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EXPERIENCIA INICIAL
SEIS MESES MÁS TARDE

Descripción de la experiencia:

No estaba segura de si debía o no colgar mi relato en este sitio. Fui invitada a visitar este sitio por un amigo, y tuve que considerarlo seriamente. Decidí entonces que podría ser provechoso expresar estos sentimientos.

Tuve una única experiencia el Miércoles 6 de Febrero de 2002. Fue hace sólo 5 días. Mi 34 cumpleaños fue el Viernes 8 de Febrero de 2002. Mientras dormía en mi cama el Miércoles por la tarde, hacia la medianoche, tuve un extraño sueño de mi suegro sosteniéndome en sus brazos en el asiento de atrás de un taxi mientras me llevaban urgentemente al hospital. Mi corazón latía tan rápido (en mi sueño) que pensé que iba a estallar. El sueño fue tan intenso que me desperté…

Cuando desperté, mi corazón también estaba latiendo deprisa. Permanecí echada esperando que ralentizase, pensando que era un ataque de ansiedad, pero parecía latir más deprisa aún. No podía llamar a mis hijos. Apenas podía respirar. Mis inspiraciones eran breves y bruscas, como una mujer cuando está de parto. Llamé al 911 y les dije que pensaba que tenía un ataque al corazón. Me dijeron que permaneciese tranquila, que enviarían a alguien enseguida. Llamé a mi hija por teléfono desde final del pasillo y le dije que viniera rápidamente a mi habitación. Eso hizo.

Ella estaba aterrorizada y yo no tenía ninguna palabra de sabiduría para ella. Ahí estaba yo, muriéndome, y no lograba pensar en algo inteligente que decirle a la mayor de mis hijas. En cierto modo, esto me incomodaba más que el incidente en sí. Desistí de intentar pensar. De repente, llegó mi ex marido (mi hija había llamado a su padre) y los enfermeros subieron a mi habitación. Pinchaban y sondaban diciéndome que permaneciese tranquila.

Mi corazón iba a 200 latidos por minuto. Literalmente. Mi hija dijo que estuvo mirando el monitor cardíaco todo el tiempo que estuvieron trabajando sobre mí, y lo más bajo a lo que llegó fueron 198 latidos por minuto. Así pues, me pusieron todos estos electrodos por todas partes. Entonces, encontraron mi única vena buena y me pusieron una perfusión intravenosa, entonces procedieron a llevarme (a mí, una pesada mujer de 90 kilogramos) en una camilla, escaleras abajo. Esto, en sí mismo, habría bastado para provocar un ataque cardíaco. Empezaron a bajar las escaleras, entonces uno dijo que: “Yo debería pasar primero”, y giró, entonces el otro dijo: “No, creo que debería pasar yo primero”. ¡Les llevó, pues, un buen rato decidir quién iba a aguantar mi peso por mis empinadas escaleras! ¡Durante toda la bajada, estuve con los ojos cerrados!

Entonces recuerdo haber sentido frío y pedido una manta. Ellos dijeron: “Sólo vamos a estar fuera un segundo, la llevaremos directamente a la ambulancia, tenga paciencia”. Mi hija oyó esto, y corrió escaleras arriba para coger la cubierta de su cama y traérsela. Lo siguiente que supe fue que estaba en la ambulancia, aún respirando con cortas bocanadas, con mi corazón a 200 o así.

Sólo sabía que me estaba muriendo, y estaba pensando en todas las cosas en las que creía que debía pensar. ¿Qué piensa la gente antes de morir? Pensé en mis niños, en quién cuidaría de ellos (edades 13, 9 y 7). Mi hijo iba a cumplir 8 mañana (nació un día antes de mi cumpleaños) y yo ya no estaría aquí. ¿¿¿Quién iba a cuidar de mis niños??? ¿¿¿Y mi casa??? Nadie podía permitirse pagar las facturas de mi casa. ¿Mi seguro es válido? ¿Cubrirá los gastos de mi casa y de mi entierro? ¡Un momento! Creo que tengo un seguro como propietaria. Y un seguro de tarjeta de crédito. Y un seguro de cuenta bancaria. ¿Pero, cubrirán tan sólo los accidentes? ¿Y dónde he puesto toda esta información? ¿Será alguien capaz de encontrar los papeles? ¿Dónde está mi ex marido? ¿Está siguiendo la ambulancia? Oh Dios mío…mi abuela. Tiene 90 años y yo soy su tesoro. Esto la matará. Morirá con el corazón partido. Y mi hermanito. Lo considero más bien como un hijo, y está tan lejos en Maryland, quedará devastado. No tiene dinero para viajar a Texas. Por favor, que alguien lo llame y a mi madre. Estoy tan asustada. En la parte trasera de aquella ambulancia, mis pensamientos corrían así durante lo que me pareció ser una eternidad.

Entonces, uno de los enfermeros dijo “Tenemos que darle Adenison. Se va a sentir realmente extraña, pero no habrá problemas. Se pondrá bien. Sólo intente relajarse.”. Cuando me inyectaron el Adenison en el brazo, sentí que me iba flotando…realmente detuvieron mi corazón. Pero, esto no ayudó. Mi latido cardíaco seguía acelerado. Ellos dijeron: “Tendremos que doblar la dosis. Bien, vamos a administrarle Adenison otra vez. Se sentirá extraña de nuevo. La primera vez, se portó usted bien. Todo irá bien. Tenemos que ralentizar su corazón.”. Y me sentí flotar un poco más alto. Era como si me convirtiese en aire durante unos segundos.

Entonces literalmente SENTÍ que mi corazón empezaba a latir de nuevo. No recuerdo haber visto una luz, pero sí recuerdo sentirme totalmente ingrávida y fuera del cuerpo. Fue una experiencia muy extraña por no decir más. En el hospital comencé a sentirme mejor mientras mis latidos se ralentizaban. Recuerdo haber pensado lo cerca que estuve de dejar este mundo. Mi perspectiva cambió por completo.

Decidí adoptar una nueva perspectiva en la vida. Nada ni nadie me molesta ya. Ese miércoles, estaba totalmente sola en mi dolor en aquel cuerpo, y por la gracia de Dios, se me dio una segunda oportunidad. Me dijeron que si no hubiesen ralentizado mi ritmo cardíaco, iba derecha de cabeza al fallo cardíaco. Huelga decir, que fue una experiencia espantosa. Decidí hacer unos serios cambios en mi estilo de vida, que incluían perder al menos 25 kilogramos y reducir mi nivel de estrés.

Ésta es mi historia. Espero que alguien sea bendecido por ella y que aprenda la muy importante lección de que “las personas no duran para siempre”. Vive cada día como si fuera el último, porque un día lo será.

SEIS MESES DESPUÉS

Hola Jody,

Estoy bien, muy bien. Gracias por su interés. En verdad, he desarrollado una nueva perspectiva en la vida. Estoy ejerciendo un ministerio a tiempo completo. Soy capellán voluntario en uno de nuestros hospitales locales donde hago rondas visitando a los enfermos y a los moribundos, y consolando a los familiares que han perdido a algún ser querido. También trabajo como servidora voluntaria y consejera en la Sopa de la Cocina de la Misión que abastece a los pobres, a los sin techo y a los trabajadores pobres de nuestra comunidad. Esto lo hago sólo una vez a la semana, los Miércoles, pero de veras que disfruto con ello. Además, soy miembro del equipo de Ministerio de la CÁRCEL, un grupo de voluntarios Cristianos que visita el centro de detención juvenil local una vez por semana, los Jueves, para aconsejar y ofrecer estudios de la Biblia a los jóvenes presidiarios.

Además, voy a hospedar a un estudiante extranjero de Corea a partir del 10 de Agosto. Ése es el día en que llega su vuelo. Tiene 15 años y es Cristiano. Voy a albergarlo, sin compensación económica (estrictamente voluntaria) durante 10 meses. ¡Pido oraciones mientras emprendo esta misión, pues no hablo ni una sola palabra de Coreano!

En cualquier caso, siento que he alcanzado una total comprensión del sentido de mi vida, que es servir y amar a los demás. No juzgo a NADIE – “pues los hombres han juzgado, y han juzgado mal”. Y, además, todos seremos medidos con la misma medida que empleamos para medir a los demás. En otras palabras, si juzgo seré juzgada de la misma manera. Por lo que he dejado eso de lado, en todos los aspectos de mi vida.

Soy mucho mejor oyente de lo que solía ser, especialmente con mis niños. Solía despedirlos cuando estaba ocupada o descansando. Ahora, dejo lo que estoy haciendo, sea lo que sea, para escucharles, sabiendo que confían en mí en sus más profundos sentimientos y pensamientos. También hemos comenzado un estudio familiar de la Biblia, cada tarde, cada niño puede escoger una historia para ser estudiada.

Y finalmente, he elevado mi “intuición” espiritual al rango de ciencia. Soy capaz de captar las vibras de otras personas y saber cuándo se sienten deprimidas o llevan camino de estarlo. Ofrezco consejo telefónico a través de Keen para los que están tristes, deprimidos, solos, o simplemente necesitan un amigo que escuche sus problemas. Mis 3 primeros minutos son siempre gratis, y mi horario es muy flexible. Si no estoy disponible en el momento de la llamada, reenvío a los que me llaman a miembros de mi grupo de tele-consejo. Mi sitio Web es http://www.keen.com/Mother+Joy. He sido capaz de ayudar a muchas personas, y sólo he recibido reacciones positivas. Tengo una puntuación de cinco estrellas en Keen y muchos de los que me llaman se han vuelto habituales pues confían en mi intuición, percepción, compasión y honestidad.

Bueno, espero haber contestado apropiadamente a su pregunta, a pesar de la “descarada publicidad” de mi servicio de consejo telefónico. Pero, es algo que realmente disfruto, y he sido sumamente bendecida con ello.

Milagros y Bendiciones.

Mother Joy