Descripción de la experiencia:

Yo tenía 19 años de edad, y estaba por entonces en la universidad. Volvía a casa en autobús desde el colegio. El autobús tenía una ventana de emergencias en la parte posterior (tamaño aproximado: 70 cm x 50 cm). Me encontraba de pie en el autobús, apoyada contra la ventana de emergencias. El autobús circulaba rápido, y giró; en el viraje, la ventana de emergencias cedió y se abrió al exterior; me caí del autobús de cabeza contra el suelo…es de lo último que me acuerdo del accidente. Al instante siguiente, me vi de pie cerca de mi cuerpo (tumbado en el suelo), el primer pensamiento que me vino a la mente (mientras miraba mi cuerpo yaciendo en el suelo) fue: “Gracias a Dios, no me he caído; es otro el que está en el suelo”. Al instante siguiente, estaba de nuevo en mi cuerpo, echada en el suelo, me estaban despertando.

Mientras miraba mi propio cuerpo, recuerdo claramente el sentimiento de alegría por no ser la que estaba herida; completamente desorientada con relación a mi cuerpo, no lo reconocí, me identificaba con la persona que miraba el cuerpo yaciendo en el suelo. No sentía ningún dolor o sensación, sino felicidad por no ser la que estaba herida.

Creo que todo el incidente duró, como mucho, 1 minuto.

Esta experiencia me ha cambiado en el sentido de que ya no temo más a la muerte, porque sé que, en primer lugar, no hay ningún dolor asociado con la muerte, y en segundo lugar, no me sentiré triste por dejar a los que quiero, pues ya no tendré ataduras, seré libre.