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Descripción de la experiencia:

Una herramienta instintiva de supervivencia

Un camino para futura evolución

Comenzó como un pequeño punto emergiendo de una nada negra como tinta, a millas de distancia. Las paredes y el piso se habían disuelto, liberándome al vacío, permitiendo a la luz encontrar mi cerebro. De prisa hacia adelante, la brillantez se estrelló directo conmigo, explotando todo en un cegador e incontenible blanco. Jadeé y me volteé para ver hacia dónde se había ido el tren fantasma, pero no encontré nada. No había nada excepto agua tibia cayendo como cascada desde la ducha, reconfortando mi cara y mi piel.

La iluminación acababa de atravesarme en un instante que me alteró el corazón mientras me duchaba en el sótano de mi hogar suburbano.

En el momento anterior yo había dicho en voz alta, ‘Oh Dios, ya no puedo vivir así.’ Había estado intentando encontrar balance en mi vida, para sólo encontrar miseria. La vida estaba profundamente fuera de control. Ahora que digo estas palabras, son palabras dichas más sinceramente de lo que había hablado en voz alta antes. El fondo se cayó y la luz perforó mi cerebro.

Contrario a la especulación prevalente sobre experiencias cercanas a la muerte, mi ‘iluminación’ no fue una visita espiritual o una disociación mental de la realidad. Fue de hecho una reacción automática de mi cerebro diseñada por la evolución para ayudarme a sobrevivir mi crisis. Un reflejo evolucionario disponible para todos.

Cuando rendí mi voluntad al destino, mi cerebro concluyó que yo estaba en peligro inmediato de morir. Mi cerebro equiparó mi rendición de voluntad a la rendición física de la vida misma. En respuesta a la catástrofe pendiente, mi cerebro apagó toda entrada sensorial. No había vista, sonido, tacto ni nada. La ventaja para sobrevivir sería evitar el dolor y evitar la distracción que el dolor podría causar. El resultado sería una habilidad de reaccionar con la cabeza clara a una emergencia que se desarrolla. La luz y el ruido eran dispositivos que enmascaraban el dolor

¿Cómo es que el cerebro crea luz y ruido blancos? Yo especulo que algo físicamente interrumpe las señales sensoriales. ¿Las señales ópticas se intersectan con otros canales sensoriales en algún lugar del cerebro? ¿En un lugar donde un bloqueador químico o un interruptor de paso se puede aplicar?

La luz era sólo el primer elemento de la experiencia cercana a la muerte.

De repente, no había voz en mi cabeza, no había estrés. Sólo la ligereza de ser.

No más ser perceptual, sólo una inmediata unidad con la vida. Encontré mi balance, me reí de los sentimientos y me fui al espejo para ver si estaba aún entre los vivos. Para mi sorpresa, mi cara me miró de vuelta, igual que antes. Los colores eran intensamente vibrantes. Me encontré en una íntima relación perceptual con todo.

Me había convertido en un vacío en el centro de mi universo. El centro de una red de relaciones espaciales. La experiencia fue complementada por una perspectiva fuera del cuerpo, en tercera persona desde diez pies sobre mi cabeza. La perspectiva en tercera persona fue una adición a mi perspectiva a nivel de los ojos y duró unos tres días. La intensidad del color, el conocimiento de dónde estaba todo, la intensa atención en el aquí y ahora persistió por meses.

Me había vuelto de manera instantánea hiper-atento a la realidad física, tal vez así como los animales han sido siempre. ¿Acaso mi cerebro cambió el uso de las neuronas cerebrales y los senderos neurales normalmente dedicados a funciones ‘más elevadas’? ¿Los había sacado de sus tareas usuales y los aplicó a conciencia especial y control del cuerpo para impulsar mis habilidades de supervivencia? ¿Es esto lo que los antiguos ‘ritos de iniciación’ estaban diseñados a conseguir?

Ciertamente, mi sentido del tiempo iba mucho más lentamente y yo fui capaz de llegar al ‘grano’ de los eventos con mejorada precisión.

Cuando ya no eres un ‘yo’, ya no sufres. Ya no hay nada por qué sufrir. Cuando no hay voz en tu cabeza, no hay yo por quién sufrir. El dolor existe pero es sólo un elemento desconectado de la realidad que es impermanente, como lo es todo lo demás. Ahora inmediatamente se puede tomar acción totalmente enfocada en respuesta a eventos que se desarrollan. ¿Dónde se fue la voz? ¿Tal vez las estructuras del cerebro normalmente dedicadas a la propia observación, fueron incorporadas a otras tareas más urgentes también?

¿Qué era diferente en mi cerebro, comparado con antes? Sospecho que el patrón de uso de mi cerebro había sido instantáneamente desplazado a un patrón de uso moldeado hace eones para sobrevivir en un mundo peligroso. Un patrón enterrado en nuestros cerebros por la evolución pero que aún está disponible para uso en emergencias. Si un ‘yo’ ha de sobrevivir en una catástrofe que se desarrolla, tener una voz en tu cabeza, filtrar la respuesta, podría resultar en titubeos y muerte.

Entonces mi cerebro se desvió hacia el patrón de uso cerebral diseñado para sobrevivir y lo hizo a expensas de su yo ‘social’ o evolucionado. Me había convertido en acción sin ego.

Hombres y mujeres modernos utilizan el conocimiento y la educación para resolver los problemas de hoy, y con razón. Este ha sido el fundamento de la civilización desde el tiempo de Adán y Eva. Por estas razones, la gente rara vez se encuentra con su yo primitivo, excepto cuando mueren o son amenazados con sobrevivir. Es, de hecho, el lamento central de la historia de Adán y Eva. En mi caso, encontré el estado primitivo de iluminación cuando inadvertidamente engañé a mi cerebro para que pensara que estaba en peligro de morir – un truco Zen estándar, según descubrí tiempo después.

¿Puede la sociedad moderna ganar valor con el estudio de las experiencias cercanas a la muerte?

¿Podemos emplear estas reacciones automáticas de supervivencia? Si fuéramos capaces de desviarnos entre estados de conciencia a voluntad, aplicando un mayor número de recursos del cerebro a las tareas que encontramos a diario – más de lo que normalmente hacemos, ¿cuánto más talentosos podríamos ser todos?

Estudiar las experiencias cercanas a la muerte podría enseñarnos cómo estimular nuestra serenidad y estimular nuestra habilidad para concentrarnos al mismo tiempo. ¿Tal vez más de nosotros seríamos sabios situacionales en golf o música, y aún ser capaces de revertir a nuestro usual yo una vez que la tarea ha sido completada? El potencial existe en todos nosotros, si podemos acceder a las habilidades de alteración del cerebro que Dios nos dio, demostradas en experiencias cercanas a la muerte.