ECM de Rosemary
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Descripción de la experiencia:

Tenía 12 años cuando caí enferma de lo que ahora sé que era una meningitis cerebroespinal.

Me acuerdo que una tarde sufrí un dolor de cabeza anormalmente violento y persistente. De noche, mi fiebre superó los 38'3ºC. Al día siguiente ingresé en el hospital. Me hicieron una serie de exámenes, pero nada parecía funcionar.

Me pusieron en una habitación que parecía estar helada. Cuando una persona tiene fiebre, no es raro que tenga escalofríos. Mientras tanto, la climatización empeoraba las cosas. Al principio pude soportarlo bien, pues estaba más o menos consciente, pero al cabo de una semana, comencé a desesperar de poder recalentarme. De todas maneras, la climatización no me bajaba la fiebre.

Sólo estaban esperando a que me muriera.

Pensé que si me recubría con mi bata, podría volver a entrar en calor. Y funcionó. Pero también pasó otra cosa. Empecé a adormecerme, al menos eso es lo que creí. Mis ojos estaban cerrados, podía oírlo todo a mi alrededor, pero lentamente, sentí que me iba a la deriva. Cada vez podía oír menos de mi entorno, hasta que ya no pude oír nada de nada…punto final. Yo era demasiado joven para darme cuenta de que me estaba matando con la bata. Me sentía demasiado bien y estaba muy lejos de imaginar que aquello dispararía inmediatamente mi temperatura. Sin embargo, era consciente que mi alma estaba abandonando mi cuerpo. Pero no relacioné la separación con la muerte.

En un instante, me encontré en otro lugar. Oscuridad total. Estaba sobre un camino y sin que nadie me lo dijera, supe qué dirección tomar. Estaba sola pero impaciente por llegar al final del camino. Empecé a caminar rápidamente. Cuando llegué a unos 10 cm. de mi destino final, permanecí delante de una ventana que era tan grande como un telón de teatro pero que llevaba a otro mundo parecido a lo que debió ser la tierra en el Jardín del Edén. Yo estaba en el sitio donde se terminaba el camino y donde comenzaba la «ventana». Eché una ojeada alrededor para ver si veía otros niños pero no pude encontrar ninguno. Me fijé en las ondulaciones de los montes sobre las cuales la hierba estaba perfectamente segada y más verde que lo que nunca vi aquí sobre la tierra. Quería rodar subiendo y bajando esos montes pero eso significaba que yo debía pasar al interior de la «ventana». Tenía miedo de que hubiesen otros niños escondidos dentro de la «ventana» y que fueran a saltar para sorprenderme y asustarme. Para llegar a los montes, también me hacía falta atravesar una corriente de agua poco profunda de aguas de una pureza cristalina. Pero eso no me inquietaba. No sé cómo, yo sabía que realmente se trataba de un lugar del paraíso.

Finalmente, levanté un pie para entrar, luego lo volví a bajar. Repetí varias veces este movimiento. Para mi sorpresa, un hombre llegó detrás de mí y se colocó delante de la ventana, sin presentarse; de alguna manera supe quién era y me di cuenta que me había seguido todo el tiempo. Dijo: «Ea, si quieres puedes venir, pero cuando hayas entrado no podrás volver.»

Cuando empezó a hablarme, una explosión de energía de paz me traspasó con cada palabra que pronunciaba. A lo largo de la frase que dijo, cuando llegó a pronunciar la segunda palabra, yo ya estaba en el suelo, inerte, paralizada. Recuerdo haber pensado que si seguía hablando me iba a matar, cuando de hecho, yo ya estaba muerta, aunque aún no me había dado cuenta del todo. Sabía dónde me encontraba, sabía que había dejado mi cuerpo, pero creía que todavía conservaba el poder de volver si así lo decidía. Yo tenía planeado jugar sobre los montes, echar un vistazo, y luego volver y contarlo.

Cuando esta persona me dio un ultimátum, empecé a pensar hasta qué punto mi madre y mi hermana estarían tristes. Yo no quería que estuvieran tristes. Él oyó mis pensamientos. Es así como nos comunicábamos. Cuando él hablaba, yo lo oía mentalmente y si yo pensaba cualquier cosa, él respondía a mi pensamiento.

Evidentemente, el pensamiento de mi madre y de mi hermana significaba «no» para él y fui inmediatamente devuelta, exactamente como había venido. Lentamente empecé a ir a la deriva hacia atrás. Progresivamente, empecé a poder oír cada vez más de mi entorno, hasta que estuve completamente de vuelta en mi cuerpo.

Pero había un problema, yo estaba tan rígida como una plancha y no podía moverme. Era evidente que me había ausentado más tiempo del debido, pues mi cuerpo no funcionaba. Mis piernas y todo mi cuerpo me dolían, como si hubiesen clavado en mi cuerpo un millón de alfileres. Mis piernas eran las que más me hacían sufrir cuando comenzó a circular de nuevo la sangre.

Ya de mayor, me enteré que la sangre comienza a espesarse tras la muerte. Sé que es ésta la razón por la que sentí un dolor tan intenso en el cuerpo. Era como si la sangre se hubiese helado y ahora se estuviese descongelando.

Yo yací allí, llorando, hasta que pude mover los brazos. Sonó el teléfono. Era mi madre. Primero pude mover los brazos. Me arrastré hacia la derecha de la cama con la ayuda del brazo izquierdo, como lo hacen las personas paralizadas de cintura para abajo. Mi madre me preguntó por qué lloraba, le respondí que me dolían las piernas.

1.Medicamentos o sustancias asociados que hayan podido afectar a la experiencia: No.

2.¿La experiencia fue difícil de expresar con palabras? Sí.

3.¿Qué cosa en la experiencia la vuelve difícil de comunicar? Es difícil explicárselo a las personas que no han vivido esta experiencia. No pueden captar la idea de lo que cuento.

4.En el momento de la experiencia ¿había una situación amenazante para su vida? Sí.

5.Descríbala: Yo tenía una meningitis cerebroespinal que no respondía a ningún tratamiento. En última instancia, me pusieron en una habitación con una climatización muy fría y no me permitieron cubrirme para intentar evitar que la fiebre se disparase.

6.¿Cuál era tu nivel de consciencia y de lucidez durante la experiencia? Estuve muy consciente durante todo el episodio. Estaba suficientemente lúcida para comunicar cuando se me habló.

7.¿La experiencia era de alguna manera parecida a un sueño? No es en absoluto como un sueño. Yo sabía lo que estaba pasando cuando comencé a derivar, pero tenía curiosidad por ver lo que iba a pasar. Creí que controlaba a mi antojo mis idas y venidas. Tenía la firme intención de explorar un poco, y luego volver a mi cuerpo.

8.¿Has vivido una separación de tu consciencia y de tu cuerpo? No.

9.Describe tu apariencia o forma fuera del cuerpo: Me sentía mejor y tenía mucha energía. Separada de mi cuerpo, me sentía totalmente curada. Tenía exactamente la misma apariencia que la que tenía antes de ocurrir la separación. La única diferencia era que poseía una energía anormal.

10.¿Qué emociones sentiste durante la experiencia? Feliz, libre e impaciente por observar y vagabundear.

11.¿Oíste sonidos o ruidos no habituales? Nada de sonidos o ruidos inusuales. En el camino reinaba un silencio total. Ni siquiera el sonido del viento.

12.¿Has pasado en o a través de un túnel o espacio cerrado? No estoy segura.

13. Descríbalos: El pasaje parecía más un camino que un túnel. No podía ver más allá de mi mano pero sabía que no estaba en un lugar cerrado como un túnel. Me sentía como en un campo abierto pero sin viento.

14.¿Has visto una luz? Sí.

15.Descríbala: En vez de una simple luz, vi un nuevo mundo con la luz del día, hierba, montes, agua, flores, nubes y un cielo, absolutamente igual que en la tierra salvo que todo parecía flamante, nuevo.

16.¿Has visto o te has encontrado con otros seres? Sí.

17.Descríbalos: Un hombre llegó detrás de mí. Era Jesucristo de Nazaret. Lo reconocí sin presentación. Supe inmediatamente quién era. Me dio la opción de ir o de volver…si así lo quería. Es como una conversación telepática. No había ningún pensamiento secreto. Si yo pensaba en cualquier cosa, Él no sólo lo oía, sino que respondía.

18.¿Has revisado acontecimientos pasados de tu vida? No.

19.¿Has visto u oído , durante tu experiencia, algo concerniente a personas o acontecimientos y que pudo ser verificado después? No contesta.

20.¿Has visto o visitado lugares, niveles o dimensiones admirables o particulares? Sí.

21.Descríbalos: Un lugar que parecía un país de cuento de hadas. Todo parecía tan limpio y tan puro. Los colores eran muy vivos y había bellos paisajes delante de mí.

22.¿Tuviste el sentimiento de una modificación del espacio o del tiempo? Sí.

23.Descríbalo: Cuando volví, era evidente que había salido de mi cuerpo. Podría decir literalmente que mi cuerpo luchaba para recuperar y que una cierta cantidad de tiempo se había escurrido.

24.¿Tuviste el sentimiento de tener acceso a un conocimiento particular, a un objetivo y/o a un orden del universo? No.

25.¿Has alcanzado un límite o una estructura física de delimitación? No estoy segura.

26.Descríbalo: Me acuerdo que había un límite distinto entre el camino y la ventana. Eso se notaba muy bien.

27.¿Has tenido consciencia de acontecimientos por venir? No.

28.¿Has estado implicado en, o consciente de una decisión de vuelta al cuerpo? Sí.

29.Descríbalo: Tristeza por no poder ir de visita. Quería ver cómo era jugar ahí y me di cuenta que si iba, no podría volver a la tierra. La sensación de infinito era deprimente.

30.Después de tu experiencia ¿has tenido dones especiales, paranormales, de videncia u otro, que no tenías antes de la experiencia? No esto segura.

31.Descríbalos: Ya poseía el don del discernimiento y del conocimiento pero después se agudizó más. Tengo igualmente una sensibilidad para el mundo espiritual. Puedo ver y sentir una presencia. También puedo decir cuándo una persona posee un tipo cualquiera de guía espiritual viviendo en ella. Descubro muchas cosas que no deseo saber sobre las personas que amo.

32.¿Has tenido una modificación de comportamiento o de creencia tras la experiencia? Sí.

33.Descríbala: Tenía en tanto que niño una mejor comprensión de la diferencia entre los miembros de la Santa Trinidad.

34.¿Ha afectado la experiencia tus relaciones, vida cotidiana, prácticas religiosas...,elecciones de carrera? Me ha vuelto más consciente de Dios.

35.¿Has compartido esta experiencia con otras personas? Sí.

36.Descríbalo: Un shock es lo que experimentan en general. Veo que luchan por asimilar lo que digo.

37.¿Que emociones sentiste consecuencia de tu experiencia? Tristeza por tener que volver.

38.¿Qué fue lo mejor y lo peor de tu experiencia? Lo mejor, ver la apertura sobre el nuevo mundo y lo más triste, saber que mi proyecto de visitarlo y luego volver a voluntad fue excluido.

39.¿Hay algo más que querrías añadir sobre tu experiencia? Nada más.

40.¿Tu vida ha cambiado específicamente como consecuencia de tu experiencia? No.

41.Tras la experiencia ¿otros elementos en tu vida, medicamentos o sustancias han reproducido una parte de la experiencia? No.

42.¿Las preguntas planteadas y las informaciones que acabas de suministrar describen completamente y con exactitud tu experiencia? Sí.

43.Explica: Todavía me acuerdo con detalle de las experiencia, como si se hubiese producido ayer. Es como si hubiese dejado una impronta en mi cerebro o algo así.

44.Gracias por añadir cualquier sugerencia con el fin de mejorar el cuestionario de www.nderf.org : No.