ECM de Ros
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Descripción de la experiencia:

Fue a principios de 1988 y yo vivía por entonces en Belén (territorios ocupados) en Israel. Compartía un apartamento con mi novio. Hacía mucho frío aquella noche y se había puesto a nevar. Teníamos muy poca calefacción, únicamente una pequeña estufa de gas. Para tratar de mantener el piso cálido tapamos con burletes todas las aberturas de puertas y ventanas para impedir las corrientes de aire. Luego nos fuimos a acostar ajenos a cualquier posible problema.

Seguramente debí de dormir algún tiempo, antes de darme cuenta de que estaba subiendo por una blanca escalera. Parecía estar hecha de un material a medio camino entre el mármol y el gres. Estaba más o menos a mitad de la escalera, cuando me vino el pensamiento de que, si seguía subiendo la escalera, no iba a poder volver. Paré un momento y reflexioné sobre este pensamiento, tenía que decidir, me di cuenta de que si no regresaba, mi hijo se quedaría huérfano de madre y el feto que llevaba en mi vientre, una niña, tampoco viviría (por entonces yo estaba embarazada de dos días y no era consciente de ello hasta que los pensamientos que se me enviaron me informaron del hecho).

Dándome cuenta de que era responsable no sólo de mi propia vida sino también de la de mis hijos, empecé a bajar de nuevo las escaleras. En aquel momento, oí que una voz audible me decía: “Ros, levántate y ve al cuarto de baño”. Yo respondí: “No, no necesito ir al cuarto de baño”. Entonces, la voz repitió la petición, y yo respondí de la misma manera que antes. La tercera vez, la voz exigió que me levantara y me fuera al cuarto de baño, por lo que obedecí y salí de la cama en una negrura de pez.

Comencé a moverme hacia el sitio donde yo pensaba que estaba la puerta, pero estaba muy desorientada, y empecé a sentir náuseas y vértigos. Anduve a tientas buscando el interruptor, pero me agobió una sensación de mareo. En ese momento, mi ex novio se despertó y corrió derecho a la puerta de la habitación, la abrió, entonces comenzó a gritar y corrió a la puerta principal y afuera al frío. Yo en ese momento me estaba convulsionando en el suelo, pensando para mí misma: “Dios por favor, no dejes que esté enferma y vomite mientras muero”. Ahora sé que esto puede sonar raro, pero os maravillaríais de los pensamientos que se pasan por la cabeza, cuando se está agonizando.

El aire frío procedente de la puerta principal empezó a dilatar mis pulmones, con el aire fresco cesaron mis convulsiones. Empecé a reírme porque en ese momento, mi ex novio histérico seguía gritando tan fuerte, que nuestros vecinos salieron de sus pisos para ver a qué se debía toda aquella conmoción. Viéndome aún tendida en el suelo, riendo e intentando recobrar el aliento al mismo tiempo, mi vecina de al lado vino a examinarme, pero apenas traspasó la puerta de la habitación, cuando también ella cayó al suelo vencida por aquello que me tenía entre sus garras.

Por aquel entonces otros vecinos se precipitaron al interior y algunos de ellos se encontraron a sí mismos en la misma postura que yo, por lo que se me antojaba una especie de comedia delirante, con la gente literalmente cayendo al suelo como moscas. Cuando me recuperé lo suficiente, logré ponerme de pie y salir afuera al aire libre, entonces me sentí considerablemente mejor. Ahora, para que os hagáis una idea de las costumbres de Belén, la mayoría de la gente aquí es o bien católica o bien musulmana. Fuera cual fuese su confesión, la gente allí creyó que un demonio nos atacaba, es por eso que mi ex novio católico se precipitó fuera del apartamento gritando.

Intenté razonar, diciendo que había una razón científica para lo que había pasado, pero nadie aparte de mí quiso aceptar esta explicación. De todos modos, llegué a la conclusión de que los extraños sucesos sobrevinieron a causa de una intoxicación por monóxido de carbono, que mirándolo en retrospectiva, fue mi estúpida falta por dejar que aquello ocurriera. Ahora, en cuanto a quién fue quien me exigió salir de la cama, ¿tal vez fuera mi Ángel Guardián? Fuera quien fuese, parecía conocerme bien, así como el modo de hacerme reaccionar. La voz era muy clara y audible, sin embargo yo fui la única que la oyó. También descubrí que estaba embarazada y, efectivamente, nueve meses más tarde tuve una niña. Durante mi embarazo, no hice ningún examen para determinar el sexo del bebé y nunca dudé de lo que me dijeron en la escalera, por lo que en cada retrospectiva mental mía, esta experiencia no fue un sueño, si así fuera yo no estaría aquí.

¿Alguna medicación asociada o sustancias que pudieran afectar la experiencia? No.

¿La experiencia fue difícil de expresar con palabras? No.

¿En el momento de la experiencia, había allí algún acontecimiento que amenazara su vida? Sí.

Sufría una intoxicación por monóxido de carbono.

¿Cuál era su nivel de consciencia y de vigilancia durante la experiencia? Intensificado.

¿Era la experiencia de algún modo parecida a un sueño? En absoluto, cuando estaba en la escalera creía que estaba despierta, absoluta claridad de pensamiento.

¿Experimentó una separación entre su consciencia y su cuerpo? Incertidumbre.

Nunca miré hacia mi cuerpo pues, debido al hecho de que yo estaba subiendo la escalera, asumí que se encontraba allí.

¿Oyó usted algún sonido extraño o ruidos? No.

¿Pasó usted en o por un túnel o recinto? No.

¿Vio usted una luz? Sí.

Había una luz procedente de la parte superior de la escalera.

¿Encontró usted o vio a algún otro ser? Incertidumbre.

No me encontré con ningún ser. Sin embargo, claros pensamientos le fueron transmitidos a mi mente como si estuviese escuchando a alguien con mis oídos.

¿Experimentó usted una revisión de acontecimientos pasados de su vida? No.

¿Observó usted u oyó durante su experiencia algo relacionado con personas o acontecimientos que pudiera ser verificado más tarde? Sí.

Había una voz audible, intentando despertarme de mi sueño, cuando sólo había dos personas en mi dormitorio. Yo misma y mi ex novio que dormía profundamente a mi lado.

¿Vio usted o visitó dimensiones, niveles o lugares hermosos o de alguna otra manera peculiares? Sí.

La escalera era blanca y muy hermosa. En cuanto a su modo de construcción, no estoy muy segura, en efecto parecía tan lisa como el mármol blanco, pero la textura era de gres.

¿Tuvo alguna sensación de alteración del tiempo o el espacio? Sí.

Sí, en el momento del tiempo de la decisión. Me di cuenta de que, de alguna manera yo estaba de pie en medio de algún sitio de transición que no estaba ni en la tierra ni en el cielo.

¿Tuvo usted la sensación de tener acceso a una sabiduría especial, a un orden y / o propósito universal? Sí.

Me hablaron del embarazo y del sexo de mi feto.

¿Alcanzó usted un límite o una estructura física de delimitación? Incertidumbre.

Tuve la sensación cuando estaba aproximadamente a mitad de camino de la escalera, de que si continuaba no iba a poder volver.

¿Tuvo usted consciencia de acontecimientos futuros? Sí.

Me volví consciente de mi feto, de su sexo y hasta del nombre que le iba a dar.

¿Se implicó en, o fue consciente de, una decisión de vuelta al cuerpo? Sí.

Yo era completamente neutral por aquel entonces. Hasta que la voz me informó de que mi decisión iba a afectar a mi hijo y a mi feto. Entonces tomé la firme decisión de volver a bajar la escalera.

¿Cómo resultado de su experiencia, ha recibido usted dones psíquicos, paranormales u otros dones especiales que no tuviera antes de la misma? Incertidumbre.

No estoy segura sobre este punto pues siempre he tenido un agudo sentido para acontecimientos y personas. Generalmente, puedo decir quién llama por teléfono antes de responderle, quién está en camino para hacerme una visita, sin haber tenido previo contacto. Mi hijo, que también estuvo implicado en este incidente, posee muy potentes facultades psíquicas y frecuentemente tiene sueños premonitorios con detalles muy precisos, frecuentemente hasta el más pequeño detalle.

¿Tuvo usted tras su experiencia algún cambio de actitudes o creencias? Sí.

Sí, ahora me he vuelto más consciente del lado espiritual de mi vida, sobre todo en lo relativo a la muerte y la agonía.

¿Ha afectado la experiencia a sus relaciones? ¿Vida diaria? ¿Prácticas religiosas etc.? ¿Opciones de carrera? Me he vuelto más consciente de la belleza del orden de las cosas y de la vida. Interesantemente, también me di cuenta más tarde de que la escalera sobre la que me encontraba, fue descrita en el Antiguo Testamento: “La escalera de Jacob” que según la Biblia se hallaba en el mismo sitio donde yo vivía por entonces.

¿Ha cambiado su vida expresamente como consecuencia de su experiencia? Sí.

He desarrollado un gran interés por la lectura de las experiencias de otras personas.

¿Ha compartido usted esta experiencia con otros? Sí.

Hay de todo, algunos creen, otros no quieren saber nada, otros están inseguros al no haber tenido la experiencia tradicional, con el túnel, etc.

¿Qué emociones experimentó usted después de su experiencia? Una mayor claridad y una mayor percepción del sentido de la vida.

¿Cuál fue la mejor y la peor parte de su experiencia? Las convulsiones, créame no es una sensación agradable, cuando el cuerpo grita buscando aire y se tienen náuseas al mismo tiempo.

¿Hay algo más que desee añadir acerca de la experiencia? No.

¿Tras su experiencia, tuvo usted algún otro acontecimiento en su vida, medicamentos o sustancias que reprodujeran alguna parte de la experiencia? No.

¿Las preguntas planteadas y la información que acaba usted de proporcionar describen exacta y exhaustivamente su experiencia? Sí.