ECM de Mary W
Home Pagina ECMs actuales Comparta su ECM



Descripción de la experiencia:

El accidente fue la peor cosa que me haya pasado alguna vez, y es también la mejor cosa que alguna vez me ha pasado. Compartiré esta experiencia porque es la base de lo que aprendí y cómo lo aprendí. El accidente (mi abrazo con Dios):

Era un maravilloso día de verano, Julio de 1994, en Cleveland, Oh y había mucho tráfico en la carretera. Yo conducía nuestra mini-van. Estaba muy estresada. Mi esposo y yo recién habíamos vuelto de SC la noche anterior con su madre, padre y sus 3 perros. Su padre sufrió un derrame cerebral la semana anterior por lo que ellos se quedarían con nosotros mientras él se recuperaba. (Terminó siendo un año completo). Probablemente debiera decirte que nosotros teníamos 6 niños viviendo en casa (de edades entre los 17 y 5 años) y nuestro propio perro en ese momento. La vida nos había dado una vuelta pero nosotros estábamos tomando las cosas a medida que llegaban. Siempre les habíamos enseñado a nuestros niños que la familia es importante.

Yo tenía que ir a buscar mi cheque de pago para poder salir a comprar comida antes de ir al trabajo a las 3 PM. Yo tenía una agenda apretada pero realizable. Dios tenía un plan diferente y un maravilloso sentido del humor...

Un auto estaba en la berma del medio de la autopista (a la izquierda) con un neumático pinchado y un grupo de Boy Scouts estaba sentado en el pasto. Yo me movía con el tráfico por la pista rápida cuando el auto que estaba frente a mí disminuyó la velocidad para meterse a la berma y ayudarlos. Tan pronto como puse mi pie en el freno para bajar la velocidad miré por el espejo retrovisor y vi la parrilla frontal de un semirremolque. No el semirremolque... la parrilla frontal de éste.

Literalmente, era mi peor pesadilla. Estaba horrorizada y en pánico. Recuerdo que dije en voz alta “¡No puedo creer que moriré hoy!” Pasaron cerca de 3 segundos desde que lo vi hasta que me golpeó pero esos 3 segundos cambiaron mi vida por completo.

Inmediatamente, el tiempo se detuvo... se hizo eterno. Yo estaba alerta, orientada y aún conduciendo durante todo el proceso. Estaba en mi cuerpo pero fui sacada del marco de tiempo de la Tierra. No había sonido... todo estaba tranquilo y en calma. Durante toda la conversación con Él yo hablé en voz alta mientras que sus respuestas eran pensamientos que llegaban a mi mente. Junto con la detención del tiempo, llegó un gran sentimiento de inmenso amor, el que sólo seguía creciendo y creciendo. El pánico fue reemplazado por amor, lo que me dio un sentimiento de calma y no sentí más miedo. Yo estaba siendo abrazada ¡a lo grande! Nunca antes había sentido un amor como ese. Instintivamente supe que era Dios. Piensa en alguien que te ame mucho... ahora multiplica ese sentimiento por un millón y quizás te acerques al amor que sentí. Podía sentir que también había otros 2 conmigo. No puedo explicar cómo es que lo sé pero uno de ellos era mi abuela. Me tomó 7 años darme cuenta de quién era el otro. Realmente quería llorar pero no había tiempo.

A la mayoría de nosotros se nos enseña a creer en Dios en el curso de nuestra vida. Fui criada en una casa estrictamente católica romana por padres que nos enseñaron lo que ellos aprendieron de sus padres. OK... yo sí creía, pero estaba muy enojada con Él por las cosas que me habían sucedido en la infancia y en mi vida en general. Ahora se me había dado una prueba (suficiente para mí) de que realmente hay un Dios. Un Dios amoroso... no un infierno, fuego o condenación de Dios. Las siguientes palabras que salieron de mi boca fueron “¡Oh mierda! ¡Metí la pata! ¡Realmente hay un Dios!” Estaba mortificada por mi lenguaje y este conocimiento. Rápidamente dije “Oh... ¡perdón!” Su respuesta hacia mí fue un amor aún más grande y un sentimiento de “Mi niña, cálmate, todo está bien”. Realmente me sentí como Su niña y era un lugar muy seguro y cálido. Él tenía manos muy amorosas y amables.

Con eso, se colocó en frente de mí una revisión de mi vida para ver y sentir... en colores. Yo debía ver y sentir todo lo bueno que había hecho (y lo bueno que yo ni siquiera sabía que había hecho). Realmente podía sentir la felicidad de cada persona cuya vida toqué de una forma amorosa. Me habían “atrapado” haciendo algo bien por primera vez en mi vida. Durante lo bueno, Él me decía “¡Estoy tan orgulloso de ti!” Sentí tal dicha por hacerlo sentir orgulloso porque nunca me había dado cuenta de qué se sentía, siempre había sentido que no podía hacer nada bien. Revisar al azar mis actos de bondad me dio la mayor dicha porque era capaz de sentir la diferencia que hice en la vida de alguien, de la que no me había dado cuenta en el momento... y ni siquiera los conocía. Se me mostró que no son las grandes cosas las que hacen la diferencia en la vida. Todo se trata de las pequeñas cosas que hacemos en la vida y que hacen la diferencia. Los pequeños actos de bondad significan mucho para Dios.

También tuve que ver y sentir todas las cosas hirientes que había hecho (aún las cosas hirientes que yo no sabía que hice). Tenía que sentir el dolor que causé en cada persona. Pero... ¿Sabes cómo nos enseñan que estaremos ante Dios y seremos juzgados algún día?... Dios no me juzgó. Yo miraba mis actos... con Dios amándome a mi lado mientras yo me juzgaba a mí misma... y créanme, nadie puede juzgarme más duramente de lo que me juzgo a mí misma. Era como cuando mis padres me “atrapaban” cuando hacía algo mal, sólo que peor. Durante la revisión de las cosas hirientes me sentía tan avergonzada y no se ocultaba nada. Mi pensamiento inmediato, que dije en voz alta, fue “Estoy lista... pertenezco al Infierno... no merezco ir al Cielo” Pero se sintió como si Él me tomara de la mano mientras yo me dirigía al Infierno y dijo “Un minuto señorita, ¡vuelve aquí! Tú no entiendes y te lo voy a explicar” Él me preguntaba “¿Qué diferentes elecciones pudiste haber tomado? ¿Qué has aprendido de esto?” No gritándome ni diciendo “¿Cómo pudiste hacer eso?” o “¡Irás al Infierno!” Definitivamente este no era el Dios castigador al que me habían enseñado a creer. La parte más difícil de esto fue darme cuenta que Él ya me había perdonado... A mí se me hacía muy difícil perdonarme a mí misma. Él me mostró cómo yo no podía dejar que su amor entrara sin antes perdonarme a mí misma. Castigarme a mí misma no me hacía mejor a sus ojos, aceptar su amor era lo que Él quería de mí. Una vez que fui capaz de aceptar que Dios sólo me amara, fue más fácil para mí mirar mi vida abierta y honestamente. Quería aprender tanto como pudiera... tenía muchas preguntas. Dios me ama de la forma en que amo a mis hijos. Aún cuando hacen algo mal, sigo amándolos. No estoy feliz por sus acciones pero eso no cambia mi amor por ellos. Me duele por ellos y... hago que tomen la responsabilidad de sus acciones. No hay cadenas atadas al amor de Dios.

Yo había tomado clases de paternidad y leído todo lo que había podido encontrar así que no cometería los mismos errores de mis padres al criar hijos. Él me mostró que, aunque yo no había abusado físicamente de mis hijos, los mataba con mis palabras. Eso también está mal. Yo podía sentir su dolor. Yo sentía eso como una falla. Sólo seguía repitiendo “Lo siento tanto” una y otra vez. Él sólo siguió amándome.

Él me dejó hacerle preguntas. Mi única pregunta fue ¿Cómo pudo darme los padres que tuve? ¿Cómo se pudo olvidar de mí y dejarme tan sola sólo por las mías todos estos años? ¿En qué estaba Él pensando? Tengo que admitir que estaba muy enojada. Él me mostró por qué tuve los padres, la infancia y la vida que había experimentado. ¡Yo se lo había pedido! Yo elegí esta vida porque quería aprender esas lecciones. Todo era tan claro para mí... Debía pasar a través de todo eso para aprender lo que yo necesitaba aprender y ser capaz de continuar con mi trabajo aquí. Él nunca me dejó sola y yo pude ver que en retrospectiva Él siempre estuvo conmigo. Yo estaba tomando un montón de decisiones equivocadas porque no me estaba escuchando o no estaba confiando en mí misma. Yo estaba perdiendo mucho tiempo comparándome con otros. Estaba haciendo lo que pensé que se suponía que debía hacer. Me sentía como un ratoncito en un laberinto tratando de encontrar mi camino pero no estaba llegando a ninguna parte. Por lo que se me mostró, entendí que la Tierra es una escuela y que cuando hemos terminado tenemos una “Revisión de Vida” y después nos graduamos y volvemos a casa. Toda la experiencia fue asombrosa porque sentí que mi cerebro se había abierto a todo el Universo. Todo tenía tanto sentido. La lección era tan simple... se trata del amor. De lo mucho que nos ama Dios, y de qué tan bien aprendemos a amar a los demás y a nosotros mismos durante esta vida en la Tierra, a pesar de lo que tenemos que pasar en nuestras vidas.

Cuando terminó mi revisión de vida, Él puso en frente de mí por qué venimos a la Tierra. Yo estaba tan asombrada. Estaba sorprendida de qué tan importantes somos todos para Dios... especialmente qué tan importante era yo para Dios. No pensé que Él siquiera supiera que existía. Todos los años yo estaba maltratándome a mí misma y la pregunta que Él me hizo fue “¿Por qué me tomaría tantas molestias en hacerte tal cual eres si en realidad quisiera que trataras de ser como alguien más?” ¡Nadie más podía hacer el trabajo que yo vine a hacer aquí de la misma forma en que Él quería que yo lo hiciera! Por eso es que es tan importante que no seamos tan críticos con los demás. Algunos de nosotros estamos aquí para enseñar, algunos para aprender y otros para ambas. Yo tenía que aprender a escuchar mi corazón.

Después, Él me preguntó si yo quería quedarme en la Tierra o irme con Él. Wow, ¿puedo elegir? Para mí hubiera sido más fácil que Él no me hubiera dado opción y que hubiera elegido por mí. Yo no quería tener que elegir.

Tomar esta decisión fue un proceso asombroso. Entendí que mis hijos habían sabido cuando vinieron a esta vida que existía la posibilidad de que podían perderme a edad temprana. Supe que mi familia aprendería a sobrellevar esta lección y que Dios los cuidaría bien. ¡Supe que Él me cuidaría bien! Era simple... ¡me iba! Pero a Él no le gustó mi respuesta así que me mostró lo que aún me quedaba por hacer... la completa razón por la que yo vine a la Tierra... ¡¡¡¡el trabajo que yo le había pedido!!!! Lo que me preguntó fue ¿Puedes hacer esto? Recuerdo que de hecho le dije “¡Puedo hacerlo!” Su siguiente pregunta fue “¿Quieres hacerlo?” Mi respuesta fue “Es genial, ¡realmente me encantaría hacerlo!” [en el original: “That is so cool, I would really love to do that!”] Creo que esto se me mostró para ayudarme a tomar una decisión diferente porque lo siguiente en frente de mí fue: “¿Quieres quedarte o irte?”

A pesar de que mis cosas buenas superaban con mucho mis cosas malas (y quería quedarme en su amoroso abrazo) necesitaba desesperadamente reparar las cosas hirientes si es que tenía oportunidad de hacerlo. No quería dejar tantas cosas sin hacer antes de tener que irme. La principal razón para quedarme fue porque no quería defraudar a Dios. Yo quería terminar el trabajo que había venido a hacer. Quería mostrarle que yo no renuncio. También quería vivir en esta Tierra sabiendo que Dios me amó. Sentía como si no tuviera otra opción más que quedarme. Respondí, casi en un susurro y muy, muy de mala gana “Realmente quiero irme contigo... pero debo quedarme”.

Lo único de lo que me arrepiento es que, a pesar de que realmente me tomé mi tiempo en tomar esta decisión, pareció como si hubiera hecho esa declaración muy rápido. Al momento en que dije que debía quedarme, toda la “película” en frente de mí se cerró y mi conversación con Dios se acabó. Un segundo estaba teniendo una hermosa visita de Dios, mi abuela y un amigo del otro lado. Incluso podía imaginarme preparando café y todos nosotros tomando juntos una taza de café durante la conversación. Sólo... mis manos se agarraron con fuerza al volante de la camioneta, aún estaba conduciendo y pensaba “¡¡¡No puedo creer que esto me pase!!!” No podía creer cuanto había aprendido en 3 segundos. Tenía tantas preguntas sin responder. Quería más tiempo. No quería que terminara. No podía creer todas las cosas que podía hacer mi cerebro al mismo tiempo. Estaba decepcionada de que no llegara a “entrar en la luz” poque podía sentir todos los límites a mi alrededor... Pero había hecho mi elección. Repentinamente se acabó.

Literalmente fui forzada (puesta) a volver a la realidad... el tiempo de la Tierra. Todo menos su amor, mi abuela y mi amigo se habían ido. “¡Caramba!” En mi cabeza se colocó un pensamiento “Saca el pie del freno y pisa a fondo el acelerador”. No hice ninguna pregunta y sólo hice lo que me pidieron. En el momento en que golpeé el automóvil en frente de mí, el semirremolque me golpeó. Al chocar contra el automóvil, éste se movió a la berma en forma segura. Él camión no hizo un ángulo con respecto al remolque [nota del traductor: en el original “The truck did not jackknife”; referido a camiones cuando el segmento de la cabina hace un ángulo con el segmente de la carga. También se conoce como efecto navaja o tijeras]. Yo conduje cerca de 30 metros más, me metí a la berma y me detuve porque no estaba segura de lo que pasaría y no quería estar en el medio de eso.

Lo que quiero subrayar aquí es que si yo hubiera dicho que me quería ir, me hubiera ido incluso antes de que el accidente pasara. Mi familia habría pensado que tuve una muerte horrible al ser atropellada por un semirremolque. La realidad es que mi cuerpo hubiera tenido una muerte horrible, no yo. Al momento del impacto, yo aún estaba siendo abrazada y segura en mi capullo de amor de Dios. No sentí para nada el accidente. No había dolor. Un par de horas después ya era una historia diferente... Me rehusaba a ir al hospital porque me sentía bien. NUNCA tomen esa estúpida decisión. Siempre es buena idea que te examinen después de un accidente.

Me senté en mi van con la parte posterior quemada y me mantuve abrazándome a mí misma porque no quería perder la sensación de tremendo amor que Dios me había dado porque aún la sentía en mí. También tenía miedo de mirar atrás y ver lo que había sucedido. Siendo enfermera, sentía que era mi deber ayudar a los heridos pero yo sólo no podía soportar nada más.

No tengo idea de cuánto tiempo le tomó a la policía llegar al lugar, pero cuando un policía abrió la puerta de mi van (Yo aún trataba de respirar) me largué a llorar. El capullo de amor se evaporó cuando él abrió la puerta. A él le tomó un momento darse cuenta de que yo no estaba herida. El sentimiento del amor de Dios era sólo un recuerdo ahora y me sentía emocionalmente apartada. Su comentario fue “No sé cómo lo hiciste, pero salvaste muchas vidas hoy porque nadie está herido”. No podía decirle lo que pasó. Para mí misma era difícil creerlo. Por una vez en mi vida estaba sin habla y eso en general no me pasa muy seguido. Sólo pregunten a cualquiera que me conozca.

Horas después del accidente, todo mi cuerpo me comenzó a doler y no podía mover mi cuello. Mi esposo me llevó a Emergencias esa noche. El doctor estaba sorprendido de que yo “sólo tuviera un traumatismo cervical”. El personal estaba maravillado de por qué aún seguía aquí. Yo sabía exactamente por qué seguía aquí. Yo lo elegí. No le dije ni una palabra a nadie (ni siquiera a mi esposo) porque sabía que si les decía lo que me había pasado, ¡ellos me internarían en el piso de psiquiatría! Pensé que nadie me creería.

Además, dije antes que se me había mostrado claramente mi propósito aquí en la Tierra y el trabajo que me quedaba por hacer durante mi Revisión de Vida. Cuando pasó el accidente, no podía recordar por qué elegí volver o qué es lo que me quedaba por hacer. Aún lo tengo justo en la punta de la lengua. El conocimiento se me quitó tan pronto como dije que debía quedarme. Así que vuelvo a ser un ratoncito en un laberinto junto con todos los demás, intentando encontrar mi camino.

Cuando las cosas se ponen realmente difíciles recuerdo lo que dije ese día de que en verdad “Yo puedo hacerlo”. Eso me mantiene conectada a Tierra y avanzando. De hecho, sé que Dios realmente está conmigo y amo hacerlo sentir orgulloso.

Mantengo al lado de mi cama una fotografía de mí misma cuando estaba en primer grado para recordarme todas las mañanas que soy una hija de Dios. Cuando me enfrento a una situación difícil o alguien me hace enojar me detengo un segundo y decido qué debo hacer. Sé que voy a tener otra Revisión de Vida y no quiero revivirlo dentro de las cosas hirientes de nuevo. No soy perfecta, pero de verdad intento duramente de hacer las cosas bien. Además de eso, sé que Él está mirándome.

Como posdata, necesitas saber que mi esposo siniestró mi automóvil 7 días antes de mi accidente conmigo en el automóvil. Ambos salimos caminando del accidente sin heridas. No hubo una Experiencia Cercana a la Muerte para ninguno de nosotros ese día. Aún estaba muy enojada con él por perder el automóvil. Era mi primer auto, el que elegí y el registro tenía mi nombre en él. Amaba ese auto. Hablando de prioridades de hacerse pedazos. Si él no hubiera perdido mi auto... en vez de conducir una Astro Van, hubiera estado conduciendo un Mazda 323. Esto es más prueba para mí de que las cosas pasan por una razón. No hubiera habido elecciones ese día. Ese semirremolque hubiera quedado justo encima de mí.

Antes del accidente, era difícil rezar para mí. Ahora hablo con Él de la misma forma que llevo una conversación con cualquiera (en cualquier momento y en cualquier parte). De hecho, después del primer accidente la semana antes del accidente del camión, salí al medio de mi antejardín. Y grité al cielo “Sé que dicen que Dios no nos da más de lo que podemos soportar. Pero estás soplando, a lo grande, justo ahora. ¡Así que sólo baja y dime qué es lo que quieres que haga y lo haré para que puedas dejarme malditamente sola!” Mi pobre esposo me tomó del brazo diciendo “Ven adentro, los vecinos están mirando”. No tenía idea de que Él estaba escuchándome, así que sean cuidadosos con lo que piden porque yo me di cuenta, inesperadamente, de lo mucho que Él se preocupa de mí. Ya no necesito gritarle más. Ahora entiendo lo que Él intentaba decirme. Recibí su respuesta alto y claro.

El año completo después de mi accidente fue probablemente uno de los años más difíciles de mi vida y a veces me preguntaba por qué fui tan estúpida de quedarme y de no irme cuando tuve la oportunidad. Seguía gritándome a mí misma “¡¿Qué diablos estaba pensando?!” Ahora, mirando hacia atrás lo que aprendí y lo bendecida que estoy hoy. Estoy tan feliz de haberme quedado. Cuando miro los rayos del sol a través de las nubes (El Espíritu Santo) a veces me siento realmente nostálgica. Para mí, Dios es la Luz. Ese es Él recordándome que recuerde cuánto me ama y que nunca estaré sola. Y un día volveré a Él. Hasta entonces, planeo pasar un buen momento. Ahora miro cada obstáculo como una aventura y siempre estoy buscando la lección. Es un juego maravilloso. La vida es mucho más fácil así.

Cada vez que dudo sobre lo que pasó u me pregunto si quizás estoy sobrepasando mis límites cuando comparto esto, o cualquier cosa, la experiencia con la familia o un paciente en el trabajo, siempre pasa algo que me recuerda que no estoy en la pista correcta.

¿Fue la experiencia difícil de expresar en palabras? No

¿A la hora de esta experiencia, hubo algún evento asociado con una amenaza a la vida?

¿En qué momento durante la experiencia estuvo usted en el mayor nivel de consciencia o estado de alerta? Todo el tiempo.

¿Cómo su mayor nivel de consciencia y estado de alerta durante la experiencia se compara con su nivel de consciencia y estado de alerta diarios normales? Más consciente y alerta de lo normal, Si su nivel de consciencia más alto y el estado de alerta durante la experiencia fueron diferentes de su diario normal, por favor explique: Fue como si mi cerebro se abriera a todo el conocimiento del Universo.

¿Difirió su visión de alguna manera de su visión diaria normal?
La claridad y campo de visión... Pasaban muchas cosas al mismo tiempo y aún las cosas me hacían perfecto sentido fácilmente.

¿Difirió su capacidad auditiva de alguna manera de su capacidad auditiva diaria normal? Sólo podía oír lo que pasaba dentro de mi auto... el mundo exterior estaba en calma.

¿Experimentó su consciencia una separación del cuerpo? No

¿Se sintió usted separado de su cuerpo físico? Para nada

¿Qué emociones sintió durante la experiencia? Vergüenza y miedo al principio de la revisión de vida y luego maravilla, asombro, alegría, calma y especialmente amor!

¿Pasó hacia o a través de un túnel o encerramiento? No

¿Vio una luz? Sólo los bordes a mi alrededor.

¿Conoció o vio algunos otros seres? Sí Pude sentir que conmigo había otros 2 [seres]. No puedo explicar cómo lo sé pero uno era mi abuela. Me tomó 7 años darme cuenta de quién era el otro. De verdad quería llorar pero no había tiempo.

Dos días después del accidente, con mi collar cervical y un cuerpo muy adolorido, fui a la Iglesia. Tenía muy serios agradecimientos que hacer. Después de la masa, una señora se acercó a preguntarme sobre mi accidente. Una de las preguntas que mi hizo fue “¿Quién estaba contigo?” Yo, tímidamente respondí “uh... Dios y mi abuela”. Ella sonrió y preguntó “¿Quién más?” Yo estaba muy reacia a decirle, pero ella no se rendía así que de todas formas le dije sobre mi misterioso amigo del otro lado. Ella no pensó que yo estuviera loca y me dijo que yo podría saber su nombre preguntando. Yo estaba muy escéptica pero me sentí mucho mejor después de hablar con ella. Después de la masa, otra señora que yo no conocía se me acercó y me preguntó sobre el accidente... ¡tuvimos casi la misma conversación! Yo no era la única a la que le había pasado. Estábamos conectadas por una experiencia compartida... una Experiencia Cercana a la Muerte. ¡Ellas sabían lo que yo sabía! Ambas tenían los nombres de las personas con ellas. He hecho un poco de investigación sobre Experiencias Cercanas a la Muerte y es muy común. La muerte compartirá los nombres de la gente que vino a buscarlos y muchas veces ellos saben el nombre del “ángel” que está esperando para llevarlos a casa y que no es un miembro de la familia.

Bueno, pregunté diariamente por un tiempo y finalmente me rendí en intentar de saber el nombre de esta persona que actualmente sigue conmigo. Siete años después estaba viendo un programa de televisión que se trataba de Experiencias Cercanas a la Muerte y nuestros Espíritus Guía del otro lado, ellos explicaban una forma diferente de preguntarle el nombre. Esa noche, antes de acostarme, pedí en voz alta que se me dijeran su nombre en un sueño y que por favor me ayudaran a recordarlo en la mañana. Mi cerebro se despertó primero antes de que mis ojos se abrieran y tuve un nombre en mi cabeza justo como la conversación que tuve con Dios durante mi Revisión de Vida. Se me dio el nombre Amy. Supe que era real porque cuando traté de discutir con eso, sólo seguía oyéndolo más fuerte e insistentemente en mi cabeza. La mayoría de mis familiares y amigos tienen sus nombres ahora. Algunos tienen más de uno y a algunos pocos se les dio el nombre sólo por preguntar (como se me dijo que hiciera 7 años antes). Sorpresivamente, algunos de ellos resultaron ser un “amigo(s) imaginario(s)”que tuvieron de niños. Mientras más abierta estoy a la posibilidad de recibir ayuda del otro lado, más es la ayuda que me dan. Dejé de tratar de explicar todo. Hablo con Amy todo el tiempo. Si no estás seguro(a) de que haya alguien contigo, déjame explicártelo de esta forma: Cuando tengo un problema con algo, me voy a dormir y sueño sobre ello y cuando despierto en la mañana tengo la respuesta a mi problema. Esa es Amy ayudándome todo el tiempo. Ahora, hay muchas veces que ni siquiera tengo que irme a dormir para tener una respuesta. Su ayuda no ha tenido, y aún no tiene precio. Espero verla de nuevo algún día.

¿Experimentó el repaso de eventos del pasado de su vida?` Sí Con eso, ubicado en frente de mí para ver y sentir mi revisión de vida... en colores. Yo debía ver y sentir todo lo bueno que había hecho (y lo bueno que yo ni siquiera sabía que había hecho). Realmente podía sentir la felicidad de cada persona cuya vida toqué de una forma amorosa. Me habían “atrapado” haciendo algo bien por primera vez en mi vida. Durante lo bueno, Él me decía “¡Estoy tan orgulloso de ti!” Sentí tal dicha por hacerlo sentir orgulloso porque nunca me había dado cuenta de qué se sentía, siempre había sentido que no podía hacer nada bien. Revisar al azar mis actos de bondad me dio la mayor dicha porque era capaz de sentir la diferencia que hice en la vida de alguien, de la que no me había dado cuenta en el momento... y ni siquiera los conocía. Se me mostró que no son las grandes cosas las que hacen la diferencia en la vida. Todo se trata de las pequeñas cosas que hacemos en la vida y que hacen la diferencia. Los pequeños actos de bondad significan mucho para Dios.

También tuve que ver y sentir todas las cosas hirientes que había hecho (aún las cosas hirientes que yo no sabía que hice). Tenía que sentir el dolor que causé en cada persona. Pero... ¿Sabes cómo nos enseñan que estaremos ante Dios y seremos juzgados algún día?... Dios no me juzgó. Yo miraba mis actos... con Dios amándome a mi lado mientras yo me juzgaba a mí misma... y créanme, nadie puede juzgarme más duramente de lo que me juzgo a mí misma. Era como cuando mis padres me “atrapaban” cuando hacía algo mal, sólo que peor. Durante la revisión de las cosas hirientes me sentía tan avergonzada y no se ocultaba nada. Mi pensamiento inmediato, que dije en voz alta, fue “Estoy lista... pertenezco al Infierno... no merezco ir al Cielo” Pero se sintió como si Él me tomara de la mano mientras yo me dirigía al Infierno y dijo “Un minuto señorita, ¡vuelve aquí! Tú no entiendes y te lo voy a explicar” Él me preguntaba “¿Qué diferentes elecciones pudiste haber tomado? ¿Qué has aprendido de esto?” No gritándome ni diciendo “¿Cómo pudiste hacer eso?” o “¡Irás al Infierno!” Definitivamente este no era el Dios castigador al que me habían enseñado a creer. La parte más difícil de esto fue darme cuenta que Él ya me había perdonado... A mí se me hacía muy difícil perdonarme a mí misma. Él me mostró cómo yo no podía dejar que su amor entrara sin antes perdonarme a mí misma. Castigarme a mí misma no me hacía mejor a sus ojos, aceptar su amor era lo que Él quería de mí. Una vez que fui capaz de aceptar que Dios sólo me amara, fue más fácil para mí mirar mi vida abierta y honestamente. Quería aprender tanto como pudiera... tenía muchas preguntas. Dios me ama de la forma en que amo a mis hijos. Aún cuando hacen algo mal, sigo amándolos. No estoy feliz por sus acciones pero eso no cambia mi amor por ellos. Me duele por ellos y... hago que tomen la responsabilidad de sus acciones. No hay cadenas atadas al amor de Dios.

Yo había tomado clases de paternidad y leído todo lo que había podido encontrar así que no cometería los mismos errores de mis padres al criar hijos. Él me mostró que, aunque yo no había abusado físicamente de mis hijos, los mataba con mis palabras. Eso también está mal. Yo podía sentir su dolor. Yo sentía eso como una falla. Sólo seguía repitiendo “Lo siento tanto” una y otra vez. Él sólo siguió amándome.

Después del accidente me di cuenta (con retiros y un montón de consejería) es que yo tenía que aprender a amarme a mí misma y dejar que entrara el amor de Dios. Dios nos perdona cuando se lo pedimos... ¡pero es igual de importante aprender a aceptar su perdón y perdonarme a mí misma! Así que me tomé el tiempo para darme cuenta de lo que era importante para mí y luego hice algo por eso, mi confianza y autoestima crecieron. Era capaz de ordenar mis prioridades y tener cierto orden y paz en mi vida sin tratar de controlar más las cosas o intentar mantenerme a mi misma y a mis niños seguros. Tuve que devolverle el control a Dios. Ahora sé que Él siempre tuvo el control... Yo sólo pensaba que yo lo tenía. Levanté paredes para mantenerme yo misma segura, no podía resultar más herida pero tampoco podía dejar que el amor de nadie entrara. Esas paredes no eran la respuesta. Fue muy duro derrumbar las paredes y confiar en la gente porque tenía miedo de que me hirieran de nuevo. También creía equivocadamente, que si sentía dolor o que siquiera comenzaba a llorar entonces no podría parar llorar o de sentirme herida. Me di cuenta de que cuando atraviesas por el dolor, sales intacto al otro lado. Me sentí mucho mejor, mucho más liviana porque ya no estaba cargando con el dolor. Además, después del accidente yo ya no tenía la fuerza para mantener las paredes arriba y ocultar el dolor. ¡Gracias a Dios!

Los viejos hábitos son difíciles de romper. Tenía que atraparme a mí misma cuando los viejos hábitos copiados intentaran automáticamente de entrar en una situación. Entonces, tuve que practicar usando los nuevos hábitos copiados que aprendí y en un periodo de tiempo, la práctica sólo se convirtió en mis nuevos hábitos. Me tomó algún tiempo y mucha práctica antes de que aprendiera a confiar realmente en mi intuición. Reconozco a la gente que hace daño y me mantengo alejada de ellos. No tengo que dejar que todos entren en mi mundo para considerarlos personas de confianza. Ahora, me siento como un adulto, pero soy más joven de lo que alguna vez me he sentido en el interior. Escuchar a mi corazón y a mi alma, y a continuación ellos me dan tanta alegría en mi vida. Me han preguntado “¿Cómo sabemos que realmente estamos haciendo el trabajo correcto?” Aprendí que la respuesta es “Es el correcto si podemos decirnos a nosotros mismo “¡No puedo creer que me paguen por hacer este trabajo!””.

Sigo a mi corazón. Ya nadie puede hablar por mí misma nunca más. Sé que no importa lo que pase, Dios está cuidando bien de mí y todo lo que pasará es como debería ser. Puedo rezarle a Dios para que me ayude pero Él no hará el trabajo por mí. Preocuparse es una tremenda pérdida de tiempo porque eso nunca cambia ningún resultado. En vez de preocuparte, ¡has algo!

Realmente hay un Dios. Somos sus hijos. Él es nuestro Padre. Ya sea que creas o no en Dios, Él cree en ti. DIOS ES SÓLO AMOR. Nunca debes tener miedo de Él. Si en tu vida hay miedo, infierno, fuego y condenación, es porque nosotros lo pusimos ahí O dejamos que algún otro lo pusiera. Me pregunto si la razón de por qué algunos de nosotros somos tan adictos al enamoramiento, romance o alguien a quien amar es quizás porque muy profundamente dentro de nuestro subconsciente recordamos el amor de donde vinimos y lo extrañamos terriblemente.

No hay errores, sólo lecciones. Venimos aquí a aprender lecciones, enseñar lecciones o ambos. Se me mostró que yo elegí las lecciones que quería aprender antes de que viniera aquí. Seguimos repitiendo las mismas lecciones hasta que las aprendemos... y algunas veces necesitamos volver, repensar nuestras decisiones y entonces tomar decisiones distintas y avanzar. En la mitad de mis peores errores estaban las mejores lecciones. El cambio es ser abrazado, no temido... es como nos movemos hacia adelante.

Todos tienen miedo y está bien tener miedo. Se requiere mucho coraje para atravesar el miedo y hacerlo de todas formas. Las víctimas permanecen atascadas en el miedo. Nunca serás verdaderamente quien eres y te darás cuenta de tu verdadero potencial si permaneces atascado en el miedo.

No hay coincidencias... todo pasa por una razón, ya sea si la entendemos o no. Un miembro de la familia de un paciente llama a las coincidencias... “Dios incidencias”. Todos estamos aquí por una razón y esa es la razón por la cual somos todos tan diferentes. Si todo fuera maravilloso y todos fuéramos iguales, no aprenderíamos nada. Sólo vemos parte de todo el panorama... Dios conoce todo el panorama.

No soy más importante que cualquier otro. Nadie es más importante que yo. Somos todos IGUALMENTE MUY importantes a los ojos de Dios. Cuando alguien trata de intimidarte, sólo recuerda, todos tenemos que limpiarnos el trasero después de ir al baño.

Dios te da lo que Él sabe que necesitas, no lo que tú crees que quieres. Me encanta esta cita del ex-presidente Jimmy Carter:

“Dios siempre responde las plegarias.

A veces es un “sí”

A veces la respuesta es “no”

A veces es “Debes estar bromeando”.

Cuenta tus bendiciones diariamente. Haz los cambios que sean necesarios. Recuerda agradecer a Dios. Nunca sabemos cuántas veces nos salvó el trasero (aún cuando la respuesta es no). La razón de sus respuestas puede no ser tan clara para nosotros pero lo serán un día.

Los niños no son posesiones. Son regalos de Dios. Nuestro trabajo como padres... nutrirlos con un amoroso conjunto de directrices y disciplina de forma que ellos se puedan convertir en las personas que Dios quiere que sean... No lo que yo quiero que sean. Si somos sobreprotectores y los protegemos del mundo, saltamos todo el tiempo para arreglar las cosas por ellos o no les ponemos límites, ellos no tendrán las herramientas que necesitan para enfrentar y vivir en el mundo cuando ellos estén por las suyas. Es importante que demos un buen ejemplo. Así es como ellos más aprenden. También aprenden cometiendo “errores” y después, como padres, los ayudamos... a ayudarse ellos mismos... a recoger sus propias piezas, tomar la responsabilidad de sus acciones y hacer las paces. A veces se necesita una palmada en el trasero para lograr su atención pero la mayor parte del tiempo es mejor hacerlos corregir sus errores en vez del castigo físico. Lo odian, pero así es como los errores se convierten en lecciones. Los niños necesitan escuchar seguido “te amo”. Si dañamos a nuestro hijo, es importante responsabilizarse y disculparse. NO está bien... no abrazar ni besar a nuestros hijos. Los niños necesitan de tu tiempo... no de cosas materiales para mostrarles cuánto los amamos. Los niños no nos deben respecto; debemos ganarlo de la misma forma que ellos también deben ganarlo.

Realmente hay gente mala en este planeta. Yo no sé cómo diablos funcionan o qué les pasa a estas personas. Pienso que la mayoría somos buenas personas que vinimos a la Tierra y hacemos lo mejor que podemos. Y sí, vamos a cometer “errores” pero Dios espera pacientemente a que volvamos a casa a sus amorosos brazos. Él está ahí para ayudarnos y para que aprendamos... ¡no importa qué! La mayoría de la gente no sabe lo mucho que Dios nos ama.

No importa de qué religión somos. La oración... de una sola persona... de una familia... de una comunidad es importante. Trata de encontrar una Iglesia que te haga sentir cómoda. Todas las religiones están aquí por una razón... pero ninguna religión o persona religiosa que predique el miedo, infierno, fuego y condenación; que nosotros no merecemos la gracia de Dios; que Él quiere que suframos; que reneguemos de nuestras familias si ellos no creen lo mismo que nosotros; o que cierta cantidad de dinero nos llevará al cielo; etc... ¡ESTÁ MINTIENDO! NO HAY ATADURAS EN EL AMOR DE DIOS!

Dios no me ve a mí ni a ningún otro como pecadores. Él nos ve como sus hijos. Detente por un minuto y piensa... ¿Veo a mis propios hijos como pecadores? ¡Por supuesto que no! Los veo como seres humanos maravillosos que merecen mi amor. Así fue como Él me hizo sentir en su presencia. Vivimos lo que creemos sobre nosotros mismos y es mucho más fácil vivir sabiendo que Dios me ve como un ser humano maravilloso, que merece su amor, y no como un pecador. A Él no le importan todas las pequeñas reglas y regulaciones que usa cada religión para diferenciarse de las demás. Él se preocupa de lo que hay en nuestros corazones. ¿Estamos aquí para “jugar y ayudar” buscando fuera de nosotros mismos o estamos aquí como “oh, pobre de mí, víctimas” buscando sólo cuidarnos a nosotros mismos a cualquier precio? A mucha gente se le enseñó a creer que si siguen reglas muy específicas de sus iglesias en cierto orden... eso los llevará al Cielo. Eso no es lo que veo cada día en el trabajo y no es lo que experimenté en mi Revisión de Vida. Es importante que nos responsabilicemos de nuestras acciones y hagamos las paces a medida que avanzamos. Así como es difícil hacer las paces en la Tierra, es mucho más difícil ver y sentir el daño que le causamos a otros en la amante presencia de Dios cuando ya no puedes hacer nada al respecto. La verdad es, que cómo nos tratamos entre nosotros es muy importante... hace que la vida sea más placentera de vivir cuando dejamos de vernos a nosotros mismos y entregamos. Los regalos que recibes de vuelta son asombrosos. Los actos de bondad al azar realmente sí significan mucho, especialmente para Dios, y no tienen precio para aquellos que los reciben.

La Biblia no es un diario escrito por la mano de Dios. Está hecho de parábolas e historias escritas por hombres. Originalmente no fue escrito en inglés y ha sido traducido en numerosas ocasiones. A veces los significados no son lo mismo cuando se traducen. Sólo pongan 10 personas en un círculo y susurra algo al oído de una persona y luego haz que se envíen el mensaje a través del círculo y ve cómo termina al final. Todas las historias están hechas para enseñarnos una lección... no sólo una palabra o un par de palabras de una oración usadas para manipular el significado a lo que sea que alguien quiera que creas. Es más importante vivir con el significado de las lecciones de la Biblia en vez de las palabras. Necesitamos aprender cómo ser menos críticos de los demás. Todos están aquí por una razón diferente.

La muerte no es una falla... es parte natural del ciclo de la vida. Tan seguro es que cuando nacemos, es que moriremos. Hay un tiempo para pelear por nuestra vida y luego hay un tiempo para dejarse ir. Ya ha pasado el tiempo en que debemos sacar algo de lo “médico” del proceso de morir y volver a agregar la “espiritualidad” para que no tengamos que estar tan asustados. La razón por la que todos tenemos miedo de morir es porque esto es todo lo que sabemos y no recordamos de dónde venimos. Si lo hiciéramos, no podríamos vivir esta vida en la tierra porque tendríamos mucha nostalgia.

La Tierra es la parte difícil. Es la Universidad de la Tierra. Se me mostró que yo postulé y que fui aceptada en esta escuela. Dios no hace que pasen las cosas malas. Antes de que vengamos aquí elegimos nuestras lecciones y planeamos cómo viviremos nuestras vidas... tal cual lo hacemos antes de ir al colegio. Él siempre está con nosotros. Cuando aprendemos nuestras lecciones y terminamos el trabajo que vinimos a hacer, nos graduamos y volvemos a casa.

Ya sea si morimos rápida o lentamente, todos tenemos que revisar nuestras vidas antes de graduarnos. No importa si eres rico, pobre, religioso, agnóstico, etc... No hay manipulación o negociación que pueda librarte se la Revisión de Vida o de la muerte. No puedes controlar a Dios porque Él es el que tiene el control (un amoroso control). Sí, tenemos “libre albedrío” al tomar nuestras propias decisiones pero no tenemos “el control”.

No hay bocados gratis. Lo que va en realidad también viene y debemos responsabilizarnos por nuestras acciones al final de nuestras vidas si es que no nos responsabilizamos y hacemos las paces a lo largo de ella. Podemos cambiar nuestra revisión de vida cada segundo de cada día... nunca es demasiado tarde para hacer las cosas bien. A pesar de lo difícil que es responsabilizarnos de nuestras acciones y hacer las paces aquí, es mucho más difícil para nosotros si esperamos a hacerlo en el otro lado.

Recuerda, la única cosa que te puedes llevar es el amor que cultivaste en esta tierra. La cosa más importante que dejas atrás es el amor y recuerdos de tus seres amados.

¿Observó u oyó algo relativo a personas o eventos durante su experiencia que pudiera ser verificado posteriormente? No

¿Vio o visitó algún sitio bello o de alguna manera peculiar, niveles o dimensiones? No

¿Tuvo alguna sensación de alteración del espacio o el tiempo? El tiempo se detuvo inmediatamente… se hizo eterno. Yo estaba alerta, orientada y aún conduciendo a través de todo el proceso. Estaba en mi cuerpo pero fui sacada del marco del tiempo de la Tierra. No había sonido... todo estaba tranquilo y calmado.

¿Tuvo la sensación de comprender un conocimiento especial, orden universal y/o propósito? Sí Cuando mi Revisión de Vida terminó, Él puso en frete de mí por qué yo había venido a la Tierra. Yo estaba tan asombrada. Me sorprendió la forma en qué tan importantes somos todos para Dios... especialmente lo importante que era yo para Dios. No pensé que el siquiera supiera que yo existía. Todos los años yo me maltrataba a mí misma y su pregunta para mí fue “¿Por qué me habría tomado tantas molestias en hacerte justo de la manera que eres si quisiera que trataras de ser como alguien más?” ¡Nadie más podría hacer el trabajo que yo vine a hacer de la forma que Él quería que yo lo hiciera! Por eso es tan importante que no seamos tan críticos de los demás. Algunos de nosotros estamos aquí para enseñar, otros para aprender y otros para hacer ambas cosas. Yo tenía que aprender a escuchar mi corazón.

¿Alcanzó un lindero o limitante de una estructura física? No

¿Estuvo desde entonces con la percepción de eventos futuros? Sí No sé por qué, después de que tomé mi decisión, se me quitó ese conocimiento.

¿Tuvo usted a partir de la experiencia algún don psíquico, paranormal u otro que no tenía antes de ella? Sí Ahora presto atención cuando los pensamientos aparecen en mi mente y siempre se me muestra por qué tenía que hacer lo que estaba en mi cabeza. Cuando pido ayuda específica, especialmente en el trabajo, siento que una mano me toca el hombre junto con el pensamiento que aparece en mi cabeza.

Hay un concepto erróneo sobre la confusión/demencia en el proceso de morir. Ellos hablan un idioma diferente... uno de símbolos. Entiendo exactamente qué están intentando decir porque ahora hablo ese idioma. Sólo porque no entendemos lo que nos están diciendo no significa que estén confundidos... nosotros lo estamos. Ellos hablan en símbolos porque hay cosas que tú ves y que no tienen palabras en inglés que puedan explicarlo.

Mi habilidad para sentir el aura de las personas que me rodean es muy aguda. A veces da miedo. Ha hecho que la empatía sea una gran parte de mi personalidad.

¿Ha compartido esta experiencia con otros? Sí No dije ninguna palabra hasta 1999... Después de todo un año en el hospicio. Gasté el primer año solo escuchando a cualquiera que me dijera lo que había hecho y visto y era exactamente lo mismo que vi yo. Estaba muy impresionada... Pasé un tiempo difícil creyendo que no estaba loca antes de eso.

Comencé compartiéndolo con los moribundos y luego con mis compañeros de trabajo... ¡qué susto! Ellos estuvieron realmente abiertos a ello y querían aprender lo que yo había aprendido para que así pudieran ayudar a los pacientes moribundos con sus revisiones de vida.

Los compañeros que pensaron que yo estaba loca comenzaron a ver que les pasaban cosas raras en el trabajo (con los pacientes). Eso ha cambiado la forma en cómo mis compañeros de trabajo ven la parte de “confusión” del proceso de morir y apoyan al paciente haciéndolos conocer a dónde irán en vez de mantenerlos orientados en este mundo. Verlo es maravilloso.

¿Tenía usted algún conocimiento de experiencias cercanas a la muerte (ECM) anteriormente a su experiencia? Sí Había visto a Dannion Brinkley en la televisión y me preguntaba si él estaba loco. Cuando me pasó a mí, me pregunté si yo estaba loca. Ahora, por mi trabajo con moribundos sé que no estamos locos!

¿Hubo una o varias partes de la experiencia especialmente significativas o críticas para usted? Por favor explique. El estar de nuevo con mi abuela fue maravilloso... la extrañaba. Ahora la tengo conmigo cuando sea que la llame.

El conocimiento de que Dios existe y de que me amaba fue tremendo.

Tener respuestas a las preguntas y entender por qué estamos aquí me ha hecho una persona mucho más calmada y feliz.

¿Cómo vio la realidad de su experiencia poco tiempo (días a semanas) después de que sucedió (escoja la mejor respuesta): La experiencia fue definitivamente real Sabía que era real pero tenía miedo de que si hablaba de eso me pondrían en el piso de psiquiatría y podría perder mi trabajo... y quizás incluso mi esposo e hijos. Así que nunca dije nada.

¿Cómo ve actualmente la realidad de su experiencia (escoja la mejor respuesta): experiencia fue definitivamente real Desde que tuve mi experiencia de revisión de vida validada por todas las personas moribundas que compartieron su revisión de vida conmigo, supe que era definitivamente real.

De hecho, he hablado a grupos... dado clases de los signos y síntomas del proceso de muerte y siempre termina con alguien preguntándome cómo sé sobre la revisión de vida y tengo que hablar de mí. Siempre están los escépticos, como debería ser, pero la mayoría no parece tener suficiente con oír sobre ella. ¡¡¡¡Un par ha llegado después del término y compartido conmigo sus ECM!!!!

Escribí un folleto sobre los signos y síntomas del proceso de muerte que estamos usando en el trabajo y ha hecho un gran impacto en los exámenes de satisfacción de la familia y el paciente. La mayoría de la gente no tiene idea que tienen una revisión de vida y están interesados en aprender más sobre eso cuando un miembro de su familia está pasando por el proceso de morir. Les ayuda a no estar tan asustados o tristes.

¿Han cambiado sus relaciones específicamente como resultado de su experiencia? Casi perdí a mi esposo... Era una persona totalmente diferente después de la ECM y él no sabía qué hacer conmigo. Después de 6 meses, un retiro y consejería ahora tenemos una maravillosa relación. A pesar del hecho de que él no me cree... él tiene una personalidad científica y necesita pruebas, él celebra la persona en la que me he convertido.

He hecho grandes cambios y las paces con mis hijos. Los 3 mayores tuvieron una infancia completamente diferente a la que tuvieron los 3 menores. Ellos también han aprendido de eso.

Perdí a muchos de mis amigos... es difícil para mí estar rodeada de gente negativa y que no puedan soportarme más. Por otro lado, mis nuevos amigos son maravillosos.

A pesar del hecho de que la relación con mis padres nunca se arreglará, fui capaz de perdonarlos y ya no me afecta más.

¿Han cambiado sus creencias/prácticas religiosas específicamente como resultado de su experiencia? Para mí es extremadamente difícil sentarme en la Iglesia los domingos. Quiero pararme y comenzar a gritar “NO, ¡ustedes chicos, él está mintiendo, el amor de Dios no tiene cadenas!”

Ir a trabajar al centro de hospicio 2 veces a la semana es mejor que la Iglesia para mí, es un portal al otro lado.

¿Después de su experiencia ha tenido algunos otros eventos en su vida, medicamentos o substancias, que le reprodujeron alguna parte de la experiencia? Sí Tuve una reacción alérgica a un medicamente en la mesa de cirugía. A pesar de estar bajo anestesia, cuando dejé de respirar estaba completamente consciente de lo que pasaba. Nunca dejé mi cuerpo pero pude escuchar lo que decían. Había un increíble sentimiento de paz... no había nada que temer... ni siquiera dolía. No hubo revisión de vida, sólo amor, hasta que anularon la medicina y comencé a respirar de nuevo.

¿Hay alguna otra cosa que quisiera añadir acerca de la experiencia? Todos hacemos que este tiempo en la Tierra sea mucho más difícil de lo que necesita ser (incluyéndome)

¿Las preguntas formuladas y la información suministrada por usted describieron en forma precisa y comprensiva su experiencia?

¿Hay algunas otras preguntas que deberíamos hacer para facilitarle comunicar su experiencia? ¡Gracias!