ECM Impresión de “déjà vu”
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Descripción de la experiencia:

A la edad de 6 años, durante un trayecto habitual desde mi casa familiar de Ipswich hasta la base aérea de Bentwaters en Inglaterra (papá estaba en la USAF), estuvimos implicados en un grave accidente de circulación. Giramos hacia la derecha, un coche estaba estacionado en el lugar y mi padre hizo una guiñada para evitarlo. Bajamos un dique que aparecía como un acantilado de unos 50 metros y aterrizamos en un río. Me acuerdo del agua fría precipitándose en el break Rambler. Oí muchos gritos pero estaba provisionalmente cegado por un líquido caliente que me entraba en los ojos. Más tarde me di cuenta que se trataba de mi sangre proveniente de un corte en la sien derecha. Recuerdo haber sentido un calor inmediato, luego mi vista se restableció. Pero, veía el río desde lo alto del acantilado. Lo bajé corriendo cuando era posible, escalando otras partes para volver a bajar. Recuerdo mi confusión mientras percibía el torso de un hombre más grande que yo en el que corría hacia el coche de mi padre. Alcancé el coche junto a otras personas. Miré y vi una mano apuntando fuera del agua. Alcancé el cristal roto del coche y tiré de la mano de un muchacho inconsciente. Pero el muchacho era yo. Me acuerdo de otro hombre retirándome el cuerpo inerte mientras me helaba en la confusión y el terror. Luego me acuerdo haberme despertado en el hospital, lo que de hecho pasó varios días más tarde.

En 1975 mi madre y yo vinimos de vacaciones a Inglaterra para ver a mi ”nanny“. Mientras rodábamos cerca de un dique y de un puente, ella detuvo el coche de alquiler. Bajamos porque ella me dijo que era exactamente en aquel sitio donde tuvimos el accidente. En ese instante, un coche dobló el recodo, derrapó y cayó por el dique hasta el río. Otro coche se paró y todos bajamos la pendiente para ayudar, menos mi madre. Me acerqué al coche sintiendo esa turbadora impresión de “déjà vu”. Miré en el interior y vi una mano apuntando fuera del agua. La agarré y tiré de ella hacia arriba. Era un jovencito parecido a mí. Miré el coche, era un Rambler. Me quedé helado. Un hombre me cogió el muchacho de los brazos, bajó por la orilla del río y subió para arriba hasta cerca del puente. Volví con mi madre. Ella estaba asombrada que un accidente se hubiese producido exactamente igual que el nuestro. No hablé de ello con nadie. Estaba demasiado perturbado y asustado. Me da igual que me crean o no, pero es verdad. ¿Acaso salvé mi propia vida y mi destino?