ECM de John Ma
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Descripción de la experiencia:

El 3 de noviembre, me sometí a una cirugía artroscópica ambulante de mi hombro derecho para eliminar un espolón óseo (N.T.: también conocido como osteofito o pico de loro). Yo soy diabético, pero debido a la incorrecta información del hospital no tomé la media dosis matinal de insulina. Mi cirugía era a la una y media de la tarde. Recuerdo haber recibido el anestésico local en la base derecha del cuello. Sentí hormigueo en la punta de los dedos, más bien como electricidad, y dolía. Se lo dije a los médicos pero lo ignoraron. Con anterioridad a la operación, lo único que recuerdo es que me estaban colocando la máscara en la cara.

Una hora y media más tarde, empecé a despertarme en la sala de recuperación. Recuerdo a la enfermera presentarse a sí misma como “Bill”. Vi a otros pacientes que estaban siendo acogidos por sus médicos. De repente, oí a dos personas hablando. Comprendí que algo le pasaba a mi presión arterial. A continuación, sentí que era sacado de la sala de recuperación y metido en un ascensor. Una de las asistentes preguntó si la enfermera, la llamaba “Kill-Bill”, sabía acerca de mi condición.

Fui conducido al interior de la unidad de cuidados intensivos cardiológicos. Oía personas entrar y salir corriendo. Oía caras y voces ansiosas. Mi presión arterial estaba cayendo. Más tarde supe que había caído a 50/20. La gente me hablaba queriendo saber mis medicaciones. Traté de recitarlas, pero lo que recuerdo es que perdía y recuperaba el conocimiento. De repente sentí que me pinchaban las muñecas. Dos mujeres me estaban insertando perfusiones intravenosas en ambas muñecas. Una de ellas preguntó si era necesario hacerlo, y la otra repuso que perdiese cuidado. Ésta es una de las cosas más traumáticas de mi ECM. Durante días después, seguía teniendo hematomas y marcas de agujas en mis muñecas. Recuerdo sentir por entonces que estaba siendo crucificada en la unidad de cuidados intensivos.

Ignoraba del todo que me estaban inyectando dopamina en el sistema circulatorio para contraer los vasos sanguíneos y así recuperar el nivel de la presión arterial. Yo estaba perdiendo el conocimiento y recuperándolo. Mi sensación física era de frío. No me tuve que ocupar de este problema por las fluctuaciones entre consciencia y un sueño lleno de ensoñaciones. De alguna manera sabía que me estaba muriendo.

Sabía acerca de las ECMs y recordé las propias fantasías de ECMs de Bob Fossie en “All That Jazz”. De pronto mi consciencia se elevó por encima de la unidad de cuidados intensivos. Recuerdo haberme dicho a mí mismo que yo no había tenido una salida fuera del cuerpo, por lo que esto no podía estar ocurriendo. Mientras ascendía, me dije a mí mismo: “Bien, aquí está”. La experiencia coreografiaba a los médicos y a las enfermeras en una danza desde sus posiciones sentadas en hileras de sillas. Estaban agarrando cosas como tubos y lanzándolas o metiéndolas en mi cuerpo.

Entonces pasé por una experiencia casi indescriptible. Estaba en una camilla siendo conducido hasta lo que parecía una puerta redonda en una catedral medieval. Alrededor del marco de la puerta había flores púrpuras. Creí que se trataba de un espectáculo lúdico. De alguna manera sabía que tenía mano en hacer que esto sucediera. Un hombre vestido de frac me habló. Me dijo que no me preocupara. Que todo iría bien. Dijo: “Mark, pronto tus problemas, miedos y preocupaciones habrán desaparecido. Tan solo relájate”. La camilla se estaba moviendo hacia la puerta. [Antes de la operación, estaba un poco bajo de moral debido a mi depresión. Le recé a Dios diciéndole que estaba listo para ser llevado]. Todo se calmó hasta que empecé a sentir que ese hombre no era un personaje amistoso sino un impostor que me estaba intentando engañar. De repente até cabos y me di cuenta de que ese hombre representaba la muerte. Mientras avanzaba por la oscuridad, grité un par de veces. “¡¡¡No; quiero vivir con Cindy y Tim!!!” [Mi esposa y mi hijo]. Entonces volví a quedarme dormido y ahora estoy vivo.

¿Alguna medicación asociada o sustancias que pudieran afectar la experiencia? Sí.

¿Fue la experiencia difícil de expresar con palabras? Sí. Fuerte contenido emocional. Sabía que mi vida estaba en peligro por el aspecto de los rostros, los tonos de voz y las cosas que se decían.

¿En el momento de la experiencia, existía algún acontecimiento que amenazara su vida? Sí.

¿Cuál era su nivel de consciencia y de vigilancia durante la experiencia? Saliendo del gas y del anestésico local y siendo atiborrado con dopamina.

¿Era la experiencia de algún modo parecida a un sueño? Sí, yo pensaba que estaba soñando.

¿Experimentó una separación entre su consciencia y su cuerpo? Sí. No recuerdo.

¿Oyó usted algún sonido extraño o ruidos? No.

¿Pasó usted hacia o a través de un túnel o espacio cerrado? Sí.

Describa: entrar por la puerta de la catedral.

¿Vio usted una luz? No.

¿Se encontró usted o vio a algún otro ser o seres? No.

¿Experimentó usted la revisión de acontecimientos pasados de su vida? No.

¿Observó usted u oyó algo relacionado con personas o acontecimientos durante su experiencia que pudiera ser verificado más tarde? Sí. Cuando estuve consciente antes y después, oí lo que se estaba diciendo.

¿Vio usted o visitó dimensiones, niveles o lugares hermosos o de alguna otra manera peculiares? No.

¿Tuvo alguna sensación de alteración del tiempo o el espacio? Sí. En la camilla, el tiempo se ralentizó.

¿Tuvo usted la sensación de comprender una sabiduría especial, un orden y / o propósito universal? Sí. Creo que Dios me dio una oportunidad para que nunca más rezara solicitando morir según Su Voluntad.

¿Alcanzó usted un límite o una estructura física de delimitación? Sí. La puerta.

¿Tuvo usted consciencia de acontecimientos futuros? No.

¿Se implicó en, o fue consciente de, una decisión de vuelta al cuerpo? Sí. Podía elegir vivir y lo hice.

¿Cómo resultado de su experiencia, ha recibido usted dones psíquicos, paranormales u otros dones especiales que no tuviera antes de la misma? No.

¿Tuvo usted tras su experiencia algún cambio de actitudes o creencias? Sí. Tengo un doctorado en Historia pero mi fe siempre ha estado en conflicto con mi razón. Ahora creo inequívocamente en un Dios personal y que me ha bendecido con una segunda vida. No sé por qué fue así, y durante un tiempo ello me fastidió. He llegado a aceptar esta incertidumbre.

¿Ha afectado la experiencia a sus relaciones? ¿Vida diaria? ¿Prácticas religiosas etc.? ¿Opciones de carrera? Sigo rezando a diario y siendo agradecido.

¿Ha cambiado su vida expresamente como consecuencia de su experiencia? Sí. Mi escritura ha mejorado.

¿Ha compartido usted esta experiencia con otros? Sí. Otra persona de fe le gustó mi testimonio, de que vivir con esta experiencia era difícil. ¿Qué puedo hacer para darle gracias a Dios adecuadamente? Otros creyeron mi relato.

¿Qué emociones experimentó usted después de su experiencia? Temor, esperanza.

¿Cuál fue la mejor y la peor parte de su experiencia? La mejor parte fue lo distendido que me sentí cuando empecé a aceptar el relato de lo que me estaba sucediendo desde la muerte. La peor parte, además de las intravenosas y el catéter hacia arriba en mi pene, fue darme cuenta de que el hombre de frac no era un amigo sino la muerte.

¿Hay algo más que desee añadir acerca de la experiencia? Durante semanas estuve angustiado por mis recuerdos de todo el trauma. Mi terapeuta me hizo pasar por mis sentimientos y recuerdos. Aunque está borrándose en el pasado, sigo percibiendo el día tres de cada mes como una especie de aniversario. ¡¡¡Estoy agradecido!!! Sin embargo, sigo preguntándome por qué y espero cumplir el propósito de la razón de mi rescate de las puertas de la Muerte.

¿Tras su experiencia, tuvo usted algún otro acontecimiento en su vida, medicamentos o sustancias que reprodujeran alguna parte de la experiencia? No.

¿Las preguntas planteadas y la información que acaba usted de proporcionar describen exacta y exhaustivamente su experiencia? Sí.