás de otro cliente que estaba pagando su compra, el empleado de la tienda, a quien conocía bastante bien, me miró varias veces con preocupación. Una vez más, la oportunidad de salvar mi vida se hizo presente, con solo que hubiera pedido ayuda. No había excusa. Había tenido muchas conversaciones con el empleado, durante los últimos seis meses, y sabía que había sido médico en su Serbia natal. No había podido aprobar los exámenes de médico en Canadá, debido a su inglés. Lo triste e irónico del asunto, es que su inglés era mejor que el de la mayoría de los nacidos en este país.

Sus ojos no dejaron de mirarme mientras luchaba por abrir el tubo de pastillas. Casi no recuerdo haber pagado por ellas pero, mientras contaba el cambio, sus ojos me evaluaron cuidadosamente.

'¿Se encuentra bien?’

'Oh, sí, estoy bien'.

"No tiene buen aspecto", dijo con más firmeza.

Aunque sus palabras se registraron en mi mente, atormentada por el dolor, la negación de mi deterioro físico luchó en todos los frentes, desafiando el más elemental sentido común.

"Me pondré bien", insistí, aunque la realidad es que un sentimiento de pura consternación, unido a un sentimiento emocional de desesperanza, hizo que mis pensamientos revolotearan en todas direcciones. Mientras tanto, la montaña rusa emocional se aceleró hasta el punto en que pareció como si fuera a descarrilar en cualquier momento.

Concentrarme en el tubo de pastillas, fue todo lo que pude hacer para seguir en pie. Finalmente, logré controlarme, y me dirigí hacia la puerta mientras me metía varias tabletas en la boca. La tarea, normalmente simple de abrir la puerta, fue tan abrumadora como empujar un coche, y una vez más dejé pasar la oportunidad de salvar mi vida.

Entré en la terrible tormenta, caminando seis manzanas bajo unas condiciones climáticas que no había visto en años. Mis pies se arrastraban como si fuesen de plomo; era casi imposible sacarlos de la nieve, cada vez más profunda. Con cada paso, el tornillo de la consternación se apretaba más y más contra mi pecho. Mi mente buscaba soluciones dentro de la niebla inducida por el dolor, al tiempo que mi ego irrumpía en la superficie de los pensamientos y gritaba: "¡Este no es el día y no me va a pasar nada!"

Luchando por Lake Street, justo después de las armerías, miré a mi alrededor para determinar lo lejos que estaba de la parada del autobús, cuando me di cuenta con un estremecimiento, de que estaba completamente solo en medio de la tormenta. No había ni un alma a la vista en ninguna parte, ni coches, ni personas, ni tiendas abiertas. Solo el viento helado, con la nieve que arrastraba, y el dolor insoportable. Me sentí más solo que nunca. Jamás había estado así antes. Hasta el día de hoy, todavía recuerdo claramente mi instinto gritando: "¡Tienes que ir al hospital!" Me aferré a la tonta creencia de que, si seguía adelante, la cosa pasaría y volvería a estar bien, finalmente.

Llegar a la parada de autobús pareció toda una victoria, aunque ahora tenía que esperar el autobús, que iba con retraso. Cuando llegó y subí a bordo, deslicé las monedas en la ranura y me di cuenta, mientras se alejaba dando bandazos en la nieve, que todo había cambiado de un latido al siguiente. Me hundí en el asiento, un par de filas detrás del conductor, mientras sudaba profusamente en aquel momento. Mi capacidad para moverme físicamente se redujo a cámara lenta, ya que mis manos no obedecían mis esfuerzos por quitarme los guantes, el abrigo o el sombrero. Con una comprensión sombría, supe que no tenía más remedio que pedir ayuda ahora, o moriría, e incluso con la fría verdad delante de la cara, no pude actuar de inmediato. Una vez más, mi instinto me gritó que pidiera ayuda. ¿Quién sabe realmente, cómo actúan la mente y el cuerpo bajo presión, hasta que se enfrentan a las circunstancias más espantosas?

Sin pensarlo, cuando los ojos de la conductora del autobús se encontraron con los míos en el espejo que había sobre ella, le pedí que llamara al 911. Ella solo preguntó por qué, mientras cogía el teléfono de a bordo. Con voz entrecortada le dije que estaba sufriendo un infarto. Girándome lentamente, noté a una Mujer sentada frente a mí. Una expresión de horror llenó su rostro redondo, al tiempo que apretaba con fuerza, un bolso abultado contra su pecho.

El dolor comenzó a disiparse rápidamente, y una serena paz me envolvió suavemente. Mi mirada bajó lentamente a mis botas y pensé: 'Así que esto es lo que se siente al morir'. Durante ese pensamiento transitorio, morí. Mi visión parpadeó en la oscuridad, al tiempo que todo el dolor que había sufrido durante los últimos tres días, se desvanecía sin preocupación, ansiedad o miedo. Una paz serena paz se fortaleció, reemplazando todo el dolor de los momentos anteriores.

Entonces, lentamente, una apertura brumosa de unos quince centímetros de diámetro, comenzó a aparecer frente a mí. Mi mente estaba clara y me sentía liviano como el aire, al tiempo que una fuerte sensación de fascinación envolvió mi ser, mientras sentía un movimiento lento y fácil hacia los lados, con solo una mínima presión a mi alrededor. Al mirar hacia abajo, vi que tenía cuatro brazos, piernas, manos y pies. Un conjunto tenía proporciones más densas, mientras que el otro, eran apéndices translúcidos que flotaban, saliendo apenas de mi cuerpo físico.

En este punto, el que había sido mi tutor desde hace largo tiempo, un tigre de casi dos metros de altura en sus hombros, salió de la situación cercana a la ventisca, y se subió al autobús. Parecía extraño, pero lo conocí por haber tenido otros encuentros con él durante mi vida. Tiger (así le llamo) es un guardián del alma o, lo que se conoce como "un protector de almas". Se acercó a mí y con amor frotó su cabeza en el lado izquierdo de mi rostro. Retrocediendo lentamente, me miró a los ojos y habló en mi mente: ‘Estás a punto de morir’

Volvió la cabeza hacia las ventanas laterales, donde había imágenes holográficas que mostraban sucesos del pasado, presente y futuro, hasta convertirse en imágenes de mis dos hijas.

Entonces se volvió hacia mí, y me miró, diciendo, ‘si así lo desea’

'¿Entonces tengo una opción?' Pregunté confundido.

'Si, la tienes. Todos tenéis una opción. A todos se les da una opción sin que se emitan juicios de ningún tipo. Dónde has estado, dónde estás y adónde te diriges en cada momento, es tu elección".

Me sentí abrumado por el emotivo sumario de mi vida, que todos deberemos experimentar, ya sea que nos quedemos o regresemos. La mejor manera de describirlo sería tomar cada pensamiento y sentimiento que se ha tenido, junto con cada acción física que haya realizado, y luego colocarlo todo en una categoría emocional. Pregúntate qué emoción resume mejor tu vida hasta la fecha.

La mía estuvo marcada por la culpa de malgastar mis muchos talentos y, a su vez, mi vida.

Ambos nos miramos profundamente a los ojos y en un tono suave y sumiso respondí:

'Quiero quedarme. Quiero vivir.'.

"Muy bien", dijo Tiger. Ahora tienes una tarea.

Tiger se volvió para marcharse, al tiempo que el pensamiento de que le siguiera, fluyó libremente hacia mí. En realidad, no me levanté ni caminé a ningún lado, sino que al instante, viajamos lejos, hasta un lugar envuelto en una niebla blanca y luminosa.

Cuando llegamos, Tiger se adelantó a mí volviéndose a mirarme en ángulo. En el margen de mi visión periférica izquierda, aparecieron tres Seres, a quienes he llegado a llamar los Seres del 111 o 3. Cuando centré mi atención en ellos, desaparecieron, pero cuando miré a Tiger, reaparecieron, solo para desaparecer una vez más cuando me volví hacia ellos. Me recordó a cuando miras una estrella distante en el cielo nocturno. Si la miras directamente, parece que se pierde de vista, pero reaparece si apartas un poco la vista de ella.

Aquí comencé mi primera lección con Tiger. Estaba buscando emocionalmente la comprensión de por qué podía, aunque no podía, ver a los tres Seres. No importa, susurró Tiger. Luego me informó que el Ser central era un Maestro, no solo para mí, sino para los otros dos Seres presentes. Eventualmente, ellos mismos se convertirán en maestros. El Maestro es una conciencia original (o un niño, si lo prefieres) de lo que la mayoría llama Dios.

En este punto, hay algunos detalles importantes que los lectores deben comprender. Primero, el tiempo tal y como lo percibimos, no existe. No es más que una forma de medir la distancia, como por ejemplo, la distancia que recorre la luz en un año, o el sol atravesando el cielo de horizonte a horizonte. Sin embargo, por motivos de referencia, nos vamos a quedar con el tiempo tal como se entiende tradicionalmente. Morí aproximadamente a las 9:25 am, y estaba a punto de pasar, lo que se consideraría el valor de un día en el otro lado, antes de volver a la realidad física, aproximadamente diez minutos después, es decir, a las 9:35 am.

Pronto comprendería el propósito de venir a este lugar, ya que mi enfoque se intensificó a un nivel tan extremo que sentí que todo era posible. Tiger actuó como conducto de lo que vendría después, ya que la mayor parte fluyó a través de él. Un poco a mi derecha, aparecieron varias imágenes holográficas de flujo libre con fondo completo. Varias veces, durante la proyección de imágenes, me faltó una comprensión clara del punto que se estaba planteando. Yo decía en mi mente "Sí, pero...”. En ese momento, Tiger exclamaba pacientemente, "no importa". Finalmente, comencé a entender que esa frase era una herramienta de enseñanza importante, y también de aprendizaje. Hay cosas que realmente son importantes, y luego están aquellas que simplemente no lo son. En el momento que aprendas a hacer esa distinción, te liberarás para convertirte en el Ser que siempre debiste ser.

Tiger me acompañó de regreso al autobús, ya que era hora de que regresara. Le agradecí por compartir ideas y verdades conmigo. Una vez más frotó su cabeza contra la mía con intenso amor antes de girarse y bajar del autobús. No lo he visto ni sentido de ninguna manera desde ese momento en que se escabulló del autobús.

Cuando mi realidad física comenzó a regresar, vi a la conductora del autobús de pie ante mí, angustiada mientras exclamaba: '¿Qué puedo hacer? ¡Creo que está muerto!

Con mi realidad física volviendo a mí, me volví enteramente consciente del dolor y el entorno circundante. El primer enfermero subió al autobús y me hizo algunas preguntas para evaluar mi estado. Me sentí increíblemente aliviado de que alguien finalmente hubiera venido a ayudarme. Cuando se dio la vuelta y salió del autobús, me entró pavor, tanto que grité dentro de mi mente: 'Por favor, no me deje ahora'. En realidad él solo iba a la ambulancia a coger su equipo. La conductora del autobús esperó a mi lado hasta que regresaron los enfermeros. Hubo una actividad frenética, mientras tres de ellos hacían todo lo que podían para estabilizarme lo suficiente como para transportarme al hospital.

En el Hospital General de St. Catharine, un médico y una enfermera procedieron a inyectar, rociar y administrarme una gran cantidad de medicamentos, una vez que se diagnosticó la gravedad de mi condición médica. Después empezaron las órdenes frenéticas del médico traumatólogo, '¡Vamos! ¡Vamos! ¡Vamos! ¡Hay que sacarlo de aquí ya mismo!’ Me llevaron al Hospital Hamilton General para que me operaran del corazón y salvar mi vida. Fue un recorrido directo por Queen's Highway a toda velocidad con las sirenas de urgencias en lo que, en condiciones normales, habría costado al menos treinta minutos en coche. A través de las ventanas de la puerta trasera, veía los coches desaparecer como si estuvieran parados, y me di cuenta de lo rápido que viajábamos.

La enfermera sentada a mi lado miró a los dos enfermeros que me flanqueaban y dijo: 'No queremos alarmarle, porque tienes que estar lo más calmado posible’. Luego, miró el teléfono móvil que llevaba encima, y agregó, 'pero si desea llamar a alguien, este es el momento de hacerlo’.

Mis ojos se llenaron de lágrimas cuando recordé que mi teléfono móvil estaba sin batería desde el día anterior. Ella sacó rápidamente el suyo y me pidió un número para marcarlo por mí. Busqué mentalmente el primer teléfono al que llamar, pero lo cierto es que no quería molestar a nadie. Esa fue una de las decisiones más difíciles que tuve que tomar, pero sabía que mis hijas necesitaban saber cuánto las amaba y lo que habían significado para mí durante el tiempo que habían compartido mi vida.

Le di a la enfermera el número del trabajo de su madre, y ella marcó cada número en el teclado mientras yo trataba de recordarlo. Entonces me pasó el teléfono. Una vez que Deb respondió, inmediatamente me disculpé y le expliqué la situación. Después le transmití el mensaje que necesitaba escuchar. También le dije que aunque las cosas no habían salido como habíamos planeado muchos años atrás, me acordaba muchísimo de ella y continuaría haciéndolo no importa lo que finalmente sucediera, y la dejaría ir con un profundo sentimiento de amor. Imaginé la expresión estoica en su rostro que estaría ocultando su angustia, pero realmente no tenía idea de lo que sucedió en los momentos después de que colgué.

Cuando llegamos al hospital, los enfermeros me llevaron a toda velocidad a través de la nieve hasta la sala de emergencias y, luego, por los pasillos hasta un quirófano. Mientras estaba tumbado en la mesa de operaciones, el personal de quirófano me desnudó por completo y me preparó para la operación.

Mientras se realizaba la preparación, un cirujano de aspecto joven se acercó y se inclinó ligeramente sobre mí, preguntando: "¿Qué diablos estás haciendo en mi mesa de operaciones?"

Con mi última pizca de rápido ingenio, dije: 'Estoy teniendo un mal día'.

Sonrió un poco y se alejó durante un rato. Cuando regresó, dijo: 'Su arteria izquierda está cien por ciento bloqueada. Desde el punto de vista médico, no existe razón alguna para haber sobrevivido a lo que se conoce como el ataque cardíaco 'que hace viudas'.

Lo miré intensamente (con una mirada involuntariamente triste, teniendo en cuenta que estaba lleno de productos químicos que habían inyectado en mi cuerpo), y con calma dije: 'Oh, pero lo estoy haciendo’.

A última hora de la noche, fui recuperando el conocimiento poco a poco. Salí de un estado algo brumoso y entré en una sensación de paz. Había todavía presente una pequeña incomodidad física, aunque solo en el fondo de mi conciencia. Desperté en una gran sala de la UCI. Fue allí donde comencé a darme cuenta y a sentir la mágica sensación de estar vivo y toda la magia que hay en un solo día de vida. Durante la semana siguiente en el hospital, los regalos con los que había regresado, se hicieron evidentes. 'Regalos' puede ser un término equivocado, puesto que son meras habilidades que hay innatas en todos nosotros, pero para mí fueron legados de mi experiencia, que cambiaron mi vida. Lo que sigue en este libro es solo una parte de lo que se me mostró durante el tiempo que pasé con Tiger y el Ser de los Tres.

Información previa:

Sexo: Hombre

Fecha en que ocurrió la ECM: 26 de Febrero del 2010

¿En el momento de su experiencia, existía alguna circunstancia que amenazara su vida? Si Ataque cardiaco

Elementos de la ECM:

¿Cómo considera el contenido de su experiencia? Enteramente agradable

¿Se sintió separado de su cuerpo? Claramente abandoné mi cuerpo y existí fuera de él

¿Cómo compararía su máximo nivel de consciencia y alerta durante la experiencia con su consciencia y alerta normal de todos los días? Más Consciente y alerta de lo normal. Sin un punto de referencia, explicar se vuelve un punto discutible.

¿En qué momento de la experiencia estuvo en su máximo nivel de consciencia y alerta? Poco después del cambio dimensional.

¿Sus pensamientos estaban acelerados? No

¿El tiempo pareció acelerarse o ralentizarse? Todo parecía estar sucediendo a la vez; o el tiempo se detuvo o perdió todo significado. Aquí, de nuevo, NO tienes un punto de referencia para entenderlo, a menos que hayas tenido una ECM. Q#26 es un agujero de paloma. ¿Puede una gota de agua distinguir su yo dentro de un vaso de agua? La respuesta es ‘sí’, pero sigue siendo una parte del todo.

¿Sus sentidos eran Más intensos que de costumbre? Más intensos que de costumbre

Compare por favor su visión durante la experiencia con su visión cotidiana que tenía inmediatamente antes del momento de la experiencia. ¡¡¡ Dos cosas muy diferentes !!!

Compare por favor su audición durante la experiencia con su audición cotidiana que tenía inmediatamente antes del momento de la experiencia. Podía ver sin ojos y oír sin oídos.

¿Le pareció ser Consciente de cosas que ocurrían en otro lugar, como si se tratase de percepción extra sensorial (ESP)? No

¿Pasó hacia o a través de un túnel? No

¿Encontró o llegó a ser Consciente de algún ser difunto (o todavía vivo)? Si. La perspectiva y la percepción de su pregunta están dobladas por su único punto de referencia, que es físico. SÍ, los Seres estaban ‘Vivos’ y siempre lo han estado, puesto que SOLO sus vehículos se fueron al sitio de desguace hace eones.

¿Vio, o se sintió envuelto por, una luz brillante? Una luz de claro origen místico o de otro mundo

¿Vio una luz sobrenatural? Si. Una niebla blanca.

¿Le pareció entrar a algún otro mundo sobrenatural? Un reino claramente místico o sobrenatural

¿Qué emociones sintió durante la experiencia? E-moción = _______ es la llave secreta a nuestra existencia.

¿Tuvo una sensación de paz o de agrado? Increíble paz o agrado

¿Tuvo una sensación de alegría? No

¿Sintió una sensación de armonía o unidad con el Universo? Me sentía unido o uno con el mundo

¿Le pareció de repente entenderlo todo? Todo sobre el Universo. Principios fundamentals que conducen a un entendimiento más allá..

¿Volvieron a usted escenas de su pasado? Recordé muchos acontecimientos pasados No importante. Puntos de inflexión para una educación que está por llegar.

¿Vinieron a usted escenas del futuro? Escenas del futuro del mundo. ¡No vamos allí! Las líneas de tiempo no están escritas.

¿Alcanzó un límite o una estructura física limitante? No

Dios, espiritualidad y religión:

¿Qué importancia le daba a su vida religiosa / espiritual antes de su experiencia? Incierto

¿Han cambiado sus prácticas religiosas desde su experiencia? No

¿Cuál es su religión ahora? Sin comentarios.

¿Su experiencia incluyó características concordantes con sus creencias terrenales? Contenido que era totalmente no concordante con las creencias que tenía en el momento de la experiencia. Lo que todos pensamos, debido al perímetro creado por la pequeña caja de nuestra realidad física, no es nada más que un arañazo en la superficie del pico de hielo de un iceberg.

¿Ha tenido un cambio en sus valores y creencias debido a su experiencia? Si. Todo lo que pensé una vez, cambió.

¿Vio usted espíritus fallecidos o religiosos? No

¿Se encontró o tomó consciencia de cualesquiera seres que vivieron previamente en la Tierra y que son descritos por su nombre en las religiones (como por ejemplo: Jesús, Muhammad. Buddha, etc.)? No

¿Obtuvo durante su experiencia información sobre la existencia pre mortal? Si. Puntos de referencia de experiencia pasada, por motivos educacionales. Vuelta que creó líneas de tiempo, o el desarrollo de eventos físicos.

¿Obtuvo durante su experiencia información sobre conexión universal o unidad? Si. De aquí, la gota de agua.

¿Obtuvo durante su experiencia información sobre la existencia de Dios? Si. Un Ser de consciencia no abarcable por nadie, aquí. Decir que no entiendes, es justicia del ego, en el major de los casos.

Con respecto a nuestras vidas terrenales aparte de la religión:

¿Obtuvo durante su experiencia conocimiento o información especial sobre su finalidad? Si. La construcción de realidad física y que ‘E – moción” = Electricidad, lo pone todo en movimiento.

¿Obtuvo durante su experiencia información sobre el sentido de la vida? Si. La Vida Física es una expresión de experiencia, de la cual aprender que la e – moción crea nuestro despliegue físico ante nosotros. Saber que ‘Lo que’ somos es importante y NO ‘Quien’ creemos que somos o hemos llegado a ser por experiencia física.

¿Cree en la vida después de la muerte después de su experiencia? Incierto. Si. Mi Ser allí en nuestra forma de consciencia primaria. Una vida después de la muerte, definitivamente, existe.

¿Obtuvo información sobre cómo vivir nuestras vidas? Si. Nuestro sistema consciente de ‘creencias’ lo tiene prácticamente todo, atrasado.

¿Obtuvo durante su experiencia información sobre dificultades de la vida, desafíos y adversidades? Si. Pero nadie aprende… Mira a tu alrededor.

¿Obtuvo durante su experiencia información sobre el amor? Si. Es aquello de lo que todos nosotros somos parte y de lo que todos venimos.

¿Qué cambios de vida ocurrieron en su vida después de la experiencia? Incierto. Una Vida Plena en el Alma no tiene nada que ver con una vida religiosa, ya que son dos direcciones extremadamente opuestas. ¡Mi existencia Plena en el Alma y la Vida son MUY importantes! Yo he ayudado a personas de todo el mundo que me buscaron, durante los últimos diez años.

¿Han cambiado sus relaciones específicamente debido a su experiencia? Si. He caminado MUY lejos de mi zona de confort del pasado, para encontrar el amor de mi vida, a medio mundo de distancia.

Después de la ECM:

¿Fue la experiencia difícil de explicar en palabras? Si. Necesité escribir y reescribir mucho. No había palabras para poder entenderlo.

¿Con qué precisión recuerda la experiencia en comparación con otros acontecimientos de la vida que ocurrieron en la época de la experiencia? No sé cómo mi recuerdo de la experiencia se compara con el recuerdo de otros acontecimientos de la vida que ocurrieron en la época de la experiencia. Permanece vívido.

¿Ha tenido tras la experiencia dones psíquicos, no ordinarios u otros dones especiales que no tuviera antes de la experiencia? Si. Una sensación de despliegue y comunicación de las Almas, a veces. Todavía estoy aprendiendo a controlarlo.

¿Hay una o más partes de la experiencia que son especialmente significativas o importantes para usted? Estuve en total ASOMBRO ante el Ser/Maestro central y su respuesta a mi estado e – mocional, directamente relacionado con su presencia, fue: ‘No soy nada más ni nada menos que lo que tú ya eres’

¿Ha compartido usted alguna vez esta experiencia con otros? Si. Un mes o así. Sí, se lo dije a mi madre adoptiva cuando vino a visitarme al hospital.

¿Tenía usted algún conocimiento de las experiencias cercanas a la muerte (ECM) antes de la experiencia? Si. Algo, pero muy poco.

¿Qué pensó sobre la realidad de su experiencia poco tiempo después (días o semanas) de que sucediera? La experiencia fue definitivamente real

¿Qué piensa ahora sobre la realidad de su experiencia? La experiencia fue definitivamente real

¿En cualquier momento de su vida, ha habido alguna vez algo que le haya reproducido parte de la experiencia? No

¿Hay alguna otra pregunta que podríamos hacer para ayudarle a comunicar su experiencia? ¿¿¿Qué problemas e inconvenientes ha experimentado usted desde la ECM???