ECM de Sybil S
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Descripción de la experiencia:

Era invierno, en 1986, y yo me había ido a la cama como suelo hacerlo normalmente. No me entraba sueño. No paraba de dar vueltas esperando dormirme y unirme a mi marido en un buen sueño esa noche invernal. Todavía no me había dormido y sentí mi corazón batir fuera de ritmo. Se me había diagnosticado prolapso de válvula mitral y creí que sólo era un incidente como los que recordaba haber tenido en otros tiempos. Entonces, de repente mi corazón se paró.

Podía sentir mi espíritu salir de mi cuerpo y vi mi cuerpo allí acostado allí como si estuviese dormida. Fui como transportada por ángeles, aunque no los vi, en los cielos y a una gran velocidad. Fui llevada a un lugar rodeado de música. Ésta no se parecía a ninguna otra jamás escuchada. Más hermosa que toda la mejor música que hayan escuchado mis oídos, y venía de todas partes.

Yo estaba allí, y de repente vi a Jesús. En verdad, fue un shock impresionante estar ahí en Su presencia. Estaba tan sobrecogida que no podía hablar. Mis ojos estaban fijos en Él. Su pelo era blanco como la lana y le llegaba hasta los hombros. Su piel era como de latón sin una sola arruga. Sus ojos eran como llamas de fuego, y cuando hablaba lo hacía con gran autoridad. Pero su voz era amable, gentil y amante. Cuando hablaba sonaba como el trueno por los cielos de Carolina del norte, pero mucho más fuerte de lo que nunca lo he oído. Podría pensarse que estaba aterrada, pero no lo estaba. Todo lo contrario. ¡Me sentía feliz! Me sentía tan feliz, un sentimiento como ningún otro que haya sentido.

Entonces Él me dijo que mirara y vi una forma parecida a una nube blanca. Dentro del fondo blanco se me mostró mi vida desde el principio hasta el final, pero sólo las partes dolorosas. Mientras desplegaba mi vida delante de mí, me dijo la razón por la que todas esas cosas malas habían ocurrido y yo entendí cada una de ellas. Lo raro era que sus labios nunca se movían. Era como si Sus pensamientos fueran enviados directamente a mi mente y yo vi y entendí cada cosa que me decía. Entonces dijo: “Todas las cosas malas se fueron. Ya no sucederán más cosas malas ¡pero tú debes volver porque tu trabajo no está terminado!”

Me sentí triste porque quería quedarme allí con Él. No sé si era el paraíso o no, sólo sé que yo era la persona más feliz del mundo. Me mostró brevemente una ciudad con mucha gente. Verde hierba crecía y los niños corrían, reían y jugaban. Los hombres mayores con ropas blancas enseñaban a los niños pequeños como en una escuela. Las mujeres estaban muy ocupadas disponiéndolo todo para lo que parecía un gran evento. Estaban todas vestidas de blanco también. Las flores florecían y verdes árboles con muchas frutas bordeaban un río de agua corriente, como un arroyo con olitas pero más grande. Su agua era clara como el cristal. Así era el sitio que vi. Todos estaban ocupados. Incluso el aire olía dulce como una rosa. Fui entonces enviada de vuelta a la tierra.

Ignoro cuánto tiempo estuve ida, pero recuerdo mi espíritu volviendo al interior de mi cuerpo porque estaba tan, tan frío. Tan frío que me llevó horas calentarme. Mi corazón estaba tratando de recuperar el ritmo y yo me estaba convulsionando en la cama junto a mi marido. Yo estaba tiritando, mi cuerpo estaba tan frío.

Yo era tan feliz. Desperté a mi marido porque tenía que decírselo a alguien. Traté de decírselo pero todo lo que pude decir fue. “¡Ahora entiendo!” Claro, traído desde un profundo sueño a estar bien despierto, no tenía ni idea de lo que estaba hablando. Me interrogó, pidiéndome que fuera más despacio y que le dijera qué es lo que iba mal pero todo lo que pude decir fue: “¿No entiendes? ¡Yo entiendo!” Esto supongo que lo dejó haciéndose preguntas.

A mi cuerpo le llevó horas entrar en calor. Me tomé la temperatura para ver cuántos grados había caído. Había caído más de 3’5 grados. Sé pues con seguridad que había caído al menos 3’5 grados. Hablé con un médico forense y él indicó que en la muerte el cuerpo cae alrededor de 1’1 grados por hora. Si esto es cierto, entonces es que estuve fuera un buen rato.

Podría pensarse que tan sólo se trata del desvarío de otra persona en relación con una experiencia extra corporal. Bueno, pues no lo es. Vi a Jesús. Sé que Él era real. No tengo dudas. ¡Lo sé! También sé que yo era la persona viva más feliz en ese momento. Nunca he visto el infierno ni lo quiero ver, pero vi a Jesús y fui al paraíso. Podría pensarse que estoy loca, pero estoy todo lo cuerda que una persona puede estar. Podría creerse que se trató de un sueño, pero la temperatura del cuerpo no cae en un sueño.

Todo lo que puedo decir es que el paraíso existe. Allí hay gente, se preparan para algo realmente importante. ¡Vi a Jesús y me habló!

¿Alguna medicación asociada o sustancias que pudieran afectar la experiencia? No.

¿La experiencia fue difícil de expresar con palabras? Sí.

¿En el momento de la experiencia, había allí algún acontecimiento que amenazara su vida? No.

¿Cuál era su nivel de consciencia y de vigilancia durante la experiencia? Muy alerta. Muy consciente.

¿Era la experiencia de algún modo parecida a un sueño? No.

¿Experimentó una separación entre su consciencia y su cuerpo? Sí.

¿Oyó usted algún sonido extraño o ruidos? Sí, oí a Jesús hablarme. Oí música que era la más hermosa que jamás oí. Vi a gente atareada haciendo cosas.

¿Pasó usted en o por un túnel o recinto? No.

Describa: no, fui elevada hacia los cielos.

¿Vio usted una luz? No.

¿Encontró usted o vio a algún otro ser? Sí.

Me encontré a Jesús. Me mostró toda mi vida delante de mí. Me mostró a otra gente que estaba atareada preparando lo que parecía ser un gran evento.

¿Experimentó usted una revisión de acontecimientos pasados de su vida? Sí.

Sí, aprendí por qué pasan todas las cosas malas y que no me pasarían más. Me dijeron que volviera y terminara mi trabajo. Mi carrera no había sido cumplida.

¿Observó usted u oyó durante su experiencia algo relacionado con personas o acontecimientos que pudiera ser verificado más tarde? Sí.

Estaba tan fría cuando volví al interior de mi cuerpo que mi temperatura estaba alrededor o debajo de 26’5 grados. Tenía mucho frío y mi corazón intentaba retomar su ritmo. Hablé con un médico forense sobre el asunto de la caída de la temperatura. Dijo que el cuerpo baja alrededor de 1’1 grados por hora. Por lo tanto, estuve fuera de mi cuerpo un buen rato.

¿Vio usted o visitó dimensiones, niveles o lugares hermosos o de alguna otra manera peculiares? Sí.

Un hermoso lugar, vi a Jesús cara a cara. Él me habló pero Sus labios nunca se movieron. Era de mente a mente. Le oí hablar y sonaba como el trueno, pero amable y amante.

¿Tuvo alguna sensación de alteración del tiempo o el espacio? Tiempo detenido.

¿Tuvo usted la sensación de tener acceso a una sabiduría especial, a un orden y / o propósito universal? Sí, conozco el propósito de mi vida.

¿Alcanzó usted un límite o una estructura física de delimitación? Sí.

Estaba siendo elevada a un nivel muy, muy alejado de esta atmósfera.

¿Tuvo usted consciencia de acontecimientos futuros? Sí, muy precisa.

¿Se implicó en, o fue consciente de, una decisión de vuelta al cuerpo? No.

Fui enviada de vuelta. Yo quería quedarme allí.

¿Cómo resultado de su experiencia, ha recibido usted dones psíquicos, paranormales u otros dones especiales que no tuviera antes de la misma? Sí.

Capacidad de médium o ESP (percepción extra sensorial)

¿Tuvo usted tras su experiencia algún cambio de actitudes o creencias? Sí.

Aún más determinada a vivir una vida mejor.

¿Ha afectado la experiencia a sus relaciones? ¿Vida diaria? ¿Prácticas religiosas etc.? ¿Opciones de carrera? Ya no me preocupo más.

¿Ha cambiado su vida expresamente como consecuencia de su experiencia? Sí.

Trato de ser una mejor persona.

¿Ha compartido usted esta experiencia con otros? Sí.

Sí, quieren que escriba un libro.

¿Qué emociones experimentó usted después de su experiencia? Felicidad.

¿Cuál fue la mejor y la peor parte de su experiencia? La peor fue volver aquí. La mejor fue encontrar a Jesús.

¿Hay algo más que desee añadir acerca de la experiencia? Sí, Jesús existe realmente porque Le he visto. El paraíso existe realmente porque lo he visto. Ahora, nadie puede cambiar mis creencias, nadie.

¿Tras su experiencia, tuvo usted algún otro acontecimiento en su vida, medicamentos o sustancias que reprodujeran alguna parte de la experiencia? No.

¿Las preguntas planteadas y la información que acaba usted de proporcionar describen exacta y exhaustivamente su experiencia? Sí.

Por favor, ofrezca cualquier sugerencia que usted tenga para mejorar este cuestionario www.nderf.org: la gente automáticamente piensa que las personas no están en su sano juicio cuando han tenido una experiencia extra corporal. Esto está muy lejos de la verdad. No sólo es que las personas hablen de estas cosas, es que realmente ocurren.