Kurt K ECM
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Descripción de la experiencia:

¿Puede nuestro subconsciente o espíritu interactuar con el plano espiritual o es en realidad nuestra imaginación volviéndose loca?
Por favor, tomen en cuenta mis experiencias.

Yo he experimentado personalmente a mi espíritu dejando mi cuerpo y siendo unificado con el ‘Espíritu Supremo Definitivo' (¿Dios?). En 1956, cuando tenía quince años, me dio neumonía y creí que me moría. Mi padre me llevó al doctor, quien me puso una inyección de penicilina y me recomendó una hospitalización inmediata. No teníamos seguro médico ni dinero, así es que mi padre me llevó a casa para recuperarme. Yo recuerdo el viaje a casa vívidamente. Cada respiración era dolorosa y mi pecho se sentía como si tuviera un gran peso sobre él.

Yo observaba a los autos y camiones pasar y pensaba cómo las personas podían hacer planes a largo plazo si la vida era tan impredecible. Varias noches más tarde, sentí como si mi espíritu dejara mi cuerpo y experimentaba estar en un lugar con una reunión de almas y espíritus. Percibía una gran tranquilidad, paz y éxtasis – un arrebatamiento que estaba más allá de la imaginación de cualquiera persona. Me sentía como si yo fuera parte de TODO, una parte de Dios. Estaba en comunicación mental y en sincronía con todos, incluyendo no sólo algunos de mis conocidos fallecidos y parientes, sino que muchos de los profetas de la Biblia y personalidades históricas de quienes yo había leído. Allí no había una fuerza dominante, ningún líder contundente. No sé cómo sabía quién era cada cuál. Cada pensamiento interactuaba con toda la comunidad. Yo no tenía preguntas; Parecía como si todo fuera revelado y claro como el cristal. Vi el universo revelado con espíritus conectados en interacción mental como artesanos maestros que contemplan la creación de una nueva frontera.

Cuando le conté a mi padre, que era un predicador de la Fe Luterana acerca de mi experiencia, él abruptamente lo desestimó y me dijo que este 'espíritu supremo' este DIos que mi espíritu contempló, no era el Dios de la Biblia y me pidió que orara por mi salvación. Jamás conversamos de lo mismo nuevamente.

Desde esa vez, realmente nunca le di mucha vuelta hasta la tragedia del Centro de Comercio Mundial de New York el 11 de Septiembre de 2001. Entré en profunda meditación. Quería encontrar una respuesta sobre por qué y cómo algunos individuos mal guiados podían llegar a creer que sus acciones podían ser recompensadas con la vida eterna de sus almas con Dios. Entonces yo tuve un par de experiencias similares a aquélla que tuve a los quince años de mi espíritu en comunicación con el 'Espíritu Definitivo' (Dios, Alá como cualquiera desee denominarlo/a).

Una experiencia espiritual pareció durar toda la noche. Mi espíritu observó toda la historia y la evolución del universo y nuestras variantes percepciones de Dios, como en una película acelerada.

El mensajero no es lo importante. Es el mensaje el que tiene que ser tomado en cuenta y juzgado por sus méritos. Las experiencias que encontré después de la tragedia del 11 de Septiembre me ayudaron a llegar a la conclusión: en este Siglo 21, la Era de la Tecnología, estamos todavía plagados por creencias religiosas que contribuyen a causar actividades de terrorismo, asesinatos y guerras entre las naciones. La creencia en una deidad, que sigue causando catástrofes, que castiga a la gente y que creó el universo a partir de la nada, como si fuera por arte de magia, nace a partir de la histeria y de las supersticiones. Este proceso de pensamiento debe ser reevaluado y actualizado. La gente de mente abierta debe usar el sentido común para determinar si la así llamada deidad fue o no incorrectamente percibida, malinterpretada y malentendida por las masas de una era pretérita.

Algunos dirán que mi experiencia personal de unicidad con un Espíritu Supremo no es nada más que un sueño o una vívida imaginación. No tiene ninguna importancia si aceptas o si completamente rechazas mi historia. Lo que sí realmente importa es que evolucionemos hasta un punto en el que podamos alentar a la gente de mente abierta a ofrecernos ideas sobre cómo nuestras ideas religiosas pueden ser traídas a este siglo 21.

Mi concepto es que Dios es una unidad espiritual, una unicidad, un 'Colectivo Espiritual' estructurado que semeja un gobierno; la 'La Progresiva y Acumulativa Inteligencia Espiritual' del universo, que existe en la espiritual cuarta dimensión; un colectivo de las almas honestas que han pasado al reino espiritual; una continuidad espiritual.

Namasté,

Kurt K