ECM Probable de Mark B
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Descripción de la experiencia:

Codigo Azul: Un Nuevo Comienzo

Mi historia comienza en una cálida noche iluminada por las estrellas en agosto de 1.986, una noche destinada a diferenciarse de todas las demás que la precedieron ya que de repente quedó aislada en el tiempo. La noche era calma y tranquila, sin embargo tenía el poder de cambiar mi vida para siempre.

Antes de ese momento, durante mis años de universidad había comenzado un período en mi vida donde abandoné progresivamente todo lo que antes había servido para estructurar mi vida y le infundía dirección y propósito. En esos años me encontré errante sin rumbo fijo mientras buscaba desesperadamente volver a tener la dirección y la alegría que una vez había conocido.

Me volví más insatisfecho con mi vida cuando cambiaba un interés por otro agotando la excitación y el entusiasmo de cada uno antes de moverme al siguiente. Acabé con mis opciones una por una conforme cerraba una puerta tras la otra detrás de mí, cada una llevándome una etapa más lejos de mi verdadero ser. Me sentí perdido, sin saber ya más quién era o dónde ir mientras rezaba por una respuesta que le diera un giro a mi vida y que nuevamente la estructurara con el sentido correcto que me faltaba entonces.

Aquella noche de agosto recién había llegado a casa después de retirarme del ciclo de verano en la Universidad de Northern Iowa. No tenía el auto. Mi padre me prestó el suyo por esa tarde, un Toyota deportivo de dos puertas que era más pequeño y liviano de lo que estaba acostumbrado a manejar. Mi amigo de mucho tiempo John y yo que nos habíamos casado el mes anterior, habíamos pasado la tarde juntos cocinando hamburguesas en el grill y mirado películas en la televisión. Habiendo llegado a algunas decisiones sobre cómo planificaba darle un giro a mi vida, debatimos qué iba a suceder en el curso de los siguientes días cuando me preparara para unirme al ejército.

No estaba más en la universidad y había completado todos los requerimientos preliminares después de enlistarme y sólo tenía que hacer un examen físico al día siguiente, donde me trasladarían en avión para comenzar el entrenamiento. Cuando pasó la tarde comencé a expresar cierta reticencia e inseguridad acerca de mi decisión de dejar la universidad. Decidimos continuar nuestra conversación mientras nos relajábamos en mi auto y paseábamos por el campo.

Poco antes de las 14:00 hs, bajamos una gran cuesta detrás de mi casa que nos llevaba al campo del lado de River Road llamado así por la forma en que corría pararlela a des Monies River que pasaba por Fort Dodge donde había crecido. Era una ruta que conocía muy bien, quizás demasiado bien por las incontables millas que había transitado en ella cuando entrenaba para mi pasatiempo y talento que era correr.

Mientras conducía, todavía a menos de una milla de mi casa, comenté qué pacífico y calmo era mirar el rio abajo con las estrellas brillando en el cielo y las luces de aeropuerto brillando en la distancia pasando a través de la oscuridad que cubría el horizonte. La noche parecía inusualmente oscura y tranquila mientras la oscuridad envolvía la ruta abarcándolo todo dentro de ella y apagando todo movimiento y sonido.

Cuando continuábamos nuestro descenso por la cuesta en la oscuridad, que serviría como un ominoso recordatorio de aquella noche, mi amigo se volvió hacia mí y me comunicó una extraña sensación de que le sobrevino y ajustó si cinturón de seguridad. Sentí esa misma sensación con escalofríos en mi espalda que enfriaron mi cuerpo mientras alcanzaba el cinturón de seguridad para ajustarlo en posición pero luego dudé y no lo hice.

Cuando continuábamos, todavía a menos de un a milla de mi casa, llegamos a una curva que había sido rehecha después que se deslizó hacia el rio muy abajo durante una tormenta. Frené y aminoré la velocidad cuando nos acercamos a la curva pero de repente el auto se sacudió cuando cruzamos una depresión que separaba el pavimento viejo del nuevo. El impacto hizo que el auto virara de lado a lado ganando impulso y fue forzado hacia la derecha. Era como estar deslizándose en el nieve cuando las ruedas delanteras golpearon el borde del camino provocando que el auto coleara hacia atrás a través de la ruta.

El auto después viró hacia un acantilado a la izquierda donde un guardarriel separaba el borde del camino de la bajada hacia el rio. Pude evitar chocar el guardarriel pero fui derrapando otra vez hacia la derecha. Todo se puso borroso cuando vi el guardarriel y los reflectores pasando como volando por el aire. Los faros del auto iluminaban muy claramente los muchos reflectores que delineaban la ruta, cada uno como una linterna de conductor balanceándose hacia adelante y hacia atrás en la noche irradiando la luz más brillante y distintiva.

La brillantez de las luces del auto convirtió el velo de oscuridad en la blancura despejada del día rodeada de un extraño celestial resplandor. Los árboles danzaban grotescamente delante de mí como marionetas en un hilo. Sentí como si hubiera estado siendo testigo de los muchos juguetes en una juguetería cobrar vida para cautivarme con su juego.

Me sentí mareado y asustado y lleno de nausea como si hubiera estado en alguna clase de paseo de carnaval enfermante y demencial pero este paseo me llevaría donde ningún otro paseo de carnaval me había llevado antes. ¿Era este el punto de no regreso? Los segundos parecían minutos mientras mi estómago se descomponía con nausea y pavor. ¿Alguna vez nos detendríamos?

Las estrellas arriba en el cielo borrosas a través del parabrisas girando en círculo como un enjambre de luciérnagas alrededor de su nido. Todo pareció quedar quieto cuando ese pequeño fragmento de tiempo se hizo tan vívido y suspendido. La canción que la radio pasaba se fue apagando y me perdí en la estrellas mientras bailaban a través del parabrisas intrigándome con su encantadora serenata como llamándome a que fuera a bailar con ellas.

No parecían ya distantes en el cielo cuando giraban a mi alrededor aparentemente a mi alcance. El velocímetro, que salía y entraba violentamente de su lugar luchando por liberarse, quedó congelado como captado por una fotografía. La fluorescencia de las luces del tablero se hizo tridimensional al encenderse radiantemente pero de repente desapareció como una fogata empapada en gasolina. El paisaje estaba quieto como congelado y no parecía ya real.

Ya no podía sentir mis manos en el volante debido a que mi cuerpo parecía paralizado. Ya no podía sentir el asiento y me sentí separado de mi cuerpo. Me sentí etéreo y ligero cuando me levanté de mi asiento y miré mis manos que estaban congeladas con terror agarradas al volante haciendo que los tendones sobresalieran por la tensión. Sentí como si hubiera desaparecido cuando las estrellas me llevaron a su celestial patio de recreo y dejé mi cuerpo congelado con tensión y terror dentro del auto. Parecía muy pacífico cuando floté yéndome y me perdí en las estrellas.

Eso fue lo último que habría de recordar de esa noche durante bastante tiempo. No recordaba que el auto fuera despedido de la ruta hacia una cuneta y contra un terraplén. No recordaba que se metiera de trompa en una alcantarilla cuando dobló. No recordaba el sonido de vidrio rompiéndose y metal roto cuando el auto chocó contra un árbol durante un medio giro. No recordaba que mi oreja fuera arrancada cuando pegué con la cabeza en el parabrisas. Tampoco recordaba el sonido de mi cuello cuando se rompió debido al peso del auto como una ramita debajo del pie.

El auto se detuvo sobre su techo sujetado entre dos árboles con John y yo atrapados e inconscientes bajo su peso. Pasaron aproximadamente cuarenta minutos hasta que John volvió a la consciencia y se orientó. Atrapado debajo de los retorcidos restos, sintió pánico por liberarse. No pudo abrir la puerta porque estaba sujeta por el árbol. Eventualmente, a pesar del limitado espacio debido al aplastamiento y destrucción del techo, logró salir por una ventana destrozada. Todavía estaba muy desorientado pero se las compuso para llegar a una granja y pedir ayuda.

Con dificultad para localizar el auto debido a que estaba en el bosque, las autoridades comenzaron a buscarme a su llegada. Pronto después de haber empezado, John se orientó mejor y recordó la ubicación del auto

La ayuda llegó para mí – más allá de todo uso – cuando el Sheriff del Condado de Webster encontró el auto a las 3:15 conmigo inconsciente dentro. A su llegada, el sheriff metió la mano dentro del auto pero no pudo registrar mi pulso. Aparentemente, sin signos vitales, se notificó a las autoridades médicas correspondientes sobre me deceso y fueron llamadas a la escena. Los paramédicos y el departamento de bomberos llegaron pronto seguidos por el forense pero no pudieron llegar donde estaba. Cuando comenzaron su batalla para llegar donde estaba y resucitarme, usaron las tenazas hidráulicas para abrir varias partes del auto y permitir que los paramédicos y el forense entraran y me ayudaran. En ese momento estaba muerto.

Después de varios intentos de resucitación, registraron mi pulso. Me dejaron en el auto hasta que mi condición garantizara una extracción segura. Después que mi pulso se estabilizó, mis heridas fueron protegidas y mi cuello asegurado, fui removido del auto y llevado al hospital más cercano donde el personal batalló para mantenerme vivo.

Nos llevaron al hospital a John y a mí y notificaron a nuestros padres. Los míos, sin embargo, recibieron diferentes noticias que los padres de John. A John lo estaban tratando por numerosas laceraciones en el cuerpo, una contusión, laceraciones en el rostro y en la cabeza y varias costillas rotas. Era evidente, sin embargo, que mi realidad era otra.

El interés principal en ese momento era aplicar medidas de soporte vital. El personal del hospital enfrentaba entonces una decisión crítica. ¿Podían correr el riesgo de transportarme para que recibiera los cuidados que necesitaba?

El Iowa Methodist Medical Center (IMMC) en Des Moines recibió una notificación de mi condición y despachó un helicóptero al hospital regional donde esperé su arribo. Mi supervivencia se convirtió en un test de tiempo. ¿Sobreviviría lo suficiente hasta la llegada del helicóptero? ¿Sobreviviría al viaje a des Moines? Todavía estaba dentro de las “horas doradas”, esos primeros minutos que determinarían si viviría.

Cuando mis padres llegaron al hospital yo ya había comenzado mi viaje a IMMC en des Moines donde me esperaba el personal de emergencia y trauma. Era crucial que llegara a des Moines antes que se establecieran procesos como shock espinal (trauma y shock en mi columna vertebral debido a daño en la columna vertebral) y traumatismo cerebral (trauma y shock en mi cerebro debido a una herida en la cabeza).

Estos procesos producen inflamación y pueden ocasionar el cese de las funciones que sostienen la vida. El equipo del helicóptero, calificados como eran, no estaba preparado para manejar una situación como ésta. Necesitarían más equipo calificado que el que tenía el helicóptero.

Mientras mis padres continuaban su largo y agónico viaje a Des Moines sin saber todavía qué esperar, completé mi determinante viaje de vida cuando mi condición había empeorado aún. Para cuando llegaron a Des Moines, se había establecido shock espinal y traumatismo craneano. Mi espina dorsal y cerebro comenzaron a inflamarse lo que causó que mi sistema respiratorio dejara de funcionar. En ese momento me pusieron en un respirador que respiraba por mí manteniendo así mis signos vitales. Mi vida estaba sostenida por medios mecánicos y artificiales de respiración.

Mi condición era tal que cualquier cirugía para aliviar la presión en mi espina dorsal no era posible pero necesaria. Estaba lejos de estar lo suficientemente estable para someterme a esa cirugía. Los doctores tuvieron que esperar a que mi condición mejorara.

Luego, respirando con la ayuda del respirador, focalizaron otras heridas menores provocadas en el accidente. Cuando era arrojado dentro del auto, mi cabeza pegó en el parabrisas que colapsó hacia adentro cuando se aplastó el techo. Tenía una severa laceración en la parte derecha de la cabeza que comenzaba en la sien y seguía hacia atrás y debajo de mi oreja. Esto dejó una gran cantidad de vidrio incrustado en mi cráneo y mi oreja casi totalmente cortada y arrancada. Después me hicieron cirugía plástica reconstructiva en ambas así como también en varias cortaduras en la frente.

Durante el impacto en mi pecho con el volante, los pulmones sufrieron daño leve (contusiones y aplastamiento). Cosas tales como dedos de los pies quebrados, dedos dislocados y varias lesiones en mis articulaciones no fueron atendidas. No se detectaron hasta que se realizaron tests como rayos x y escaneos CAT.

Pronto me practicaron escaneos CAT y rayos x que revelaron que tenía fractura y dislocación en la tercera y cuarta vértebra (C3 – 4 FXD) y traumatismo craneoencefálico cerrado junto con varios tipos de daños pulmonares y del tejido blando. Hasta que no estuviese lo suficientemente estable para pasar por la cirugía, no había forma de saber exactamente hasta qué punto tenía dañada la espina dorsal.

Los doctores sabían, sin embargo, que estaba “incompleta” (significando que la espina dorsal no estaba totalmente cortada) porque, con mi nivel de daño, que era muy alto y muy complejo, de estar cortada la espina dorsal totalmente, hubiese muerto. Sin embargo, no había forma de saber cuál era la extensión del daño al cerebro y la parálisis que sufriría.

Me llevaron a una unidad de cuidado intensivo bajo estricta vigilancia y me pusieron en tracción cervical. Todavía dependía del respirador. Me hicieron agujeros en ambos lados de la cabeza justo detrás y debajo de ambas sienes. Estos agujeros eran para acomodar las “Lenguas de Angeles que luego irían atornilladas en ambos agujeros. Estas lenguas se parecían a pinzas de hielo y estaban sujetas a la cama por un dispositivo con doce libras de peso para ejercer tracción.

Resistian cualquier movimiento y mantenían mi cabeza independiente de mi cuerpo para alinear y asegurar el cuello dañado. Me colocaron en una cama kinética que se amoldaba a mi cuerpo. La cama kinética rotaba de lado a lado; completaba un turno cada cinco minutes y podían detenerla para fines de atención. La razón de la rotación era para ayudar a la circulación y evitar escaras en mis puntos de presión.

Me colocaron tubos nasogástricos en el estómago a través de la naríz para que recibiera alimento líquido. Colocaron tubos endotraqueales en mis pulmones a través de la naríz y garganta así podía ser ventilado y los pulmones , que se estaban llenando de fluidos y flema ser limpiados.

Cuando pasaban las horas y continuaba mi batalla para seguir con vida, mi condición continuó empeorando y caí en un profundo estado comatoso. En ese momento, los neurólogos les comunicaron a mis permanentemente confundidos y agónicos padres que si sobrevivía sería cuadripléjico y que había muchas posibilidades de que tuviera que vivir en cama y depender de un respirador por el resto de mi vida.

Mientras que para el mundo yo estaba en coma, no encuentro palabras para expresar la belleza y magnificencia de lo que iba a experimentar en las siguientes semanas. Cualquier intento de capturar la experiencia en palabras sólo sirve para quedar corto. Lo que iba a experimentar era algo más allá de este mundo y no puede ser adecuadamente descripto en términos de la tierra. Me iba a encontrar con el más misterioso sin embargo pacífico suceso de sentimientos y sensaciones que continúan desbordándome e influencian mi vida con alegría, paz y júbilo.

No teniendo ningún recuerdo de la noche del accidente y de los eventos que seguirían, me desperté dentro de mí aparentemente suspendido en medio de un vacío oscuro para encontrarme con la combinación más impactante de dolor y confusión. Me sentí perdido dentro de esta pesadilla mientras trataba de despertar y liberarme de las garras de este horrífico sueño. Sentí como si mis párpados hubieran sido cocidos cuando luchaba por abrir los ojos y no podía.

Estaba consciente del brillo radiante de las luces externas cuando pasaban a través de mis párpados muy arriba de mí como el sol cuando traspasa los párpados de los bañistas en una playa. Miré hacia arriba desde abajo dentro de mí y vi los agujeros donde estaban mis ojos; parecían ojos de cerradura en una puerta cuando la luz irradiaba a través de ellos como un proyector de cine con su rayo de luz penetrando la oscuridad de un teatro.

Sintiéndome atrapado debajo de una sábana de hielo con la corriente llevándome hacia abajo sin poder nada, sentí pánico y quise alcanzar la superficie pero no pude oponerme al poderoso aunque suave fluir de la corriente. Tuve miedo de sofocarme si no alcanzaba la superficie para respirar. La corriente debajo del hielo continuó alejándome en la pesadilla como a un astronauta separado de su nave flotando eternamente en la nada del espacio.

Lleno de terror, batallé para resistir mientras esperaba que alguien me despertara antes de que me alejara demasiado para poder regresar. Estaba lleno de horror porque no podía despertar de este sueño. Cuando trataba de liberarme pensé en mi familia. Qué simple sería para ellos despertarme pero no podía llamarlos porque la pesadilla me aislaba de ellos.

Pronto el dolor se transformó en mi horror y confusión debido a que continuó aumentando haciéndose agónico e insoportable. Luché desesperadamente para despertarme y librarme de este atroz aguijón pero no pude. Debido a que el dolor continuaba aumentando y me di cuenta de la futilidad de mis esfuerzos por despertarme, traté de buscar refugio profundamente dentro de mi cuerpo. No opuse más resistencia a la corriente y dejé que me llevara profundamente dentro de mi cuerpo a un lugar seguro.

Cuando buscaba cobijarme del dolor y me refugié más profundamente en mi cuerpo para escapar, sentí que mi mente física y cuerpo sabían instintivamente que hacer mientras empujaban mi yo interior hacia la seguridad y soportar el dolor y la confusión. Como un fusible eléctrico, mi cuerpo soltó su circuito de freno protectivo cuando se vio sobrepasado por el dolor demasiado poderoso para tolerarlo en forma segura. Cuando mi cuerpo fue confrontado con la dolorosa sobrecarga causada por mis heridas, su circuito protectivo evitó mayor daño al yo interior, el núcleo de mi ser.

Mi cuerpo físico era el piloto automático mientras mi yo interior iba hacia la seguridad evitando el dolor que era demasiado para tolerar. Como un piloto de bombardero saltando con un paracaídas justo antes de que el avión se estrellara, salté a la seguridad. Como una persona que busca refugio en la seguridad de un sótano, busqué refugio profundamente dentro de mi cuerpo.

Una vez allí, cerré la puerta y me senté acurrucado dentro de su seguridad en la oscuridad y el silencio esperando que pasara la tormenta. Mi cuerpo vacío a mi alrededor se transformó en un caparazón vacío del que pendía suspendido sin peso en el centro como un gran avión abandonado en el hangar: vacío y oscuro.

Luego, seguro dentro de la seguridad de la corriente, mi viaje hacia adentro de mi cuerpo consistió en una serie de refugios donde descansaba y buscaba refugio dentro de su seguridad. Allí esperé y acopié fuerza hasta que el dolor ominosamente persistente del que había intentado escapar yendo muy profundamente dentro de mí, me alcanzó y penetró las paredes de mi refugio forzándome a ir más profundamente en busca del próximo refugio. Allí nuevamente esperé y acopié fuerza hasta que el dolor me alcanzó forzándome a ir más profundamente aún para eludirlo.

Este viaje hacia adentro fue como el de un soldado en la guerra retrocediendo del caos de las líneas del frente para evitar los torrentes de bombas cayéndole encima poniendo en riesgo su vida y buscando refugio en una trinchera y otra dudando en mudarse de una a otra progresivamente alejándose del peligro y acercándose a la seguridad. Este viaje fue como un peatón corriendo de una puerta a la otra durante una tormenta acercándose cada vez más a la calidez del hogar.

Luego, pasivo, sentí una serena corriente adueñarse de mí conforme me llevaba hacia su seguridad. Ya no resistí su atracción y me pregunté dónde estaría yendo. Ya no sentí la urgencia de respirar y me di cuenta que no era necesario. Ya no sentí el pánico por despertar o batallar o resistir la corriente. Ya no experimenté el dolor y las pesadillas incontrolables y sentimientos que venían con ellas.

El grado en que había batallado para resistir, luego quise seguir buscando una respuesta a mis preguntas de qué me estaba pasando. Miré lejos arriba a la superficie, vi la luz que pasó a través de mis párpados lentamente apagarse. Sentí la seguridad de un niño pequeño en los brazos de su madre cuando la corriente me envolvía dentro de su seguridad.

Todavía seguro en la corriente que me llevaba a la seguridad en la profundidad de mi cuerpo, intenté racionalizar qué me había ocurrido. No sabía dónde estaba, cómo había llegado allí o dónde iba pero de alguna manera encontré gran seguridad. No me podía explicar el dolor insoportable que había sentido previamente y mi batalla para escapar o el suave aislamiento de la oscuridad que me rodeaba. No podía explicar porqué no era necesario que respirara y porqué no me sofocaba como había temido que sucediera antes.

Pronto pensé que estaba en casa en cama y profundamente dormido pero no tenía recuerdo de esto y no podía explicar cómo podía estar “despierto” y hablando y pensando y a la vez dormido. ¿Era un sueño? Si era así, ¿por qué no podía despertar de las garras de esta pesadilla? ¡Cuándo me despertaría? No encontré una respuesta justificable a mis preguntas y pronto llegué a la peor de todas de las posibles explicaciones. ¿Estaba muerto? Si era así, ¿por qué estaba hablando conmigo mismo y sentía dolor? Pensé en mi familia y amigos y en su tristeza. Me había ido sin despedirme. Sentí pena por todas las cosas que todavía no había hecho en la vida. El dolor del que había escapado yendo profundamente dentro de mí volvió y nuevamente me vi forzado a ir más adentro de mí para escapar.

Cuando alcancé mi último y final refugio, sentí como si no pudiera ir más profundamente conforme cerré la puerta detrás de mí y esperé en la seguridad de mi refugio. De alguna manera “sabía” que me quedaría allí y que había alcanzado el final de mi viaje. Este último refugio se convirtió en un fuerte diferente de los anteriores. Parecía más calmo y tranquilo allí que en mis refugios anteriores. El dolor, que había buscado eludir desesperadamente, nunca pudo penetrar las paredes de este refugio como había sucedido antes. Dejé todos los contactos con mi cuerpo físico muy atrás y por encima de mí donde quedarían dejando solamente mi yo interior, el centro de mi “ser”, separado del mundo externo muy arriba y fuera del nuevo mundo de mi “ser” para pasar las paredes de este fuerte.

Mi dolor permaneció atado en mi cuerpo físico sin poder pasar las paredes de este fuerte. El dolor permaneció como un perro temible atado a un árbol fuera de mi fuerte imposibilitado de morderme. Me despojé de este dolor antes de entrar a este fuerte como un trabajador que se quita sus botas embarradas en la puerta antes de entrar en la limpieza de la casa. Este refugio era una barrera que me protegía del dolor existente fuera de sus paredes. De alguna manera sabía que allí estaría seguro y me quedaría para capear el temporal. Mis anteriores sentimientos de miedo, confusión y dolor se disiparon en sentimientos de paz, tranquilidad y seguridad como nunca había conocido ante

Más aún, a pesar del silencio absoluto de este refugio, “escuchaba” los sonidos que se producían, aún “escuchaba “los muchos sentimientos que emanaban de mi refugio. Me volví “consciente” de la oscuridad total sin embargo nunca me cegó ni obstaculizó mi visión. No había nada para ver, aún así podía ver como nunca antes. Allí permanecí vivo y nunca estuve solitario ya que algo, alguien, me hacía sentir seguro y en estado de bienestar. Estaba contento con los sentimientos de paz y tranquilidad que me rodeaban. Min refugio irradiaba “calor” y allí no tenía respuestas a mis preguntas pero tampoco tenía preguntas que formular. Mientras estuve allí, perdí todo contacto con el tiempo y el orden.

No me sentí cansado ni con hambre. Dejé atrás todas las necesidades físicas dejando el yo mental separado del mundo lejos arriba y fuera de mi nuevo mundo. No sabía dónde estaba ni cómo había llegado allí pero de alguna manera encontré una gran seguridad. Lo que estaba experimentando era como un sueño pero sin ilusión mental: todo parecía real y consciente pero nada parecido a lo experimentado antes.

No sabía dónde estaba o qué me estaba pasando pero no me importaba ya que todas mis preguntas habían desaparecido. Sí sabía, sin embargo, que estaba seguro y que saldría de la tormenta.

Mientras esperaba allí y juntaba fuerzas, la tormenta empezó a pasar y pronto tuve la sensación de que era tiempo de irse. Algo, alguien, en alguna parte que me había dado la sensación de bienestar, estaba de pie detrás de mí alentándome sobre mi seguridad. Cuando dejé mi oscuro rincón para ir a la puerta escotilla de mi refugio, me detuve a juntar coraje para abrirla. Cuando hice esto, miré a lo lejos hacia las líneas del frente de las que había escapado anteriormente.

Los primeros pasos fueron muy impactantes debido a que sentí la puntada del dolor que había eludido antes. Dejar mi refugio fue como ser un estudiante que da sus primeros pasos fuera de su casa cálida en la mañana durante una tormenta de nieve camino de la escuela.

Sin embargo, como una madre pájaro empujando a sus pichones fuera del nido mientras los mira con un ojo protector, yo también fui empujado fuera con una suave mano. La seguridad que había aprendido a sentir dentro de mi refugio fue conmigo y si bien no sabía qué me esperaba, sabía por ello que podría enfrentarlo.

Mi viaje a la consciencia fue como el de un minero desde la profundidad de la mina acercándose cada vez más a la superficie. A medida que me acercaba mas al estado consciente sentía el aire fresco como una brisa refrescante de verano en el rostro del minero de carbón cuando alcanzo la superficie y se encontró en el cálido sol del día.

Mi refugio ya no estaba más pero las sensaciones quedaron en mí. Estas sensaciones de seguridad me permitieron comenzar el camino de la recuperación.

Abrí los ojos el miércoles casi cinco días después del accidente. En aquel momento parecía que iba a vivir a pesar de que todavía tenía dificultad en mantener la consciencia. En aquel momento todavía necesitaba la ayuda de un respirador y no podía someterme a una cirugía aú

Cuando pasaron los días, entraba y salía del estado de consciencia más fácilmente pero cuando estaba despierto estaba extremadamente desorientado y confundido tanto del trauma del accidente como del daño cerebral que en ese momento era evidente. Pasé las siguientes semanas entre mi refugio inconsciente tranquilo y el estado de despierto de confusión y dolor. Mientras batallaba para llegar a un acuerdo con lo que me esperaba en mi estado de despierto, me encontré buscando la seguridad que había sentido antes cuando estaba en mi refugio dentro de mí.

Pude dejar mi estado consciente y retirarme a mi escondido mundo de paz. Con cada transición entre el, estado de despierto y mi refugio, progresivamente empecé mi viaje hacia arriba desde la profundidad de mi ser. Cada transición me llevó un escalón más cerca de la superficie. A pesar de estar asustado y confundido, logre reunir el coraje y la alegría que habia sentido en el refugio que permanecían en mi.

Cuando estuve en el refugio lejos abajo, aprendi a promover grandes sensaciones de calidez y paz que pude llevar a la superficie conmigo. A pesar de que ya no estaba en la seguridad de mi refugio, las sensaciones de seguridad, paz y alegría quedaron en mi conforme comencé mi viaje a la superficie. No estaba seguro acerca de que me esperaba a medida que me acercaba a mi estado consciente pero sabia que podría enfrentarlo con las sensaciones de seguridad y bienestar que habia fomentado en el refugio. Cuando me acercaba a lo que parecía inevitable, sentí una gran alegría que no habia experimentado antes salvo en mi refugio.

En cada despertar, los doctores me decian una y otra vez que habia estado en un accidente de auto y que estaba paralizado. Me dijeron que era cuadripléjico y que estaría en un sillón de ruedas por el resto de mi vida, con suerte un sillón eléctrico si podía usar una mano para manejarlo. Necesitaria asistencia en todas las actividades de la vida diaria. Pasados algunos días fui transferido a un piso para pacientes con daño en la espina dorsal y traumatismo cerebral cuando ya no dependía mas del respirador.

Despues de hacer mas escaneos CAT y rayos x, los doctores decidieron practicar una fusión cervical en el cuello para agregar estabilidad cuando se me moviera y estuviera sentado derecho en un sillón de ruedas. Cuando mi sistema respiratorio comenzó a funcionar, los doctores recibieron autorización para realizar la operación.

Mi cuello consistía en siete vertebras cervicales y en una herida como la mia , cuanto más alta estuviera, peor sería el daño y la consecuente parálisis. Por lo tanto, cuantas más vertebras estuvieran dañadas, más severa seria la extensión del daño de la espina dorsal. Tenía una fractura dislocación de mi tercera y cuarta vértebra cervical lo que requería que mi segunda hasta mi quinta vértebra fueran fusionadas como una.

Cortaron varios huesos de la cadera y los fusionaron en el cuello con pinzas. Los huesos que agregaron actuaban como puentes para que creciera un nuevo hueso y fuera permanente. La cirugía tomó siete horas y se fusionaron cuatro de las siete vértebras. Después de la cirugía me transfirieron de nuevo a la unidad de cuidado intensivo para que me recuperara.

En ese momento, los neurólogos les dijeron a mis padres que nunca usaría los brazos ni las piernas. Sería cuadripléjico por el resto de mi vida. Más aún, dijeron que las dos siguientes semanas serían cruciales en determinar si iba a tener algún tipo de movimiento.

La seguridad y alegría de mi refugio permanecieron en mí en mi estado consciente y me permitieron poner a un lado el miedo, el dolor y la confusión conforme focalizaba el mundo externo a mí. No sabía qué traería el futuro para mí pero sabía que estaba a salvo y que cualquier cosa que me esperara la aceptaría y la superaría.

Cuando comencé con las demandas de la terapia, frecuentemente parecía ausente porque regresaba a mi nueva “consciencia” que en ese entonces experimenté estando consciente. Mi refugio actuaba como un pozo de calor que suministraba a mi cuerpo con los nutrientes necesarios para la vida. Un pozo que continuaba creciendo y desbordando dentro de mí yendo hacia otras áreas de mi cuerpo según yo mismo dirigiera su corriente. Cada noche, cuando comenzaba mi batalla para reparar mi cuerpo dañado desde dentro de mí, focalizaba un área diferente del cuerpo. Me concentré en la calidez que había profundamente en mí y me hice una con ella.

Luego, profundamente dentro del calor, en ese punto de focalización, me concentré en los circuitos dañados de mi espina dorsal. Cuando pasaba con el calor por todo el cuerpo, me concentré en el circuito. Cada una de mis extremidades se sirvió del calor que recorría profundamente mi cuerpo lleno de la vida del calor que lo sostenía. Tenía un gran sentimiento de estar vivo y expresaba continuamente a aquellos a mi alrededor el verdadero júbilo de la vida que en aquel entonces sentía. Insistente como era, los doctores, enfermeras y amigos eran escépticos en relación a creer lo genuino de mis sentimientos.

Me rotularon como “confundido”, “experimentando negación” y con optimismo poco realista para vivir. Mientras esperaban que mi espíritu disminuyera y que yo aceptara mi problema, mi espíritu se volvió más fuerte como mi espíritu lo ordenaba. No podían entender cómo me sentía “vivo” sin el uso de mi cuerpo. Sentirse vivo no es un estado del cuerpo sino del “yo” y esto es algo que no podían entender. ¡Cuán atados a lo material estaban!

Pude encontrar alegría y satisfacción en mi situación presente. No sabía cómo supe hacer lo que hice. Simplemente lo sabía y confié en ese sentimiento dentro de mí. Dos semanas después de la cirugía que alineó mi columna vertebral y consecuentemente alivió la presión en ella, mientras la enfermera me atendía, notó que movía un dedo del pie derecho.

Lo ignoró pensando que era un espasmo muscular. Vino otra enfermera a la habitación y llamó al doctor que quedó atónito cuando empecé a mover el de do cuando le daba la orden.

El 12 de diciembre, casi cinco meses de oraciones y trabajo duro después, salí del Iowa Methodist Medical Center caminando con la ayuda de un bastón hacia mi nueva vida.

Información previa:

Sexo: Hombre

Fecha en que ocurrió la ECM: 8/03/1986

¿En el momento de su experiencia, existía alguna circunstancia que amenazara su vida? Si Accidente Herida directa en la cabeza

Cuello roto con dislocación de C3-4 y coma subsiguiente. Nuevamente coma después de la cirugía de reparación de mi cuello.

Elementos de la ECM:

¿Cómo considera el contenido de su experiencia?

Mezclado.

La experiencia incluía: Experiencia fuera del cuerpo

¿Se sintió separado de su cuerpo? Claramente abandoné mi cuerpo y existí fuera de él

¿Cómo compararía su máximo nivel de consciencia y alerta durante la experiencia con su consciencia y alerta normal de todos los días? Más Consciente y alerta de lo normal

¿Sus pensamientos estaban acelerados? Increíblemente

¿El tiempo pareció acelerarse o ralentizarse? Todo parecía estar sucediendo a la vez; o el tiempo se detuvo o perdió todo significado

Mayor nivel de consciencia.

¿Sus sentidos eran más intensos que de costumbre? Increíblemente más intensos

Compare por favor su visión durante la experiencia con su visión cotidiana que tenía inmediatamente antes del momento de la experiencia. Si

Compare por favor su audición durante la experiencia con su audición cotidiana que tenía inmediatamente antes del momento de la experiencia. Si

¿Le pareció ser Consciente de cosas que ocurrían en otro lugar, como si se tratase de percepción extra sensorial (ESP)? Sí, y los hechos han sido comprobados

¿Pasó hacia o a través de un túnel? Si

¿Encontró o llegó a ser Consciente de algún ser difunto (o todavía vivo)? No

Mi verdadero “yo”, el núcleo de mi yo interior. Mi “alma” y la presencia distante de un poder superior que me había guiado hasta allí pero sin identificar.

La experiencia incluía: Vacío

La experiencia incluía: Oscuridad

La experiencia incluía: Luz sobrenatural

¿Vio, o se sintió envuelto por, una luz brillante? Una luz de claro origen místico o de otro mundo

¿Vio una luz sobrenatural? Si

¿Le pareció entrar a algún otro mundo sobrenatural? Un reino claramente místico o sobrenatural

La experiencia incluía: Fuerte tono emocional

¿Qué emociones sintió durante la experiencia?

Mientras que para el mundo estaba en coma, no tengo palabras para expresar la belleza y magnificencia de lo que iba a experimentar en las semanas que siguieron. Cualquier intento de capturar la experiencia en palabras sólo sirve para quedar corto. Lo que iba a experimentar no era de este mundo y no puede ser descripto en palabras. Iba a encontrarme con la más misteriosa y sin embargo pacífica ocurrencia de sentimientos y sensaciones que continúa desbordándome e influenciando mi vida con satisfacción, alegría y júbilo.

¿Tuvo¿Tuvo una sensación de alegría? Increíble alegría

¿Sintió una sensación de armonía o unidad con el Universo? Me sentía unido o uno con el mundo

La experiencia incluía: Conocimiento o propósito especial

¿Le pareció de repente entenderlo todo? Todo sobre el Universo

¿Volvieron a usted escenas de su pasado? Mi pasado rápidamente pasó ante mí, fuera de mi control

¿Vinieron a usted escenas del futuro? Escenas del futuro del mundo

La experiencia incluía: Una frontera o punto de no retorno

¿Alcanzó un límite o una estructura física limitante? Si

¿Llegó a una frontera o punto de no retorno? Llegué a una barrera que no se me permitió cruzar; o fui devuelto contra mi voluntad

Dios, espiritualidad y religión:

¿Qué importancia le daba a su vida religiosa / espiritual antes de su experiencia? Incierto

Católico Apostólico Romano

¿Han cambiado sus prácticas religiosas desde su experiencia? Si

Me he vuelto más espiritual y feliz.

¿Cuál es su religión ahora?

Conservador/fundamentalista Profundamente espiritual

¿Ha tenido un cambio en sus valores y creencias debido a su experiencia? Si

Me he vuelto más espiritual y feliz

¿Le pareció encontrar a un ser místico o una presencia, u oyó una voz no identificable? Me encontré con un ser definido, o una voz claramente de origen místico o sobrenatural

¿Vio usted espíritus fallecidos o religiosos? Los vi realmente

Con respecto a nuestras vidas terrenales aparte de la religión:

¿Obtuvo durante su experiencia conocimiento o información especial sobre su finalidad? Si

¿Han cambiado sus relaciones específicamente debido a su experiencia? Si

Tengo menos relaciones y socializo menos. No en un sentido malo; Sólo paso más tiempo con mi familia y conmigo mismo y reflexiono mucho sobre la experiencia debido a que todavía tengo que entender en profundidad lo ocurrido. Me ayuda a escribir y llevar un diario.

Después de la ECM:

¿Fue la experiencia difícil de expresar con palabras? Si

Mientras que para el mundo estaba en coma, no tengo palabras para expresar la belleza y magnificencia de lo que iba a experimentar en las semanas que siguieron. Cualquier intento de capturar la experiencia en palabras sólo sirve para quedar corto. Lo que iba a experimentar no era de este mundo y no puede ser descripto en palabras. Iba a encontrarme con la más misteriosa y sin embargo pacífica ocurrencia de sentimientos y sensaciones que continúa desbordándome e influenciando mi vida con satisfacción, alegría y júbilo.

¿Ha tenido tras la experiencia dones psíquicos, no ordinarios u otros dones especiales que no tuviera antes de la experiencia? Si

Sueños lúcidos y la habilidad de regresar a mi “refugio” y reparar mis heridas desde dentro.

¿Hay una o más partes de la experiencia que son especialmente significativas o importantes para usted?

Al principio comenzó como una pesadilla pero terminé en un lugar hermoso. Toda la experiencia fue integral.

¿Ha compartido usted alguna vez esta experiencia con otros? Si

Al principio me guardé la experiencia para mí y la compartí solamente con aquellos cercanos a mí en quienes confiaba. Mucha gente no sabe qué pensar de ella. Mi sacerdote la rechazó. Sólo cuando regresé a la universidad después de más de un año y escribí “Código Azul: Un Nuevo Comienzo” y lo compartí con mi instructor, me enteré de que había algo llamado ECM y me sorprendió saber que otros habían tenido experiencias similares. Desde ese entonces aprendí que no todos están preparados para debatir el fenómeno y adaptarlo a una audiencia.

¿Tenía usted algún conocimiento de las experiencias cercanas a la muerte (ECM) antes de la experiencia? No

¿Qué pensó sobre la realidad de su experiencia poco tiempo después (días o semanas) de que sucediera? La experiencia fue definitivamente real

¿Qué piensa ahora sobre la realidad de su experiencia? La experiencia fue definitivamente real

¿En cualquier momento de su vida, ha habido alguna vez algo que le haya reproducido parte de la experiencia? No

¿Hay algo más que le gustaría añadir acerca de su experiencia?

Ha tenido un profundo efecto en mi vida y todavía batallo para ponerla en perspectiva. Cada noche alguna parte vuelve alguna parte de la experiencia en mis sueños y es difícil no pensar en ella.

¿Hay alguna otra pregunta que podríamos hacer para ayudarle a comunicar su experiencia?

Preguntas muy apropiadas.