ECM de Mandy J
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Descripción de la experiencia:

El 25 de mayo de 1992 se me programó una operación de vesícula biliar a las 15h30. Tendría que permanecer 23 horas en el hospital. Hacia el mediodía, mis padres me condujeron al hospital, me dijeron que tenían que hacer unas diligencias, y que estarían de vuelta antes de la operación. Fiché y fui llevada a una habitación del hospital a esperar. Hacia las 13h entró una enfermera y dijo que había habido una cancelación y que me iban a operar más temprano pues al ser viernes los doctores querían irse pronto y yo ya estaba lista.

Mis familiares (padres, hijo) no supieron que sería operada antes de lo previsto pues no llegamos a contactar. Dije: “De acuerdo, vamos allá.” Me dieron algo que me relajó y me prepararon. Mi médico de cabecera vino a verme (él asistía al especialista) y me dijo que estaría presente durante la operación. Lo siguiente que ocurrió fue increíble. Sentí como si rápidamente fuese sorbida de mi cuerpo, más rápido de lo que pueden explicar las palabras. No hay nada aquí en la tierra capaz de explicar lo rápido que ocurrió aquello.

Lo siguiente fue esa increíblemente brillante luz (desde que la vi, llevo gafas todo el tiempo, no puedo ver sin ellas). Cuando finalmente fui capaz de acostumbrar mis ojos a la luz miré a mi alrededor y vi que estaba en una hermosa e inmensa zona (como de unos 5 a 8 campos de fútbol juntos), la hierba era completamente verde, aquello olía a rosas y a otras flores y había filas de personas siendo saludadas por otras personas (espíritus) que habían muerto antes que nosotros.

Miré a izquierda y a derecha y luego al frente y ahí estaban todos mis parientes y amigos fallecidos, colocados en el orden cronológico en el que lo habían hecho. Por ejemplo, mi abuelo Lupe era la primera persona que recuerdo murió en 1955, yo tenía 10 años de edad, pues él era el primero de la fila empezando por la izquierda. Sólo había personas a las que había amado, por las que me había preocupado profundamente y que habían muerto antes que yo.

A la derecha, estaba mi abuela muerta en 1991. Fue la primera persona con quien hablé. Le pregunté: “¿Abuela, por qué estás aquí y no en ese lado con toda la otra gente?” Estaba sentada en el sillón verde que tanto le gustaba y hacía algo con las manos, yo diría que croché pues le gustaba hacer croché pero durante algunos años había sido incapaz de hacerlo debido a su vista (tenía 92 años cuando murió). Alzó la vista hacia mí y me dijo en español (mi abuela hablaba muy poco inglés) todavía me quedan unas pocas cosas que hacer y luego me iré con los demás.

Me volví hacia mi abuelo y le dije cuánto le había echado de menos y lo feliz que era de volverle a ver. Había unas 12 personas en esa fila. Hablé con todos y cada uno de ellos, pero brevemente, salvo con el tío Donald con quien tuve una larga discusión. Donald H. es el hermano de mi padre, se ahogó el 30 de junio de 1989 (quizás me equivoque en el año). Tenía unos 60 años cuando murió. Hablé con él y me dijo que le diese un mensaje a su hermano Joe. Me comunicó lo que tenía que decirle a su hermano de su parte.

Cuando me preparaba para hacerle otra pregunta, alcé la vista y vi a mi sobrino flotando por encima de los demás, no estaba ni a la derecha ni a la izquierda, tan sólo flotaba alrededor. Le pregunté: “¿Richard, qué haces ahí arriba?” Él respondió: “NO ERA MI HORA, DEBO QUEDARME AQUÍ HASTA QUE SEA MI HORA”. Mi sobrino Richard se había suicidado en septiembre de 1989. Sentí dolor en mi corazón al saber que no podía estar en paz.

En aquel momento sentí que quería estar en el calor y el confort de estos miembros de mi familia y decidí que iba a cruzar cuando mi abuelo levantó la mano diciendo: “NO, aún no puedes venir”. Pregunté: “¿Por qué aún no?”. Él no dijo una palabra, sólo alzó la vista y yo también miré hacia arriba para ver qué estaba mirando. Ni siquiera puedo describir de qué se trataba, pero para expresarlo con palabras, se podría decir que en el Cielo por encima de esa multitud de personas / espíritus se encontraban EL PADRE, EL HIJO Y EL ESPÍRITU SANTO. He sido una católica toda mi vida y en verdad no entendía lo que tres en uno significaba, pero ahora lo entiendo.

Vino sobre mí el más pacífico de los sentimientos y me di cuenta de que se trataba de nuestro querido Señor. Le dije que quería quedarme. Él respondió que no podía. Le pregunté que por qué no. Él replicó que: “Tú debes regresar y acabar aquello que debes cumplir para Mí”. Me eché a llorar pues no quería abandonar este maravilloso y pacífico lugar que había encontrado. Dijo: “No llores, me verás una vez más antes de que me veas para el tiempo final”.

Lo siguiente que supe es que estaba siendo absorbida fuera de este maravilloso lugar. Al volver, vi a mi médico golpeándome en el pecho y rogando al Señor que le ayudara a traerme de vuelta. Le pregunté sobre aquello más tarde y me contestó que cómo supe aquello, pues él estaba diciéndoselo a sí mismo. Desperté en la unidad de cuidados intensivos cardiológicos. Tenían que quitarme los cálculos biliares por láser, y cuando me inflaron el vientre me inyectaron demasiado aire provocando una presión muy importante sobre la aorta. Me perdieron durante 1 minuto y 25 segundos. Ese minuto y 25 segundos fue más maravilloso que toda mi vida, fue la más increíble de las experiencias que jamás he tenido.

¿Alguna medicación asociada o sustancias que puedan haber afectado a la experiencia? No.

¿Cuál era su nivel de consciencia y de vigilancia durante la experiencia? Estaba totalmente consciente y muy alerta.

¿Fue la experiencia de algún modo parecida a un sueño? NO.

¿Experimentó una separación entre su consciencia y su cuerpo? Sí.

Describa su aspecto o forma cuando estuvo fuera de su cuerpo: no puedo explicarlo con palabras.

¿Qué emociones sintió usted durante la experiencia? Me sentía maravillosamente, quería quedarme, no quería regresar. Era muy, muy pacífico.

¿Oyó usted algún sonido o ruido extraños? No.

¿Pasó usted por, o en, un túnel o recinto? Sí.

Describa: cuando salí de mi cuerpo parecía un recinto.

¿Vio usted una luz? Sí.

Describa: SÍ, SÍ, una muy, muy, muy brillante luz.

¿Encontró usted, o vio, a otros seres? Sí.

Describa: por favor mire la explicación.

¿Experimentó usted una revisión de acontecimientos pasados de su vida? No.

¿Observó usted u oyó, durante su experiencia, algo relacionado con personas o acontecimientos que pudiera ser verificado más tarde? Sí.

Describa: finalmente le di a mi tío Joe el mensaje que su hermano Donald me dijo que le transmitiera. Cuando se lo dije su cara se puso muy blanca y dijo que sólo había una persona que sabía lo que había pasado y ése era su hermano Donald. El mensaje no tenía sentido para mí pero sí para él.

¿Vio usted o visitó dimensiones, niveles o lugares hermosos o de alguna otra manera peculiares? Sí.

¿Se implicó usted en, o fue consciente de, una decisión de vuelta al cuerpo? Sí.

¿Como resultado de su experiencia, ha recibido usted dones psíquicos, paranormales u otros dones especiales que no tuviera antes de la misma? Sí.

Describa: el Señor me trajo de vuelta con muchos dones especiales. Veo el futuro en la gente, sé si van a ser llamados a casa por el Señor por su aura coloreada. Tengo poderes curativos, soy capaz de ver el futuro mirando las velas. Veo el aura en la gente. Tengo más, pero no el suficiente tiempo para explicarlos todos. Pues estoy tratando de hacerlo en el trabajo.

¿Tuvo usted tras su experiencia algún cambio de actitudes o de creencias? Sí.

Describa: creo de veras, de veras, en el SEÑOR Jesús.

¿Ha compartido usted esta experiencia con otros? Sí.

Describa: tardé mucho en aceptar finalmente todos mis dones y ser capaz de compartirlos con otros. Pero tengo una pregunta: Si tengo todos estos dones y realmente me los mandó El Señor ¿Qué se supone que debo hacer con ellos?

¿Cuál fue la mejor y la peor parte de su experiencia? Lo mejor fue ver al Señor. Lo peor, volver pues nunca volveré a sentir esa paz mientras siga en la tierra.

¿Hay algo más que quisiera añadir en relación con la experiencia? Pregunto de nuevo, tengo muchos, muchos dones especiales. Me gustaría saber cómo puedo averiguar la manera en que se supone que debo utilizarlos.

¿Ha cambiado su vida específicamente a consecuencia de su experiencia? Sí.

¿Tras la experiencia, ha habido otros elementos en su vida, medicamentos, o sustancias que hayan reproducido parte de la experiencia? No.

¿Las preguntas planteadas y la información que acaba usted de proporcionar describen exacta y exhaustivamente su experiencia? Sí.