Sueños, ECM, Sueños de Realidad, Experiencias de Muerte Cercana y Realidad.
Por Jody A. Long, J.D.
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ABSTRACT: Esta es una revisión de la literatura y estudios realizados sobre el sueño en combinación con un estudio retrospectivo de las experiencias cercanas a la muerte (ECM) experimentadas por sujetos a los que se les preguntó “si su experiencia tenía las características de un sueño”. Este artículo ofrece una visión global y resumida sobre la consciencia y estados alterados de consciencia en su relación con la memoria, la recuperación de contenidos de la misma y la narración de experiencias. A continuación comparo y contrasto las ECM con sueños contra el escenario de fondo representado por la realidad.

PALABRAS CLAVE: Experiencia cercana a la muerte, sueños, realidad, consciencia.

Sueños, ECM, Sueños de Realidad, Experiencias de Muerte Cercana y Realidad.
Por Jody

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INTRODUCCIÓN

A pesar de que no existe consenso en los investigadores acerca de la definición de las experiencias cercanas a la muerte (ECM), un estudio relativamente reciente, realizado por un médico holandés, el Dr. Van Lommel, define a las ECM como “la descripción de la memoria de todas las impresiones durante un estado especial de consciencia, incluyendo elementos específicos tales como experiencias fuera del cuerpo, sentimientos placenteros, la visión de un túnel, una luz, parientes fallecidos o una revisión de la vida (van Lommel, 2001). Característica del concepto moderno de las ECM es la realización de que la experiencia involucra un “estado especial de consciencia”. El estado alterado de consciencia más común, experimentado tanto por los que pasaron por ECM como los que no, es el sueño. Algunos sujetos que experimentaron una ECM se preguntarán si su experiencia fue un sueño. Otros, al compartir su experiencia con terceros frecuentemente se topan con críticas sobre la validez de las experiencias y con la negación de la realidad de las mismas y la asignación de las características que corresponden a los sueños. Sin embargo muchos describen a las ECM como más reales que la realidad que experimentan al estar despiertos. Los estados alterados de consciencia se entienden mejor entendiendo como procesamos la información y como recobramos aquellas memorias.

Memorias de información y recuperación de las mismas:

Descubrimientos recientes han mostrado que los humanos, de manera característica, almacenan información como memoria en bloque asociada a una emoción que luego es archivada en un área conceptual en el cerebro. (Ornstein, 1991). Cuando recuperamos esas memorias estamos programados para “llenar los espacios vacíos”. Hasta Freud se dio cuenta que las memorias se almacenan asociando emociones a las mismas (p. 89). Las emociones organizan como almacenamos y accedemos a la información en el cerebro.

La memoria recuperada será reconstruida aprovechando la preferencia del cerebro por el orden y la estabilidad. La memoria tendrá un cierto orden asociado y será en general “relatada de vuelta” de manera que tenga sentido subjetivo para el individuo. Análogamente a un disco duro de computadora, recobramos un sector particular de memoria accediendo a un “directorio” particular emocional en una parte determinada del cerebro. Entonces el sector de memoria se conecta a uno o más sectores de información y el cerebro construye la historia más lógica para conectar los sectores separados de información. Esto significa que la información se integra en un entorno o marco subjetivo de la realidad.

Una teoría actual en el campo de estudio de la consciencia sostiene que las memorias no están almacenadas en el cerebro (Berkovich, 2001). Berkovich está entre el grupo de científicos que está explorando la teoría de que, como una unidad de almacenamiento de información, el cerebro no puede guardar toda la información requerida para funcionar en el mundo. Consecuentemente, los científicos están considerando la teoría alternativa del cerebro más como una unidad de acceso muy parecida a un receptor de radio. El almacenamiento real de la información se hace en otro lugar.

Se debe tener en cuenta que en la realidad del estado de vigilia nuestras memorias no se recuperan con un 100 % de precisión; esto es así a causa del proceso que llena los vacíos mencionado anteriormente. Sin embargo, en un estado alterado, por ejemplo un ECM, los sujetos describen una revisión de la vida con un recupero de más del 100 % de cada evento que les ocurrió en su vida. Esto es así ya que también experimentan y describen cómo sus acciones afectaron a otras personas. Muchas personas que tuvieron una ECM declaran que fueron capaces de sentir lo que otras personas sintieron. A partir de estas discrepancias entre en dos estados alterados, tiendo a corroborar la teoría de Bercovich y sugerir que las memorias no están almacenadas en el cerebro, sino en aquella parte de nosotros que sobrevive al cuerpo.

Las memorias están contenidas en diferentes sectores de información clasificadas de acuerdo al tipo de señal de entrada y emoción asociada al evento. A pesar de que el proceso de entrada es diferente en la vigilia y en el estado de consciencia de una ECM, el recupero de la información es el mismo. En la vigilia, tenemos señales de entrada e información sensorial de nuestros sentidos físicos. Esto define una tendencia a encuadrar nuestras memorias en ciertas emociones y marcos asociados a estos sentidos. Nuestras memorias de vigilia tienen esencialmente una perspectiva tridimensional soportada por nuestros sentidos físicos dentro de un mecanismo de recupero también tridimensional.

Contrariamente, en una ECM, la consciencia se encuentra libre de la entrada de información sensorial e inundada de abundantes emociones y percepciones sin límites ni fronteras (www.nderf.org, Long, 2003). Los que experimentaron una ECM reportan colores más brillantes, campo visual de 360 grados sin el uso de sus ojos físicos, escuchan sonidos que no se pueden describir en la realidad física y experimentan emociones más fuertes. Estas percepciones son compatibles con lo que se esperaría encontrar en una cuarta dimensión o superior.

Como se observó en artículos anteriores, las emociones son una de las pocas variables que se mantienen constantes entre estados alterados de consciencia (Long, Jody, 2003). La intensidad de la emoción parece definir la lucidez y la facilidad para recuperar la experiencia. Mientras más intensa sea la emoción más clara será la memoria que la persona tenga de la experiencia. Como en el caso de las ECM, las emociones son tan intensas que pueden crear un momento de “flash”, que normalmente solo puede ser visto en la consciencia de vigilia. Un momento de “flash” ocurre cuando el cerebro entra en el modo de ataque o huida. El evento se graba en el cerebro de modo que pueda reproducirse con posterioridad, en un momento en el que el sujeto no sienta la amenaza de una destrucción inminente.

En el caso de una ECM, es obvio que un momento de “flash” no puede crearse hasta que la persona vuelva a su cuerpo. Esto corrobora el argumento de que las memorias están almacenadas fuera del cuerpo, puesto de que si el momento de “flash” tiene la misma forma de recuperación en el estado de vigilia y en la ECM, entonces el modo o el lugar de la recuperación deberían ser los mismos. Sabemos que cuando alguien muere las memorias no pueden estar en el cerebro, sin embargo las memorias son muy claras. Y también sabemos que una persona que experimente una ECM tiene acceso y recuperación total de la información asociada a una vida completa aún cuando no tiene la posibilidad de acceder a su cerebro vivo para tal fin. Las personas que no pueden recordar satisfactoriamente una ECM pueden tener restricciones subconscientes o mecanismos fuertes de protección. Esto se discute más abajo en estudios que tienen que ver con la sectorización del cerebro a través de límites finos o gruesos.

Definición de los sueños:

Para entender como los sueños y las ECM pueden ser similares o diferentes, resulta útil revisar varios conceptos referidos al sueño. Los sueños se pueden definir como “una serie de imágenes, ideas, etc., que ocurren en ciertas en ciertas etapas del sueño” (American Heritage Dictionary, 1978). La visión común y científica es que los sueños son la actividad del cerebro inconsciente en el procesamiento de nuestra realidad de vigilia. Una definición más formal: un estado electrofisiológico no consciente mientras el cuerpo está vivo (Pagel, 2001). Una imagen onírica se puede definir como cualquier unidad de experiencia consciente auto generada en los dominios de la percepción, cognición o emoción (Kahn & Hobson, 1993). Estas imágenes oníricas que surgen de estos dominios son integradas, interrelacionadas y contenida en un marco narrativo/de escenario de manera que nuestro recuerdo de los eventos soñados se integren en nuestro marco de realidad subjetivo. Carl Jung describe a los sueños como parte del inconsciente colectivo (Grosso, 1984).

Aspecto físico del sueño:

Durante la noche la mayoría de los humanos sueñan de tres a cuatro veces por noche. El cerebro entra en un cierto estado llamado movimiento ocular rápido (REM de sus siglas en inglés). En ese estado el cerebro envía señales al resto del cuerpo que inhiben el movimiento del mismo y anula todos los procesos corporales que no sean esenciales al metabolismo. El cerebro está tan activo en el estado de sueño como lo está en la vigilia. La principal diferencia es que no existe estímulo sensorial en el cual enmarcar la experiencia. El cerebro racional, conocido como el cerebro del mamífero o corteza cerebral, no está tan activo durante el sueño REM. Por el contrario el tallo cerebral, conocido como el cerebro reptílico o límbico primitivo, funciona mejor gracias a la inactividad de la corteza, por lo cual se interrumpe el efecto de preponderancia que tiene este último sobre el anterior. El cerebro límbico es la parte del cerebro que almacena las emociones básicas y es responsable de la intuición. Por lo tanto, ante la falta de soporte de nuestros sentidos físicos y la naturaleza primitiva del cerebro límbico, los sueños tienden a ser fluidos, simbólicos y más emocionales que el estado de vigilia. Cuando uno recuerda sueños, el proceso es el mismo que en la vigilia.

De acuerdo a Alan Hobson y Robert McCarley, los sueños son subproductos del proceso REM, creados y controlados por las partes inferiores del cerebro (Ornstein, p 196). El sueño se caracteriza como el intento que hace el cerebro de darle sentido a las imágenes aleatorias creadas por las reacciones químicas mientras el cuerpo se relaja. Ya que todos los mamíferos experimentan el sueño REM, los científicos concluyen que el sueño debe ser una forma de adaptación. Personas que aprendieron tareas difíciles durante el día muestran cantidades crecientes de sueño REM esa noche. El sueño REM estimula el sistema nervioso, ejercitando las conexiones neuronales y manteniendo al cerebro fresco y listo para la vigilia.

Como se puede ver, hay muchos maneras de definir el sueño, así como hay muchas maneras de definir una NDE, las experiencias místicas y otros estados alterados de consciencia. Coincidencias en la definición de estados alterados incluyen la experiencia misma, la comparación de lo que fue experimentado respecto de nuestro estado de vigilia, contextualizando el evento de manera de darle sentido a la manera del cerebro racional y ordenando la experiencia y ordenando las experiencias de manera que se puedan comunicar a sí mismo y a otros.

Tipos de sueños:

Existen diferentes tipos de sueños. Un tipo bastante poco frecuente de sueño es el llamado sueño lúcido. El término fue creado por el psiquiatra holandés Frederick van Eeden en un estudio realizado en 1913 (www.spiritweb.com). La distinción primaria entre el sueño ordinario y el lúcido es que durante el sueño ordinario el que sueña no sabe que está soñando y, en el sueño lúcido el soñador sabe que se trata de un sueño (Gillespie, 1997). Debe notarse que un par de respuestas a la encuesta web de la Fundación para la Investigación de la Experiencia Cercana a la Muerte (NDERF) que fueron por la afirmativa a la pregunta “Fue la experiencia de alguna manera parecida a un sueño?”, remarcaron la similaridad entre los sueños lúcidos y las ECM. Estas comparaciones aludieron a Shamanes o prácticas religiosas de los americanos nativos. También existen aquellos sueños que consisten en la carga y el procesamiento eventos rutinarios y probablemente se originan en los procesos fisiológicos del cerebro. Otros parecen originarse en la corriente de consciencia, y son, por lo tanto, mas similares al estado de percepción de las ECM. Ronda Snow describe dos tipos de sueños cuando compara sueños lúcidos a aquellos sueños encontrados como parte de una comunicación después de la muerte (CDM): “Todos los sueños que recuerdo bien al día siguiente tienen varias características en común: fueron en color, lúcidos en distintos grados, fueron parte de memoria de largo plazo y frecuentemente multi sensoriales. Las características que hacen tan diferentes a los sueños CDM para que ameriten mas estudio son: intensidad aumentada dramáticamente... sonidos y colores mucho más pronunciados y claros...y el contenido emocional.

Generalmente los sueños ordinarios son faltos de emoción, como mirar una película, ó las emociones nunca perduran más allá del sueño mismo. Estos sueños tienen un efecto emocional fuerte...aún días mas tarde” (Edinger, 1984). Esta anécdota es consistente con la observación de Grosso de que ambas, la experiencia del sueño y la ECM, se originan en la misma matriz de consciencia e involucran los mismos mecanismos (1983, p 22).

Un hallazgo importante en el estudio llamado “Sueños y la ECM” consiste en que los sueños rara vez reproducen cualquier parte de la esperanza (Long, Jody and Long, Jeffrey, 2002). Esta es probablemente la evidencia más importante que indica que las ECM y los sueños son generalmente distintos estados de consciencia. Sin embargo, las similitudes entre las ECM y el sueño lúcido que se desciben arriba podrían generar algunas preguntas interesantes en el estudio del espectro de la consciencia. Por ejemplo, se puede equiparar la lucidez y la consciencia y la sensación de estar experimentando la realidad de una persona que experimenta una ECM y la seguridad del que tiene un sueño lúcido de estar soñando. Podría existir una conexión entre la consciencia, los sueños y las ECM a través del mecanismo del sueño lúcido o la experiencia de fuera del cuerpo (EFC). El estado de consciencia especial durante la etapa EFC de una ECM podría requerir investigación posterior antes de ser entendido.

Aspecto psicológico del sueño:

En el análisis de los sueños, Freud se refiere al proceso de condensación que ocurre en el cerebro. Cuando una persona sueña conecta o combina memorias de acuerdo a las emociones o preocupaciones emocionales del soñador (Harmann, E., 1996). Esto es consistente con estudios recientes de la consciencia en el estado de vigilia que indican que sectores de memoria se conectan para un evento particular accediendo a aquel directorio emocional particular en el cerebro. La diferencia principal en el sueño podría ser que, en vez de llenar los espacios vacíos de acuerdo a un evento en particular, se estaría accediendo a directorios de emociones particulares donde personas y eventos asociados con la emoción están unidos juntos en una historia fluida y amena.

El proceso del sueño parece consistir en la “conexión cruzada, es decir en conectar cualquier material relacionado disponible en la memoria y en la imaginación, guiado por las emociones dominantes del soñador, las cuales paulatinamente se hacen menos intensas y cambian su carácter a medida que el trauma se resuelve o se integra” (Harmann, E. 1996). En particular, este tipo de “limpieza emocional” es similar a lo que ocurre en revisiones de vida que se dan en las ECM. Los hechos tienen emociones asociadas y la persona realiza una elección consciente de cambiar su patrón de comportamiento. En el estudio de Harmann sobre personas que sufrieron severos traumas, “la poderosa emoción del soñador guía al proceso del sueño a elegir o iluminar patrones en las redes de la memoria relacionadas a ese contenido y preocupación emocional.”

Los sueños también pueden servir como una forma de pensamiento creativo ya que estamos libres de las restricciones del mundo físico y esto permite diferentes tipos de conexiones cruzadas entre pensamientos.

Jacques Hadamard preguntó a Einstein acerca de la naturaleza de su pensamiento mientras desarrollaba su matemática. Él contestó: “el juego combinado de imágenes parece ser la cualidad esencial necesaria para el pensamiento productivo, antes de que exista ninguna conexión con alguna construcción lógica en palabras o signos que puedan comunicarse a otros. Estos últimos deben buscarse laboriosamente en la etapa secundaria, solo cuando la asociación está suficientemente establecida y puede ser reproducida a voluntad”. Einstein dice que sus imágenes son primariamente “del tipo visual y algunas del tipo muscular”. (States, B, 2000)

Fronteras débiles o fuertes de la personalidad:

Otra manera de ver como los sueños, las ECM y el estado de vigilia se interrelacionan subjetivamente es analizar el tipo de límites o fronteras que un individuo puede tener en lo referente a su rigidez o flexibilidad. Este detalle no es un concepto nuevo. De acuerdo a Abraham Maslow la capacidad de un individuo de experimentar estados trascendentes depende de una cualidad de apertura que permita a estas tomar lugar (Kohr, p. 171). Maslow observó que aquellos con fronteras gruesas o rígidas, a los cuales llamó “personalidades restringidas”, tienden a bloquear experiencias fuertes. Harmman describe a las fronteras como: “una dimensión de la personalidad que relaciona el grado de separación o sectorización (grueso o rígido) versus la fluidez (fino) en todas las funciones de la personalidad. Alguien con fronteras gruesas y rígidas mantiene a las percepciones, pensamientos y sentimientos separados e individualizados; mantiene el tiempo y el espacio bien organizados, tienden a pensar en blanco y negro, tienen un sentido del Yo demarcado y sólido, bien defendido y a veces rígido. Por el contrario, alguien con un con fronteras finas y flexibles puede experimentar sinestesia; permite que se mezclen pensamientos y sentimientos, frecuentemente experimentan fantasías vívidas, no siempre las pueden diferenciar de la realidad, tienden a pensar en gradaciones de gris y se involucran demasiado en las relaciones” (Harmann, E., 1996).

Consecuentemente, mientras más gruesa y rígida sea la persona, menos sueños es capaz de recordar. A medida que sus fronteras son más finas y flexibles, los sueños y la vigilia comienzan a mezclarse.

De acuerdo a Richard Kohr, las personas que experimentaron una ECM mostraban un grado mayor de apertura hacia los estados de sueño que aquellos que no las experimentaron (Kohr, 1983). Los que experimentaron una ECM describen colores más potentes y vívidos, otros tipos y cantidades de modalidades sensoriales y estados oníricos inusuales. Adicionalmente, los que experimentaron una ECM mayor intencionalidad en el recuerdo de los sueños y una mayor tendencia a considerarlos útiles. Los que tuvieron una ECM presentan sesiones de meditación de mayor intensidad, significado y cualidades positivas, mayor consistencia en la manutención de una rutina de meditación o mayor frecuencia de la misma y más influencias positivas en la vida diaria. Esto sugiere que debe haber una predisposición en los sujetos que experimentaron una ECM a tener fronteras flexibles o quizá es la ECM la que causa que estos sujetos se vuelvan menos rígidos y se vuelan mas fluidos en sus pensamientos.

En 1979 Palmer realizó algunas investigaciones relevantes en un intento de entender las relaciones entre el sueño, los estados místicos y las experiencias paranormales (Kohr, p.170). Palmer encontró que la facilidad para recuperar los sueños y la tendencia hacia el sueño lúcido son indicadores del “grado en el que la mente consciente puede acceder a la mente inconsciente” (p.171). La conclusión del estudio fue de que la relación entre los fenómenos psíquicos y los estados místicos se deriva de la disponibilidad del contenido del inconsciente en el estado de vigilia.

Esto es consistente con lo que se sabe del inconsciente. De acuerdo a Ornstein, el cerebro evolucionó para permitirnos responder a situaciones de emergencia como parte de un mecanismo de supervivencia. Por lo tanto, el cerebro inconsciente maneja la mayor parte la entrada que recibimos de nuestros sentidos físicos. Los únicos elementos que se abren camino a la corteza cerebral son aquellos que son suficientemente importantes como para requerir atención. Esto efectivamente implementa un umbral por debajo del cual la mayoría de los pensamientos o señales sensoriales son ignoradas por la corteza cerebral. Este resultado es compatible con la investigación de Harmman sobre las fronteras de la personalidad. Los que experimentan ECM´s, estados místicos y fenómenos y fenómenos psíquicos tienen fronteras más débiles y fluidas. Consecuentemente, las experiencias que podrían ser filtradas por aquellos que poseen fronteras gruesas o rígidas no son reconocidas como auténticas. Sin embargo para aquellos con fronteras débiles es posible experimentar y ver cosas que otros no pueden.

El Dr. Van Lommel notó que la edad podría jugar una parte importante en la posibilidad de que la persona experimente una ECM cuando muera y vuelva. Para los adultos el porcentaje es entre 5-12%, dependiendo de que encuesta se trate. De acuerdo al Dr. Melvin Morse, el 85% de los niños que mueren y vuelven experimentan una ECM. Los niños típicamente tienen un ego menos desarrollado que los adultos y, por lo tanto tendrán fronteras débiles. Por lo tanto el ego (usado como sentido del Yo) o la rigidez de las fronteras pueden jugar un papel importante en el hecho de que una persona pueda acceder a información sobre una ECM en el subconsciente. Mas aún, esto podría significar que todo el mundo experimenta una ECM en la situación correspondiente, pero solo algunos son capaces de recordarla. Se necesita de mas investigación antes de tenerla como conclusión sólida.

Interpretación de la experiencia:

Existe un concepto alemán -“Umwelt”- que sostiene que en un universo específico de especies, la realidad final es relativa al perceptor. No existe una percepción privilegiada o absoluta o un punto de vista superior de la realidad (States, B, 2000). States sostiene que “para que los humanos vivan en la tierra, la especie acepta lo que percibimos de la tierra como nuestra realidad. Si eventualmente viviéramos en un mundo con relaciones de probabilidad distintas, inconscientemente las usaríamos como ejemplo de realidad y normalidad para medir la realidad de otros mundos posibles”. Consecuentemente, una persona no puede tener una emoción o una experiencia irreal. De acuerdo a esto “el que ocurra en un sueño o en la vigilia es incidental respecto a su status como experiencia”; por lo tanto la realidad de cualquier mundo “inmaculado” o trascendente fuera de la experiencia está completamente fuera de discusión. La experiencia por sí misma describe el mundo en el que tiene lugar. Irónicamente, la única manera de diferenciar la realidad de la vigilia es comparando las memorias contra lo que conocemos a través de nuestros sentidos físicos. “Todo lo que un organismo puede hacer constituye su dominio cognitivo. De otra manera, uno debería decir que todas las criaturas son engañadas todo el tiempo ya que todas las criaturas, incluyendo a los físicos y a los matemáticos, viven en un mundo restringido por dominios cognitivos limitados. La avispa es bastante lógica en la resolución de sus problemas. Nuestra perspectiva “superior” sobre su lógica puede revelar una verdad que la avispa no puede percibir ni entender; sin embargo hablar de un estado de engaño es suponer que la avispa es capaz de decirse a sí misma: “algo divertido está ocurriendo aquí”, y falla en hacerlo. Las avispas no tienen mas capacidades en este aspecto que el soñador, deben resolver su problema a su manera de avispa y eso significa hacerlo una y otra vez de la misma manera” (States, B., 2000).

Al recordar los sueños, uno debe ser capaz de reconstruirlos en el contexto de una narrativa que tenga sentido para uno mismo y para los demás. Esta reconstrucción narrativa ocurre en las ECM y puede tener lugar también en algunas situaciones en la realidad de vigilia. “Un texto es, literalmente, una articulación de elementos tomados de un código específico de manera de comunicar algo” (Kilroe, 2000). Los textos de los sueños y las ECM están afuera de nuestra experiencia de la realidad, hay problemas para comunicar las experiencias que se tiene en estos estados alterados. Es difícil equiparar lo que pasa en el sueño o en la ECM a “nuestras exigencias de un todo comprensible” (Freud, citado por Kilroe, 2000).

“Soñamos durante la noche y hemos aprendido a interpretarlos durante el día. ... Cuando sometemos un sueño a interpretación, encontramos que la naturaleza errática de sus partes constituyentes no tiene importancia desde el punto de vista de la comprensión del mismo. ...Los elementos esenciales en un sueño son los pensamientos del mismo; éstos tienen significado, conexión y orden. ...Los elementos de un sueño, además de estar condensados, están ordenados casi invariablemente en un orden nuevo mas o menos independiente de su estructura original. Finalmente, debe añadirse que toda vez que el material original de los pensamientos del sueño se convierte en la actividad onírica está sujeto a influencias posteriores. Esto es lo que se conoce como “revisión secundaria” con el propósito evidente de hacerse cargo de la falta de conexión y la falta de significado producidas por la actividad onírica y reemplazarla por un nuevo significado. Pero este significado, al cual se llega por revisión secundaria, no es más el significado de los pensamientos originales del sueño” (Freud, 1950, pp. 118-119).

METODOLOGÍA:

Con el material de los sueños, ECM, estados alterados, el procesamiento de la realidad y los estudios de la consciencia, uno puede empezar a ensamblar los resultados de una encuesta web enviada a la Fundación para el Estudio de la Experiencia Cercana a la Muerte (NDERF). En el formulario web de introducción e instrucciones se pide el consentimiento, se informa sobre el propósito de la encuesta, el uso del material enviado, se asegura confidencialidad con la información hasta donde sea requerida por el encuestado y la no existencia de compensación de ningún tipo para el participante de la encuesta. El cuestionario contiene una sección para que los que experimentaron una ECM compartan una narrativa de su experiencia y averigua acerca de aspectos demográficos, elementos de la experiencia y efector posteriores. De 650 personas que respondieron, 318 (48,9%) cumplieron los requisitos para que su experiencia sea considerada una ECM (de acuerdo al criterio NDERF). A los fines de la investigación, NDERF usa la siguiente definición: “una ECM es una experiencia lúcida asociada con la percepción y la realización de una consciencia separada del cuerpo en un momento de muerte real o amenaza inminente de muerte.”

Se analizaron respuestas a dos de las preguntas más relevantes de la encuesta: 1) ¿Cuál era su nivel de consciencia y lucidez durante la experiencia? Y 2) ¿La experiencia parecía de alguna manera un sueño?.

RESULTADOS:

De 318 ECM’s recibidas, 307 (96.5%) respondieron la pregunta Nº 1). Cuantitativamente, esta no fue una buena pregunta ya que mucha gente contestó que su nivel de consciencia fue cero ya que estaban muertos. Sin embargo, cualitativamente las respuestas que indicaron un alto grado de lucidez, mayor que la normal alcanzaron 226 (73.6%). Muchos de los que dieron detalles describieron con exactitud la diferencia entre un cuerpo totalmente inconsciente y el estado hiper consciente en el que entraron como consecuencia de estar muertos.

Hubo 311 personas que experimentaron una ECM (97.7%) que respondieron “si” o “no” o “no sabe” a la pregunta: Y 2) ¿La experiencia parecía de alguna manera un sueño?. De los que respondieron, 192 (62.5%) dieron respuestas detalladas. Es posible reconocer en la pregunta un sesgo a favor de respuestas afirmativas, la intención era de animar a las personas que experimentaron una ECM a que compartan cualquier relación pertinente entre la ECM y los sueños. De las 311 respuestas relatadas a esta pregunta, 233 (74.9%) se clasificaron como “no”, 74 (23.8%) como “si” y 4 (1.3%) como incierto. De los participantes, 115 (36.9%) no dieron explicaciones detalladas: 99 (31.8%) contestaron “no” y 16 (5.1%) contestaron “sí”. De las 311 respuestas, 192 de las respuestas tuvieron comentarior adicionales que fueron analizados por claves para dilucidar que era considerado por los que experimentaron ECM como onírico o no onírico. La categoría mas alta de 68 (21.9%) definió que lo que hacía a la experiencia del tipo de un sueño era en términos de la realidad. Hablan de la realidad en términos de lo que conocemos en la tierra a partir de lo que se puede observar con los sentidos físicos. Otros relatos contrastaron las ECM a sueños en términos de la “intensidad, realismo, más fuertes que un sueño” 23 (7.2%), “la realidad está allá” 21 (6.6%) y “facilidad de recordar” 15 (4.7%).

Los comentarios individuales fueron posteriormente categorizados en conceptos. De nuevo, el concepto más importante que los sujetos comentaron (97 -50.5%) en relación a la distinción entre ECM y sueños tiene que ver con el realismo de la experiencia, con comentarios tales como “muy real, no era irreal, la realidad esta allí, como estar ahí, me sentía despierto”. Los sujetos manejaron conceptos como “intensidad, realismo, más fuerte que un sueño, facilidad para recordar, lo recuerdo como si recién hubiese ocurrido, claridad, nivel de conocimiento o comprensión”. Los sujetos que reportaron una experiencia del tipo de un sueño fueron 49 (25.5%) con adjetivos tales como “surrealismo, no como un sueño común, singular, extraño, flotante, vuelo, como un sueño pero diferente, el túnel, el vacío y la luz blanca eran como un sueño, algunas partes de la ECM deformadas o cambiadas, la ECM empezó irreal y después cambió, la ECM tiene aspectos de visión o sueño lúcido.”

Otros conceptos

Otros conceptos consistían en comparaciones de ECM a sueños y se mostraban en términos de 1) emociones 8 (4.2%), “sentimientos y emociones, más pacíficos, sin miedo”; 2) percepción 14 (7,3%) “contigua, secuencial, como viendo un partido o una película, tiempo/espacio distorsionado, sin control sobre el curso de los eventos” ; 3) percepciones corporales 13 (6.8%), “sin dolor ni malestar, sin percepción del cuerpo, visión de colores”; 4) sin contexto previo 4 (2.1%), “muy joven, inefable”.

DISCUSIÓN

Uno de los aspectos mas impactantes para mí, comencé a asistir a las reuniones de la IANDS en Seattle, sobre todo después de escuchar a las personas que experimentaron una ECM acerca de su experiencia, pronto me encontré preguntándome, “¿Qué es la realidad?”. Este estudio de los sueños discute los estados alterados en términos de consciencia, realidad, recuperación de la memoria, reconstrucción del discurso e integración de la experiencia en la realidad de la tierra. Como muchos indicaron que la experiencia no tuvo rasgos de sueño, necesitamos considerar que constituye el sueño y porque una ECM puede ser diferente. Si casi un 73% dijo que la experiencia no se parecía a un sueño, entonces ¿a qué se parecía?.

Básicamente, los sujetos pasan por la misma experiencia que cualquiera cuando se trata de recuperar e interpretar una experiencia en un estado alterado. Como primer paso para saber que estamos en un estado alterado podemos comparar nuestras memorias a la realidad cotidiana. En primera instancia, todo lo que los sujetos pueden hacer es reaccionar a la experiencia. Puede llevar días, meses o años hasta que son capaces de conceptualizar completamente cualquier experiencia vívida afuera de nuestra realidad de vigilia. El cerebro trata de dar sentido y ordenar la experiencia de modo de reducirla a texto. Del texto se procede a procesarla como una narrativa en una historia subjetiva que tiene sentido para el sujeto y puede ser contada y entendida por sus pares. Las ECM’s o, por lo menos las que conocemos, son suficientemente intensas para pasar el umbral subconsciente y ser procesada en la parte lógica del cerebro.

Sabemos que algunos sueños no son suficientemente vívidos para pasar el control inconsciente e incorporarse en la memoria de largo plazo para ser recuperada con posterioridad. Otros son tan intensos que son recuperados rápidamente. Mientras más claro sea el suceso y más fácil recuperarlo en la memoria es más probable que sea descripto como “real”. Esto es consistente con reportes de aquellos que experimentaron eventos espiritualmente transformadores, estados místicos, experiencias fuera del cuerpo o cualquier otra experiencia subjetiva paranormal. Mas aún, se sugiere que los sueños vívidos pueden tener sus orígenes en la corriente de consciencia o que la memoria es tan vívida que está inmersa en la corriente de consciencia. Cuando esto ocurre, la memoria se integra con las memorias de la vigilia y juega un rol en lo que percibimos como real.

Las ECM se describen en términos de su realidad, intensidad, facilidad de recuperación y percepciones físicas. Ciertos tipos de sueños tienen estas características ((www.oberf.org). Las ECM en su mayor parte tienen un significado y un propósito definido. El flujo lógico de los eventos generalmente no se ve interrumpido, como suele ocurrir en los sueños. Los sueños se describen como más fluidos, con cualidades que no existen en nuestro mundo (como flotar), no lineales y no secuenciales. El propósito de un sueño solo en raras ocasiones es posible encontrarlo sin hacer alusión a las emociones presentes en el mismo. Para la mayoría de los que experimentaron una ECM su nivel de percepción era de una extrema lucidez. Sólo algunos sueños presentan esta característica. Aquí se presentan unos cuantos comentarios:

“Parecía real, sin saltos ni discontinuidades como en los sueños” – Tsagali

“Diferente a cualquier cosa que mi imaginación pueda crear” – James

“Este mundo parece como un sueño, el otro parece natural” – J.C.

“Era como abandonar el cuerpo como energía, podía ver mi cuerpo de energía, era como ir allá en persona, como estar en un viaje de fin de semana” – Frank

“Nada en él era como en los sueños. Fue lo mas real que conocí” – Christine

“Estaba inconsciente físicamente, sin embargo más alerta y consciente que todo lo que tuve oportunidad de vivir con anterioridad. Era como si a una ventana le hubieran quitado suciedad que yo no sabía que existía hasta que vi la diferencia” – Sheila

Para integrar la experiencia en la realidad cotidiana de vigilia, muchos sujetos que experimentaron una ECM exhibían procesos de pensamiento más flexibles que otros con visiones del mundo más estructuradas. Este proceso de pensamiento es similar al de estados místicos y otros estados alterados. Sería interesante saber si la flexibilidad en las fronteras entre la consciencia y el inconsciente es una consecuencia del la ECM o si esta condición es previa a la experiencia.

Algunos de los que experimentaron una ECM piensan que la experiencia fue del tipo de un sueño simplemente porque no existen palabras que puedan describirla. Otros expresaron dudas respecto a la realidad de la misma y concluyeron que era como son los sueños. Un sujeto la describió como un sueño para evitar el ridículo frente a su esposa y amigos. De manera muy interesante hubo dos niños que crecieron considerando un sueño a su experiencia simplemente por carecer de un entorno en el cual incluirla. Al hacerse adultos y después de descubrir que las ECM son comunes en mucha gente, redefinieron su experiencia como una ECM.

La componente fuera del cuerpo (EFC) de las ECM es típicamente el elemento considerado como un sueño. Los comentarios que siguen a los respuestas por “sí”, “intermedio” o “inseguro” parecen concentrarse más en el componente EFC de la experiencia asociando la sensación de flotar o la de moverse sin esfuerzo a lo que el sujeto suele experimentar en los sueños. Analogías típicas a los sueños fueron: “solo cuando estaba flotando perdí el control de mí mismo”, o “en un sentido era un sentimiento tipo sueño, en general, algo irreal”, ó “todo parecía muy raro y extraño”.

Las percepciones juegan un rol importante en como se clasifica y rotula la experiencia. Aquellos que se vieron a sí mismos 14 (7.3%), tales como verse en cámara lenta, en un escenario o en una película, o experimentaron una revisión de la vida, tenían una inclinación a considerar la experiencia como un sueño. Sin embargo, aquellos que categorizaron la misma de acuerdo a una secuencia de eventos probablemente dirían que la experiencia comenzó como un sueño y luego dejó de serlo. De nuevo esto sustentaría la hipótesis previa que la componente EFC de la ECM es la que sería considerada como un sueño y que, después de la EFC aparecerían los elementos que parecen dar realismo a la experiencia.

Los sujetos que relacionaron la experiencia al cuerpo eran propensos a considerar real a la experiencia. Estas personas relacionaron la experiencia al cuerpo haciendo notar la ausencia de dolor, o sintieron la detención de los latidos cardíacos, de modo que supieron que la experiencia estaba ocurriendo. Sin embargo, 1.9 % de las respuestas consideraron a los elementos visuales como parte de un sueño asociando los colores y el brillo a lo que consideraron como “del tipo de un sueño”. Aquellos que asociaron la experiencia a las emociones 8 (4.2%), tendieron a considerarla como de sueño. Estas personas asociaron los sentimientos extremos de amor, paz a algo parecido a un sueño.

Se dejó planteada la cuestión de la similitud en el procesamiento de las ECM, estados místicos y experiencias paranormales subjetivas a nuestra realidad de vigilia cotidiana. Como observó States más arriba, aún a pesar de que las personas son muy “lógicas” al integrar sus experiencias, la visión panorámica de la realidad desde una perspectiva más amplia puede revelar una verdad que la mayoría de los humanos desconocen. Análogamente a la avispa, aquellos que resuelven el problema de una manera diferente no son alucinados. Algunas personas solo son capaces de entender los estados alterados de consciencia en términos de la realidad cotidiana. Ellos refuerzan su realidad una y otra vez, tan frecuentemente como sea necesario, de la misma manera. Otros con fronteras más flexibles pueden percibir sus experiencias desde una perspectiva diferente de la realidad. Cuál modo de procesamiento de la experiencia es correcto carece de importancia ya que “la experiencia misma define y construye el mundo en el que toma lugar” (States, B., 2000).

Partiendo de una revisión de las similitudes entre sueños, ECM y el modo de procesamiento de la realidad, las memorias y el recobrado de las mismas se procesa de la misma manera. Pareciera que existen muchas similitudes entre las ECM y los sueños cuando estos últimos son lo suficientemente vívidos para ser recordados. De los datos, se puede sugerir que las ECM y los sueños son estados alterados de consciencia. Partiendo de las ECM resulta evidente que la consciencia sobrevive al cuerpo y también lo hacen las memorias colectadas durante nuestra vida. Sin embargo, personas con fronteras flexibles definen a la realidad de manera muy diferente ya que son capaces de acceder a distintas partes de su inconsciente en el estado de vigilia. Los que experimentaron una ECM y los que tienen sueños frecuentes típicamente caen en la categoría de las fronteras flexibles. La realidad es una mezcla de distintos estados de consciencia.

Existen algunos tipos de fronteras entre el cerebro consciente y el cerebro inconsciente. Aquellas personas con fronteras rígidas tienden a sectorizar y a almacenar rígidamente sus memorias en ciertas porciones del cerebro. La recuperación de las mismas tiende a ser, para estas personas, estructurada y rígida. La realidad se encuentra firmemente anclada en lo que pueden percibir de la realidad de vigilia tridimensional.

Al considerar la posibilidad de que estas fronteras puedan flexibilizarse o engrosarse aparecen conceptos intrigantes. En mi mente el dilema puede plantearse como el problema del huevo o la gallina, es decir cual que viene primero. Por ejemplo, si el cerebro se considera un receptor, entonces ¿es posible que la corriente de consciencia por sí misma provoque que el cerebro reciba de una determinada manera?. Esto resulta en un análisis de arriba hacia abajo. O, por el contrario, ¿es la herencia, donde la estructura del cerebro por sí misma determina la “cantidad” de consciencia que puede recibir un individuo?. Esto resulta en una consideración de abajo hacia arriba. ¿O quizá existan ciertas reglas para una comunicación bidireccional entre el cerebro y la consciencia?.

Una línea interesante de investigación sería la de identificar si la recuperación de diferentes tipos de experiencias en estados alterados de consciencia se hace en distintos sectores del cerebro. Si fuese así, la conclusión lógica sería que, de ser el cerebro solo un receptor y almacenador, aislando la parte del mismo que accede a la información almacenada en la consciencia seríamos capaces de acceder a la misma sin usar el cerebro. Desarrollos en esta línea serían muy importantes para personas que sufren de Alzheimer, heridas en la cabeza o están en coma.

Los trabajos de Palmer sugieren que la mayoría de las personas pueden entrenarse para relajar sus fronteras de modo de bajar el umbral subconsciente y permitir que las señales lleguen al cerebro consciente. Más investigaciones en esta línea podrían reforzar el conocimiento acerca de cómo el cuerpo interactúa con la consciencia y quizá permitirnos utilizar conceptos de la cuarta dimensión para mejorar la vida para la humanidad.

El acceso a un mundo al cual la mayoría de los que experimentaron una ECM describen como de total paz, amor, conocimiento y conexión al Ser Supremo vale la pena para justificar los esfuerzos.

REFERENCIAS

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