ECM de Bonnie V
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Descripción de la experiencia:

Con veinte y pocos años, tuve algo parecido a una “alerta de cáncer”. Tenía células precancerosas en el cuello del útero y requería un procedimiento llamado “biopsia de cono”. Éste no es típicamente un procedimiento peligroso pero hay que tener cuidado. Y tras la cirugía, y para evitar afectar la zona operada, no hay que bañarse, ni tener relaciones sexuales, ni levantar cargas pesadas.

Creeréis que estas recomendaciones fueron fáciles de cumplir ¿no? La recomendación de “no bañarse” era fácil de guardar…las duchas bastaban para satisfacer las exigencias de limpieza cotidianas.

La recomendación de “no tener relaciones sexuales” no parecía descabellada (“¡qué locura!”) tras una cirugía genital…pero a medida que transcurrió la semana y el inicial disconfort cedió paso a un ligero dolor y una tumefacción en mi vagina, el aspecto excéntrico de mi forma de andar se parecía al de una gata tras una soberbia noche en la ciudad. Deambulé por los alrededores, 4 ó 5 días tras los hechos, ronroneando. La vida debería siempre ser así…lol… (N.T.: LOL: en la jerga de internet es el acrónimo de “Laughing Out Loud” o también de “Lot Of Laughs” refiriéndose a risa ruidosa o carcajada.)

La recomendación que más me costaba cumplir era la de “no levantar cargas pesadas”. Yo tenía una cría. La casa la calentábamos con madera. 7 días después de la cirugía, ataba al bebé en una cadera y cargaba la madera con la otra… Madre Tierra absoluta…si hubiese sido una mujer aborigen lo habría hecho media hora tras la cirugía. (Ése es el tópico ¿no?, lol…).

Fui a la cama esa noche, y desperté (afortunadamente) en un pequeño charco de sangre. Cuando me puse de pie, el flujo rojo aumentó. Tenía una reserva de compresas pero se gastaron en muy poco tiempo. Cogí pañales de bebé, luego toallas, luego vasos de la despensa para parar el flujo. Me di cuenta de que me moría desangrada. Llamé a la ambulancia, puse una luz intermitente en el camino rural, y desperté a un vecino para que me cuidara a la niña.

Llegó el personal de urgencias, escuchó mi historia y emprendimos el trayecto de 1 hora hasta el hospital. Por el camino perdí la mitad de mi sangre antes de caer inconsciente.

¿Muriendo…o muerta?

Lo único que sé es que pasé de un frío en los huesos terriblemente profundo y temblequeante y de desangrarme en una ambulancia, al más brillante y cálido lugar que se pueda imaginar. No era fácil de describir…la luz era como una explosión de amarillo dorado acompañada de la más exquisita calidez. No es suficiente decir que me envolvía…ERA yo misma, un sol suave, un día lánguido, un paraíso de alegría. Todo era uno. Era el más sublime placer que jamás sentí. Me soleé en este lugar, mientras pensaba…”me estoy muriendo”…

Al mismo tiempo pensé en mi muerte.

Pensé en mi vida…pero no era pensamiento. Algo sucedía al mismo tiempo….el sensual soleamiento en esta hermosa luz, mi muerte, mi vida…

Temía por mi hija…

El técnico médico de urgencias agitó una ampolla de amoníaco bajo mi nariz, recobré la consciencia en la ambulancia y les di el número de teléfono de mis padres. Llegamos al hospital, me repararon la desgarrada arteria uterina y me retiraron el oxígeno. Me tomaron una muestra de sangre, los valores eran bajos y me administraron dos bolsas de sangre.

Pienso en ello como el momento en el que casi morí o el momento en el que decidí no morir.

Estoy fascinada por las experiencias cercanas a la muerte de los demás. ¿Se trata de los fogonazos azarosos de un cerebro al que le empieza a faltar el riego sanguíneo o es el paraíso? Los relatos de la luz, el túnel, las figuras que llaman por señas…Incluso si me decanto por “la falta de sangre oxigenada en el cerebro” contra “el paraíso”, me pregunto…

¿Qué cosa benévola hace así nuestros últimos minutos: acogida, luz, calor y alegría desbordante?

¿Alguna medicación asociada o sustancias que puedan haber afectado a la experiencia? No.

¿La experiencia fue difícil de expresar con palabras? Sí.

¿Qué es lo que en la experiencia la hace difícil de comunicar? Lo restrictivas que son las palabras. Palabras como “maravilla”, “alegría” y “amor” parecen inadecuadas para explicar lo que pasó.

¿En el momento de la experiencia, existía una situación amenazante para su vida? Sí.

Describa: había perdido una considerable cantidad de sangre. Los niveles de HCT y HGB (Hematocrito y Hemoglobina) tomados tras reparar la arteria rota indicaban que había perdido más o menos la mitad de mi volumen sanguíneo.

¿Cuál era su nivel de consciencia y de vigilancia durante la experiencia? Estaba inconsciente. Creí que aquello duró varios minutos pero al parecer fueron menos.

¿Fue la experiencia de algún modo parecida a un sueño? Surrealista como lo son sueños…también onírico. Estaba llena de maravilla y paz.

¿Experimentó una separación entre su consciencia y su cuerpo? No lo sé con certeza.

Describa su aspecto o forma cuando estuvo fuera de su cuerpo: no sentía mi cuerpo que estaba muy frío y tiritando. Estaba llena de un bienaventurado calor pero no tenía la sensación de que aquello pasase en mi cuerpo. No tuve la impresión de haber mirado mi cuerpo ni consciencia de los acontecimientos que ocurrían en la ambulancia. Yo estaba en otro lugar.

¿Qué emociones sintió usted durante la experiencia? Paz, calor, maravilla, alegría, preocupación por el destino de mi niña, que era muy pequeña por entonces.

¿Oyó usted algún sonido o ruido extraños? Oí mi propia voz decir: “Me estoy muriendo.”.

¿Pasó usted por, o en, un túnel o recinto? No.

¿Vio usted una luz? Sí.

Describa: amarillo dorada y blanca, como el sol. Era muy hermosa.

¿Encontró usted, o vio, a otros seres? No.

¿Experimentó usted una revisión de acontecimientos pasados de su vida? Sí.

Describa: no era de ningún modo secuencial o lineal. Era como ser, de repente, consciente de todo. Me cuesta describirlo o entenderlo.

¿Observó usted u oyó, durante su experiencia, algo relacionado con personas o acontecimientos que pudiera ser verificado más tarde? No.

¿Vio usted o visitó dimensiones, niveles o lugares hermosos o de alguna otra manera peculiares? Sí.

Describa: percibí el lugar al que fui como siendo otro sitio, pero no había ningún paisaje como tal.

¿Tuvo usted alguna sensación de alteración del tiempo o el espacio? Sí.

Describa: todo ocurría de repente. El tiempo era inmaterial. Creí que estuve en aquel lugar durante algún tiempo, pero no estuve “fuera” durante tanto, décimas de segundo quizás.

¿Tuvo usted la sensación de tener acceso a una sabiduría especial, a un orden y / o propósito universal? Si.

Describa: sé que se supone (N.T.: en el sentido de que está planificado o predestinado o escrito) que debo estar aquí. Y ya no temo a la muerte.

¿Alcanzó usted un límite o una estructura física de delimitación? Sí.

Describa: el límite era más bien una decisión creando el límite. Escogí volver a mi vida para ser una madre para mi hija.

¿Se dio usted cuenta de futuros acontecimientos? No.

¿Se implicó usted en, o fue consciente de, una decisión de vuelta al cuerpo? Sí.

Describa: inquietud conducente a la certeza. No me arrepentí de mi elección. Y sigo sin arrepentirme.

¿Como resultado de su experiencia, ha recibido usted dones psíquicos, paranormales u otros dones especiales que no tuviera antes de la misma? No.

¿Tuvo usted tras su experiencia algún cambio de actitudes o de creencias? Sí.

Describe: estoy más comprometida a vivir una vida feliz, a no decepcionarme si las cosas no son perfectas, a tomarme mejor las cosas, a ser más amable con los demás, a prestar más atención, a apreciar mejor la belleza a mi alrededor.

¿Ha afectado la experiencia a sus relaciones? ¿Vida diaria? ¿Prácticas religiosas etc.? ¿Opciones de carrera? Esta experiencia contribuyó a mi decisión de ingresar en una escuela de enfermería, y me ayudó cuando trabajé con los pacientes del Hospicio. Todavía no voy a la iglesia, pero me considero una persona espiritual y creo en Dios.

¿Ha compartido usted esta experiencia con otros? Sí.

Describa: no lo hice hasta recientemente, cuando la colgué en un diario en línea (N.T.: un blog) que tengo desde hace un año. En realidad, no sé cómo nunca he necesitado discutir de esto con nadie. Realmente pienso en ello con frecuencia. Probablemente estaba esperando a que mi hija creciera.

La gente que leyó la entrada en el blog se sorprendió, me animó, muy sensible en verdad. Quizás creí que la gente pensaría que estoy chiflada, lol.

¿Qué emociones experimentó usted después de su experiencia? Inmediatamente después tenía un frío terrible y miedo (por entonces) de volver a irme y de no poder volver a ver a mi hija . Le dije al conductor de la ambulancia que llamara a mis padres para que fueran a buscar a mi niña en casa de los vecinos en caso de que me muriera. Los días siguientes me sentía vacía y cansada (probablemente un efecto tardío de la pérdida de sangre). Con el tiempo, me olvidé de los efectos negativos posteriores…Siempre recordaré la alegría.

¿Cuál fue la mejor y la peor parte de su experiencia? La mejor fue la paz y el calor lleno de alegría. Y la claridad de la decisión de regresar.

La peor parte fue volver a mi cuerpo, pues estaba en un severo choque y tenía mucho frío.

¿Hay algo más que quisiera añadir en relación con la experiencia? Maldito shock, lol.

¿Ha cambiado su vida específicamente a consecuencia de su experiencia? Sí.

¿Tras la experiencia, ha habido otros elementos en su vida, medicamentos, o sustancias que hayan reproducido parte de la experiencia? No.

¿Las preguntas planteadas y la información que acaba usted de proporcionar describen exacta y exhaustivamente su experiencia? No estoy segura.

Explique: de veras que las palabras no logran captar lo que me ocurrió…Miro lo que he escrito y siento como si no hubiese logrado dar una verdadera vislumbre de la experiencia.

¿Por favor ofrezca alguna sugerencia que usted tenga para mejorar el cuestionario de www.nderf.org? Gracias por proporcionar un sitio donde puedo leer las experiencias de otros y compartir la mía propia.