ECM de Derry
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Descripción de la experiencia:

Viví una experiencia cercana a la muerte tras sucederme un accidente de coche que casi me cuesta la vida, provocándome un traumatismo craneal que provocó una parada respiratoria haciendo necesario el uso de un respirador. Todo esto en coma. Tras salir del coma, tengo recuerdos muy precisos de mi ECM, del período en que estuve al otro lado en un reino celeste.

Recuerdo que había una bruma luminosa que lo invadía todo. La luz estaba por todas partes; ¡incluso me atravesaba! ¡Recuerdo haber mirado mis manos y la luz pasaba a través de ellas! Veía que mis manos eran transparentes, pero no me sorprendí. Mientras marchaba con un personaje del paraíso, su estado de ánimo se traslucía por una luz de una intensidad tan fuerte que es imposible describirla. Sabía que ese personaje de los cielos era Jesús, no dijo quién era, simplemente, lo supe.

Recuerdo haber caminado con él, pero no caminábamos en el sentido físico. La mejor manera que tengo de describirlo, es que flotábamos justo por encima del suelo. Todo estaba revestido de blancura y luminosidad. Se podía ver la irradiación verde de las plantas. Miraba el agua y una fuerte luminosidad lo inundaba todo. El agua era de una tal pureza centelleante… Recuerdo haberme querido inclinar para beber del curso de agua que atravesaba el jardín por el que andábamos. Cuando intenté coger el agua con mis manos, ésta las atravesó literalmente, sin mojarlas siquiera. Jesús se detuvo y me miró mientras estaba inclinada, intentando beber aquel agua. Podía sentir su mirada sobre mí. Mi sed por aquel agua desapareció, aunque no hubiese podido llevármela a los labios y beber. No puedo describir la sensación cuando el agua pasó a través de mis manos, sin embargo sentí algo. Sentí el deseo irresistible de probar todo lo relacionado con ese jardín. Cuando ese ser celeste y yo hablábamos, no era con la boca, pero tenía consciencia que nos comunicábamos. Su estado de ánimo irradiaba abundantemente, sus sentimientos a mi respecto traslucían en ese estallido. Simplemente emitía amor, interés y atención hacia mí. El sentimiento de paz era indescriptible. Me dio a escoger entre volver a la tierra y seguir viviendo o permanecer con él en el paraíso. Ambos sabíamos que volver a esta tierra sería una lucha. En efecto, Le dije que quería volver a esta vida sobre la tierra si eso podía ayudarme así como a otras personas. Él sabía que yo no quería vivir en esta tierra si eso significaba estar atrapada en un cuerpo que no responde, incapaz de comunicarme. La mirada de amor en Sus ojos cuando me miró, me llenó entonces el corazón de alegría y mientras escribo estas palabras, el sentimiento de alegría sentida entonces de nuevo vuelve a mí.

Ignoro cómo pude hacerlo, pero veía a mi marido en el hospital, teniendo mi mano y hablando a mi cuerpo. Era como si hubiese estado en la pieza, pero lo veía no a través de mis ojos sino desde otra perspectiva. Sentí el fuerte deseo de volver a la tierra y de seguir viviendo con mi marido, siempre que pudiese comunicarme con él y ayudarle. El Señor oyó y comprendió los deseos de mi corazón.

Mi siguiente recuerdo es estar atrapada en mi cuerpo mientras otras personas se ocupaban de mis necesidades físicas. Recuerdo que sabía lo que las enfermeras pensaban por su manera de tocarme. Sabía si pensaban que sobreviviría o no, a través de su tacto. Sabía si pensaban ocuparse de una persona casi muerta, cuyo espíritu ya no estaba allí. Recuerdo haber intentado gritar: <<¡Mirad, estoy viva! ¡Voy a vivir!>>. Me relajaba y confiaba más en una persona, si sabía que era consciente que estaba presente en mi cuerpo y tenía posibilidades de vivir. Era evidente que podía leer en sus pensamientos.

Mientras estaba en ese reino celeste en tanto que espíritu, recuerdo comunicarme telepáticamente. Me frustro cuando los demás no pueden leer mis pensamientos ni yo los suyos. Hablar con la boca es tan físico… (y difícil debo añadir). La expresión usada en este mundo <<ser alma gemela>> (generalmente en una acepción romántica) se refiere a la comunicación entre dos almas. Eso puede parecer increíble, o incluso místico a aquellos que no han probado esta comunicación de espíritu a espíritu. Comunicar a nivel espiritual es muy profundo. Una gran bendición.

HE AQUÍ LA VERSIÓN DESARROLLADA
DESCRIPCIÓN DE LA EXPERIENCIA:


Viví una experiencia cercana a la muerte tras implicarme en un accidente de coche que casi me cuesta la vida, provocando un traumatismo craneal que conllevó un paro respiratorio precisando el uso de un respirador, todo esto en coma. Tras salir del coma, tengo recuerdos muy netos de mi ECM, del período en que estuve al otro lado en un reino celeste.

Recuerdo que había una bruma luminosa que lo invadía todo. La luz estaba por todas partes; ¡incluso me atravesaba! ¡Recuerdo haber mirado mis manos y la luz pasaba a su través! Veía que mis manos eran transparentes, pero eso no me sorprendía. Mientras marchaba con un personaje del paraíso, su estado de ánimo traslucía por una luz de una intensidad tan fuerte que no puedo describirla. Sabía que ese personaje de los cielos era Jesús, no dijo quién era él, lo supe, simplemente.

Recuerdo haber marchado con él, pero no marchábamos en el sentido físico. La mejor manera que tengo de describirlo, es que flotábamos justo por encima del suelo. Todo estaba revestido de blancura y luminosidad. Se podía ver la radiación verde de las plantas. Miraba el agua y una fuerte luminosidad lo inundaba todo. El agua era de una tal pureza centelleante… Recuerdo haber querido inclinarme para beber del curso de agua que atravesaba el jardín por el que marchábamos. Cuando intenté coger el agua con mis manos, literalmente las atravesó sin mojarlas siquiera. Jesús se paró y me miró mientras estaba inclinada, intentando beber aquel agua. Podía sentir su mirada sobre mí. Mi sed de ese agua desapareció, aunque no hubiese podido llevármela a los labios y beber. No pudo describir la sensación cuando el agua pasó a través de mis manos, sin embargo sentí algo. Sentí el deseo irresistible de probar todo lo relacionado con ese jardín. Cuando ese ser celeste y yo hablábamos, no era con la boca, pero tenía consciencia que nos comunicábamos. Su estado de ánimo irradiaba abundantemente, sus sentimientos a mi respecto traslucían en ese estallido. Simplemente emitía amor, interés y atención hacia mí. El sentimiento de paz era indescriptible. Me dio a escoger entre volver a la tierra y seguir viviendo o permanecer con él en el paraíso. Ambos sabíamos que volver a esta tierra sería una lucha, en efecto Le dije que quería volver a esta vida sobre la tierra si eso podía ayudarme así como a otras personas. Él sabía que yo no quería vivir en esta tierra si eso significaba estar atrapada en un cuerpo que no responde, incapaz de comunicar. La mirada de amor en Sus ojos cuando me miró, me llenó entonces el corazón de alegría y mientras escribo estas palabras, el sentimiento de alegría sentida entonces de nuevo vuelve a mí.

Ignoro cómo pude hacerlo, pero veía a mi marido en el hospital, teniendo mi mano y hablando a mi cuerpo. Era como si hubiese estado en la pieza, pero lo veía no a través de mis ojos sino desde otra perspectiva. Sentí el fuerte deseo de volver a la tierra y de seguir viviendo con mi marido, siempre que pudiese comunicarme con él y ayudarle. El Señor oyó y comprendió los deseos de mi corazón.

Mi siguiente recuerdo es estar atrapada en mi cuerpo mientras otras personas se ocupaban de mis necesidades físicas. Recuerdo que sabía lo que las enfermeras pensaban por su manera de tocarme. Sabía si pensaban que sobreviviría o no a través de su tacto. Sabía si pensaban ocuparse de una persona casi muerta, cuyo espíritu ya no estaba allí. Recuerdo haber intentado gritar: <<¡Mirad, estoy viva! ¡Voy a vivir!>>. Me relajaba y confiaba más en una persona, si sabía que era consciente que estaba presente en mi cuerpo y tenía posibilidades de vivir. Era evidente que podía leer en sus pensamientos.

Mientras estaba en ese reino celeste en tanto que espíritu, recuerdo comunicarme telepáticamente. Me frustro cuando los demás no pueden leer mis pensamientos ni yo los suyos. Hablar con la boca es tan físico…(y difícil debo añadir). La expresión usada en este mundo <<ser alma gemela>> (generalmente en una acepción romántica) se refiere a la comunicación entre dos almas. Eso puede parecer increíble, o incluso místico a aquellos que no han probado esta comunicación de espíritu a espíritu. Comunicar a nivel espiritual es una experiencia muy profunda. Creo que no tuve ese don espiritual sino tras mi experiencia cercana a la muerte, ese don es un profundo beneficio en mi vida cuando lo utilizo. Siento gran necesidad de comunicar con el prójimo a nivel espiritual y una de las únicas maneras que tengo de comunicarme así es por escrito. Debo prepararme mentalmente para poder comunicar a nivel espiritual. Se dispone de tiempo para hacerlo cuando se escribe en casa, sin distracción. Se está concentrado en lo que se piensa. Los pensamientos superficiales desconcentran. Rara vez veo la tele, sólo lo hago si ello estimula los buenos pensamientos. Ahora escucho músicas diferentes y me atrae lo etérico. La experiencia cercana a la muerte me cambió, amo la virtud y detesto el mal. Estoy de hecho plenamente agradecida a mi accidente, aunque haya afectado mis capacidades físicas, pero al tiempo, ¡mis capacidades espirituales se han expandido masivamente! Desde que salí del coma, tengo una actitud de apacible esperanza. Creo que una de las razones por las que sigo viva, por las que he vuelto a esta tierra para vivir, es porque se supone que he de testimoniar que el mundo espiritual es real y magnífico, que Jesús es aquél que dice ser, es nuestro hermano y en el mundo espiritual, lo conocíamos en tanto que hermano afectuoso. Ese saber, esa creencia, concierne a cada faceta de mi vida así como mi deseo de transmitírselo al prójimo. Creo que es por eso por lo que volví a seguir viviendo, para contárselo a quienes quieran escuchar.

Cumplimentando la cuestión Nº 27, quería responder de la siguiente manera, pero vuestro cuestionario no me permitió copiarlo-pegarlo, lo hago pues aquí.

Creo que les será útil a las personas que se ocupan de la reeducación de traumatizados cerebrales si os cuento más en detalle mi proceso personal de reeducación. Permitidme primero daros algunos datos sobre mí. Soy enfermera diplomada de Estado, de hecho el día de mi accidente, había llevado mi hijo de 16 años al servicio nacional de vehículos a motor (DMV) para que pasase por 2ª vez su examen de permiso de conducir. Lo dejé conducir volviendo del DMV, debía recoger una vieja Mustang que le compramos, luego debía ir al colegio y yo, debía ir a ver algunos pacientes que visitaba a domicilio y que me esperaban. Trabajaba para un organismo de hospitalización a domicilio, aquí en Las Vegas. En vez de eso, el curso de mi vida cambió para siempre ese día. Volviendo a casa, mi hijo llegó a lo que tomó por un cruce con prioridad a la derecha. Se paró, luego volvió a arrancar delante de un camión de gravilla a lleno hasta los topes, que venía de la carrera de nuestro lado de la ciudad. Mi hijo, Clint, pensando que el camión debía pararse, arrancó de nuevo delante de él, sin saber que el camión tenía prioridad, en la intersección (había una ruta prioritaria y la otra no). El camión se encontraba sobre la carretera de los camiones de grava que fue desviada tras mi accidente y muchos otros que tuvieron lugar en ese mismo cruce. Sea como fuere, el camión chocó contra el lado del conductor de mi flamante Chevrolet Prisme nuevo (3 semanas), mi hijo, Clint, no tenía puesto el cinturón, yo tampoco. Los policías dijeron que si hubiera llevado puesto el cinturón habría sido aplastado y muerto mientras que yo habría salido sin un rasguño. El camión nos arrastró unos 25 metros antes de pararse, creo que hizo falta extraernos del coche. Mi memoria está totalmente vacía respecto a los eventos del accidente. Mi último recuerdo de aquella jornada es haber hablado por el móvil con el patrón de las enfermeras del hospicio, mientras estaba en la DMV, esperando a Clint que pasaba su permiso con mi coche (también visitaba pacientes en su domicilio para el hospicio, además del organismo de hospitalización a domicilio). Como pueden darse cuenta, ¡entonces era una mujer activa y productiva! Clint perdió el conocimiento, tenía un neumotórax, algunas costillas rotas y una fractura de la clavícula izquierda. Recuerda haber sido llevado a la ambulancia. Yo estaba mucho más gravemente herida, hizo falta reanimarme allí mismo, o durante el trayecto hacia el centro para traumatizados donde me operaron de urgencia por un hemotórax (coágulo de sangre), por el cerebro, además de la cirugía exploratoria de abdomen. Mi marido fue avisado de mi accidente en su trabajo, llamó a mis dos empleadores para informarles de mi accidente de coche. Los enfermeros de ambos organismos llegaron al hospital y evaluaron mi expediente y mi estado, sabían hasta qué punto había sido gravemente afectada, que mi muerte se esperaba de un momento a otro. El capellán del hospicio dijo una misa por mí en la iglesia luterana e invitó también a otras enfermeras. Sé que vinieron porque un registro me fue luego transmitido, en el que las personas que asistieron a ese oficio habían firmado y escrito palabras de ánimo para mí. Ese mismo día, se le pidió a todos los miembros de la asamblea de mi servicio, ayunar y rezar por mí. Mis padres, en Utah, que trabajaban para un templo de la Iglesia mormona, hicieron inscribir mi nombre en la lista de nombres citados a la atención de aquellos que frecuentaban el templo ese día y eso en todos los templos del oeste de los Estados Unidos. ¡La oración es una fuerza tangible, una potencia para el bien aquí en esta tierra! Muchas personas me preguntan cuál es la primera cosa en la que pensé o sentí al salir del coma, unas tres semanas tras el accidente. Lo que sentía era la increíble fuerza producida por las muchas personas que pensaron en mí y que han rogado a Dios por mi restablecimiento.

Podía sentir su amor, su compasión por mí y creo que esta comunicación ha conducido a mi increíble experiencia con el Cristo en ese jardín celeste. Yo ya no espero que haya un paraíso, que la vida y el perdón de Cristo sean reales, ¡ahora, lo sé! Igual que sé que he parido a mis 5 hijos, que realmente los he tenido en mis brazos. Mi testimonio de Cristo ahora arde en mí, cuando pienso en él tengo el recuerdo visual de su mirada sobre mí, allí en ese jardín paradisíaco. El amor y el interés por mí en sus ojos son irresistibles, si vuelvo a pensar en ello demasiado mucho tiempo me siento emocionalmente extenuada. Tras mi accidente, todas mis emociones afloraron, mucha gente pensará que soy emocionalmente inmadura, como un niño. Soy emocionalmente inocente, digo lo que pienso, soy muy honesta, pero nunca le dije a nadie nada cruel o hiriente, simplemente, mis comentarios sorprenden a la gente, muy a menudo no saben realmente qué actitud adoptar conmigo. Mi marido es muy protector conmigo, pero a menudo queda felizmente sorprendido por la manera con la que expreso y llevo a cabo las cosas ahora. Muy frecuentemente dice que ahora he perdido la prudencia que tenía en las conversaciones con el prójimo. Dice que mi ingenuidad es refrescante.

Ahora todos los días rezo para obtener recomendaciones espirituales que sigo, para saber a quién debo hablar y sobre qué, mi alma me dice con quién debo hablar, quién está distraído por otros asuntos y no escuchará lo que tengo que decir, así como el valor de sus motivaciones. Permanecí en un centro de convalecencia durante alrededor de un mes, ahí fue donde salí del coma. Luego fui transferida a un hospital de reeducación durante dos días. Se le dijo a mi marido que iba a beneficiarme cotidianamente de terapia física, terapia de lenguaje y terapia ocupacional, que esos cuidados ayudarían a mi restablecimiento. Sin embargo, mis padres volvieron de Utah para verme y ayudarme a cuidarme, pues mi marido tenía que ir a trabajar cada día laborable. Luego, la idea que tuvimos, es que yo volvería a casa y que mis padres se quedarían tanto tiempo como necesitara su ayuda, que me beneficiaría de las terapias necesarias dadas por el organismo de cuidados a domicilio, por mis amigos. Casi todas las terapias de reeducación se hicieron en mi casa. Desde andar alrededor de la casa, pasando por los ejercicios físicos, andar alrededor de la manzana con mi terapeuta físico, lanzar y atrapar una pelota de goma con el lado afectado, llevar un peso en la mano izquierda durante las actividades. Los ejercicios se hicieron aún más complicados cuando el terapeuta ocupacional comenzó a visitarme. Tenía que hacer numerosos ejercicios de memoria y de coordinación manual/visual. Entre las visitas, hacía reeducación por mí misma, sencillamente ocupándome de las tareas del hogar en vez de estar atada a una cama, de orinarme encima porque nadie respondería a la campana para desatarme y llevarme a los aseos. Todo el mundo se reunía a mi alrededor, cada mañana, cuando salía del jacuzzi que teníamos en nuestra sala de baños principal, mi padre me masajeaba los músculos paralizados doloridos, luego íbamos a andar juntos hasta que los terapeutas llegaban a casa. Mi sobrino es quiropráctico, pero vive en Laughlin, sin embargo, su socio vive y practica aquí en Las Vegas, así durante unos 3 meses, fui a verle tres veces por semana y finalmente una vez por semana. Mis padres se quedaron un mes, luego, fui capaz de ocuparme de mí misma en la casa. Durante una reunión de una asociación de ayuda mutua, las señoras de mi iglesia se comprometieron todas a ir a andar conmigo en diferentes días de la semana. Ahora tengo muchas amigas atentas e implicadas en mi vida porque se ofrecieron por entonces voluntarias para ir a andar conmigo.

De hecho, incluso ahora, cuando hago movimientos demasiado repetitivos con la mano izquierda, como agarrar, tengo contracturas musculares dolorosas a nivel del omoplato izquierdo y un calambre en la mano izquierda.

Esperar, esperar las respuestas a mis oraciones es un movimiento de mi corazón, abandono conscientemente mis ideas sobre eso que yo creía que Dios me iba a decir, esperando tranquilamente. Por la mañana me doy el tiempo de oír la voz calma de Dios. Abandono mis esperas sobre lo que pensaba que él iba a hacer, le doy la oportunidad de hacer lo que es mejor para mí. Contemplando la salida del sol a la espera de la voz de Dios, veo en el oscuro cielo matinal una débil luz de antes de la aurora. Una luminosidad rosácea se extiende desde el horizonte hasta el borde de las nubes. Rayos de luz oro-naranja se despliegan en abanico para tocar la cima de los árboles bajar hacia los matorrales y alcanzar la tierra oscura y fría. La oscuridad huyó, iluminándome, siento la luz rosa de su amor, el calor de su espíritu conmigo, mientras espero las respuestas a mi oración, recé en la penumbra de antes de la aurora. Me preparo para escuchar su voz mientras contemplo la salida del sol. Mientras veo los rayos del sol horadar las nubes, ¡mi alma encuentra la alegría! Mi aptitud espiritual crece, mientras contemplo en un agradecido silencio la llegada del alba mientras espero, escuchando la voz de Dios esta mañana. ¡Qué maravillosa manera de comenzar un día! Esperando…

Es el primer poema que escribí al salir de mi ECM para compartir con el prójimo. Se lo di a todas las señoras de mi iglesia que se ofrecieron voluntarias para venir a andar conmigo porque al principio de mi restablecimiento tenía necesidad de ayuda. Este poema fue distribuido el día de la fiesta de las madres 1998, yo había vuelto del hospital en noviembre de 1997.

GRACIAS AMIGO MÍO

en una espesa niebla,

Andando y hablando con el Señor.

Le dije a Jesús

Que quería quedarme en esta tierra,

Para terminar mi puesta a prueba terrestre.

Le dije que creía ser lo suficientemente fuerte

Para hacer frente a la adversidad

Y a las tentaciones que me esperaban,

Con su ayuda. Jesús me prometió

Que jamás estaría sola,

Su espíritu estará siempre conmigo

Fortaleciéndome

Dándome coraje.

Jesús me dijo que me enviaría ayuda

Mediante sus servidores que le escuchan

Jesús me dijo

Que me compadecía

Que me amaba

Que sabía que volvería a él

Y que me proporcionaría ayuda para hacerlo.

Envalentonada por sus promesas,

Y creyendo en él,

Volví a este mundo

Salí del coma,

Contra todo pronóstico,

¡Empecé a luchar!

Jesús mantuvo su palabra.

Su espíritu me acompañó,

Y toda la ayuda que necesito

Por sus servidores que le escuchan

¡A vosotros! Gracias

Por ser el siervo del Señor,

Por permanecer abierto a su espíritu.

Sé la promesa que le hice al Señor,

Y las promesas que se me hicieron serán mantenidas,

Con su ayuda. Vosotros sois la potencia del Señor,

Su ayuda, y él es la vuestra.

¡Qué bella amistad!

¡Gracias amigo mío!

¿Medicamentos o sustancias ligadas a la experiencia, habiendo potencialmente podido afectarla? No.

¿La experiencia fue difícil de expresar con palabras? Sí.

¿Qué es lo que en la experiencia la vuelve difícil de transmitir? Cuando hablo de ella, al recordarla, me ahoga la emoción.

¿En el momento de la experiencia había una situación amenazando su vida? Sí. Tenía una herida traumática en la cabeza y dejé de respirar, hizo falta reanimarme y conectarme a un respirador a demanda durante más de 2 semanas porque frecuentemente hacía paradas respiratorias.

¿Cuál era su estado de consciencia y de lucidez en el momento de la experiencia? Estaba en coma, la experiencia me volvió lentamente tras salir del coma y durante mi restablecimiento.

¿De alguna manera, la experiencia se parecía a un sueño? Sí en el sentido que recuerdo haber sido transparente, el agua literalmente corría a través de mis manos y yo me comunicaba con el pensamiento.

¿Vivió una separación de su consciencia y su cuerpo? Sí.

¿Qué emociones sintió durante la experiencia? Me sentí muy amada y protegida y deseaba compartir mi ECM con otros.

¿Oyó sonidos o ruidos anormales? No.

¿Pasó en o a través de un túnel o un espacio cerrado? No.

¿Vio una luz? Sí. ¡Estaba por todas partes! Las plantas y el agua brillaban desde el interior.

¿Se encontró o vio otros seres? Sí. Jesús, lo reconocí, habiéndomelo encontrado durante mi vida premortal, recordé haber vivido en el paraíso como espíritu antes de nacer, era mi hermano mayor. Yo sabía que yo era un niño de Dios y reconocí a Jesús como mi hermano mayor y evocamos nuestro pasado juntos en el paraíso de manera no verbal.

¿Revisó acontecimientos pasados de su vida? Digo sí ahora cuando antes dije que no, porque los recuerdos de la revisión de mi vida estaban por entonces demasiado cerca de mi corazón para hablar de ellos. Sí tuve una revisión de mi vida, Jesús y yo la vimos juntos, él en mis pensamientos y yo en los suyos. ¡¡Era una experiencia asombrosa!! Acordarse, de hecho revivir las experiencias cruciales vividas. Y luego leer, sentir la pena o la alegría de Cristo en función de mis actos mientras veíamos las principales experiencias de mi vida. Cuando evoqué el asunto por primera vez, me di cuenta que hablando de la revisión de la vida, revelaba informaciones íntimas sobre mi vida pasada, me molestaba hablar de ello. Ahora estoy más cómoda y segura de mí misma como para evocar cosas personales con desconocidos, aunque la revisión de mi vida da una mala imagen de mí y de las otras personas con las que estaba en aquella época, como para que sienta la necesidad de protegerlas de miradas exteriores. Durante mi ECM, me prometió que, cuando fuera necesario, su espíritu me acompañaría el resto de mi vida. Al principio, no pensaba que eso fuera a ser cierto para la vida de todos los días. ¡Pero así ha sido! En consecuencia, ahora soy menos reticente a hablar del tema de mi vida pasada, de mi espiritualidad, pues me di cuenta que su espíritu siempre está ahí para guiarme por caminos que, antes, eran arriesgados (como hablar de la revisión de mi vida con tacto y circunspección). Ahora creo poder estar avizora en lo referente a mis respuestas en línea. Luego (en confianza) digo: 'Sí, tuve una revisión de mi vida' porque ahora sé con seguridad que estoy protegida de las personas sin escrúpulos. Sé que sigo siendo ingenua, inocente y espero seguir siéndolo siempre. Pero me siento segura, su Espíritu me guía indicándome a quién puedo hablar y de qué tema.

¿Observó u oyó, durante su experiencia, cualquier cosa, relacionada con personas o acontecimientos y que pudo verificarse después? No estoy segura. Le dije a mi marido que le había visto hablarme en mi cabecera en el hospital, que me sostenía la mano mientras me hablaba. Más tarde me dijo que él consideraba crucial desde siempre sostenerme la mano mientras me hablaba cuando estuve en el coma.

¿Vio o visitó lugares, niveles o dimensiones admirables o particulares? Sí. Un jardín paradisíaco atravesado por un curso de agua cantarina.

¿Vivió una modificación del espacio o del tiempo? No estoy segura. Sabía que me encontraba en un jardín celeste y a donde me dirigía. Sabía que flotaba por encima de mi lecho de hospital, observando mi cuerpo en la cama y mi marido hablando con mi cuerpo.

¿Tuvo el sentimiento de tener acceso a un conocimiento particular, a un objetivo y/o a un orden del universo? No lo sé con certeza. nada que no supiera ya de antemano, lo cual se reforzó, ahora sé que Jesús ES real, antes no tenía más que una débil fe en él.

¿Alcanzó un límite o una estructura física de delimitación? No.

¿Tuvo consciencia de acontecimientos futuros? No.

¿Estuvo implicada en, o consciente de una decisión de vuelta al cuerpo? Sí. Para más detalles, lean el correo de mi ECM.

¿Tras su experiencia, tuvo dones especiales, paranormales, de videncia u otro, que no tuviera ante de la experiencia? Sí. A menudo puedo leer en los pensamientos de otras personas y conocer sus intenciones, Con quién buscar contacto y con quién evitarlo.

¿Tras su experiencia, su actitud y sus creencias han cambiado? No. El deseo de compartir con los demás mis sentimientos religiosos ahora es más fuerte. Antes, “¡hum, hum!”, era más prudente al abordar este tema.

¿La experiencia ha afectado sus relaciones, su vida cotidiana, sus prácticas religiosas o similares, sus elecciones de carrera? Ahora soy la poetisa titular de mi comunidad, me he vuelto mejor catequista para niños y adultos, soy frecuentemente reclamada para hablar o enseñar. Eso me sorprende porque a menudo cuesta entenderme. En efecto, me cuesta articular y veo doble por mi herida en la cabeza. Por supuesto, en la iglesia, enseñaba a niños de 8 años antes de mi ECM y sigo haciéndolo. Pero ahora soy una enseñante fenomenal, si se puede decir, incluso con mi laboriosa elocución. Es porque trabajo más duro y paso MUCHO más tiempo preparando la enseñanza en la iglesia etc. Eso significa 'Que me esfuerzo por ser el instrumento del Señor en todo lo que hago estando abierta a los mandatos del cielo', 'Siento que tras mi ECM, dispongo de un canal especial para una asistencia de arriba'

¿Compartió esta experiencia con otras personas? Sí.

¿Qué emociones sintió tras su experiencia? Siento un irresistible sentimiento de amor y de compasión por Jesús y si lo rememoro demasiado de una sola vez, me hundo abatida emocionalmente.

¿Cuál es la mejor y luego la peor parte de su experiencia? Mirar el rostro de Jesús y sus pensamientos sobre mí mientras contemplábamos el conjunto de la vida que yo había vivido. La peor parte fue: leer los pensamientos negativos sobre mis posibilidades de supervivencia que tenían las enfermeras que se ocupaban de mí mientras estaba en el coma.

¿Hay algo más que quiera añadir en relación con la experiencia? Sí, os enviaré otro correo explicando dónde me encuentro ahora.

¿Su vida ha cambiado específicamente a consecuencia de esta experiencia? Sí. Mis prioridades han cambiado, soy más feliz, estoy más en paz y me concentro en la oración y el sentimiento de la presencia de su espíritu, para que esté conmigo y me guíe cada día.

¿Tras la experiencia, otros elementos en su vida, medicamentos o sustancias han reproducido parte de la experiencia? No.

¿Las preguntas planteadas y las informaciones suministradas por usted describen completamente y con exactitud su experiencia? Sí.

Gracias por proponer todas sus sugerencias con el fin de mejorar el cuestionario de www.nderf.org: Permitir a las personas copiar-pegar su ECM en vez de ponerla en el formulario.